El puente es lo que une y separa, por eso este término evoca habitualmente la idea de comunicación y unión. Si acudimos a la definición de la Real Academia de la Lengua, la primera acepción lo define como una construcción sobre los ríos para poder pasar sobre ellos. Entre las muchas definiciones se incluye también la de tender puentes, que se utiliza cuando se habla de crear conexiones entre personas o cosas, generalmente con fines de apoyo o comunicación. Pues bien, ninguna de estas definiciones le están resultado válidas al alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero. Desde el principio de este mandado, que suma poco más de 10 meses, 'puente' ha sido casi su palabra tabú.
El mayor quebradero de cabeza se lo está dando su antecesor en el sillón de la Alcaldía, que lleva por apellido Puente y ocupa ahora el cargo de ministro de Transportes. Con él ya no le quedan casi vías de comunicación y sí muchos asuntos importantes para la ciudad por concretar. Los dos, políticos de carácter fuerte, han dinamitado cualquier posibilidad de entendimiento, y no solo por las diferentes posiciones que defienden ante el dilema de recuperar o no el proyecto del soterramiento. Y parece que la única solución, pensando en el bien común, sería la de aplicar la tesis de Nietzsche en 'Así habló Zaratustra' de que «la grandeza del hombre está en ser un puente y no una meta». Y se puede poner en práctica en breve. En unas semanas deberá tomar un acuerdo sobre la solución para el paso de Arco de Ladrillo. El Ayuntamiento ya ha mostrado su rechazo al proyecto, como no, de Óscar Puente.
Y como no hay dos sin tres, el alcalde tampoco está teniendo suerte con otro de sus proyectos estrella: la ampliación del puente de Poniente. La primera decisión que tomó nada más tener el bastón de mando fue revertir el carril exclusivo de transporte público para el tráfico privado. Ese era solo el primer paso del plan para dotar al viaducto de tres carriles más un vial para bici y aceras más anchas. Pero también se plantea modificar su estética. Varias han sido las propuestas planteadas, pero todas han generado bastante controversia y suscrito pocos apoyos. Y sea cual sea la decisión final del equipo de Gobierno, ya está claro que este puente, cómo no, está dando bastante más quebraderos de cabeza que los inicialmente previstos.