En una ciudad, una provincia y una región que sufre la sangría demográfica, agudizada por la fuga de talento, el éxito de proyectos de jóvenes emprendedores locales aparece como una luz al final de un gran túnel. Este es el caso de la vallisoletana Pentakill Studios, que inició su andadura en el diseño de videojuegos en 2011 y ahora ha multiplicado exponencialmente su plantilla, con todos sus empleados menores de 35 años, incluido su fundador.
Recurrir a este ejemplo es muy oportuno en la misma semana en la que se ha conocido que la inversión de más de cien millones de euros de la multinacional Switch Mobility se retrasa a 2026. Aunque la realidad es que ya no se estaban cumpliendo los plazos previstos y comprometidos por sus directivos, que exigieron de un esfuerzo importante de las administraciones públicas. Tanto el Ayuntamiento como la Junta forzaron el ritmo de sus maquinarias para gestionar en plazos exprés las licencias pertinentes y declarar el proyecto de especial interés. No era para menos porque la familia Hinduja, propietaria de la firma, prometía en el acto de colocación de la primera piedra, en abril de 2022, concluir las obras a finales de ese mismo. Ese era el plazo fijado para comenzar a producir autobuses eléctricos de cero emisiones para el mercado europeo y latinoamericano. Un proyecto que prometía generar 7.000 puestos de trabajo, 2.000 de ellos directos y los 5.000, indirectos.
Ahora todo el planteamiento se estanca con la excusa de la «incertidumbre» en el mercado del vehículo eléctrico y en el sector de la electromovilidad, en general. Los inversores hablan de actualizar estrategias, replantear objetivos y adaptar el calendario a los tiempos del mercado. Un argumentario muy poco sólido para un grupo empresarial, que emplea a doscientas mil personas, tiene presencia en al menos once sectores, que van desde la automoción, la banca, el petróleo a la energía.
Este fiasco no debe lastrar la apuesta por otros proyectos, como el de Inobat, que plantea una inversión superior, pero vinculada a los fondos verdes del Gobierno central. Aunque la desconfianza debe ser máxima. Mientras, hay que reafirmar la apuesta por el emprendimiento local, que sin grandes alharacas mantienen la actividad económica de la ciudad y siembra las bases para generar un tejido empresarial más sólido y atractivo para evitar fugas de trabajadores hacia otras ciudades.