Este año se cumplen cien años de la primera emisión de radio en España y desde entonces se ha convertido en una de las formas más populares y accesibles para informarse y entretenerse. En este tiempo, la sociedad y los medios de comunicación han experimentado importantísimos cambios, pero la radio ha sabido adaptarse, tanto en lo tecnológico como en su oferta, para mantener la fidelidad de sus oyentes y captar nuevos públicos.
Basta evocar la infancia para traer al presente la imagen de antiguos equipos, algunos verdaderas obras maestras que han pasado de abuelos a padres y ahora encuentran aposento en un rincón de nuestra casa. Su particularidad de que permite simultanear su escucha con otro tipo de actividades es una de sus grandes bazas. Esa funcionalidad le ha permitido mantenerse muy presente en nuestras vidas frente a nuevos medios de comunicación, incluida internet, que ha incorporado como un canal de difusión más.
De hecho, la radio todavía llega más lejos porque aunque cada vez suceda menos, internet no está disponible en todos los rincones, especialmente en la España 'vaciada'. En estos casos, las emisoras locales juegan un papel fundamental porque no solo es un canal de información sino que crea comunidad, contribuyendo a la construcción y preservación de su identidad cultural.
Una encomienda que asumen los profesionales, que ofrecen a sus oyentes el plus de disponer de un conocimiento profundo de la actualidad próxima y proporcionar información detallada y precisa al momento. Esas voces siguen siendo muchas veces la única fuente de información disponible para los vecinos de algunos municipios.
Un trabajo que desempeñan desde hace un año los compañeros de Vive! Radio. La apuesta de esta emisora centra su programación en los contenidos locales, en la radio de cercanía, del entorno más próximo, que muchas veces queda silenciado por la sobredosis informativa general. Y en su cumpleaños es un buen momento para reconocer su intento diario de que nos sigamos reconociendo como miembros de aquellos espacios que sentimos como nuestros y en los que nos encontramos a gusto. Sus voces nos ayudan a mantener viva esa conexión a través de la información y conforma un dique de contención para que lo global, por muy positivo que sea, no anule lo cercano.