El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, anunció esta semana en el Debate de Política General,    un bono gratuito  y con viajes ilimitados en el transporte regional, tanto en el bus metropolitano como el interurbano, para los empadronados en la comunidad. Una promesa, que se deberá ejecutar a lo largo de este año, y que se vincula al apoyo a la economía de las familias.

Asegura el presidente que favorecer la conexión de toda Castilla y León es fundamental para seguir generando oportunidades a las personas en todo el territorio. No le falta razón. De hecho, es una reclamación que llevan haciendo desde hace años los alcaldes de muchas localidades de la provincia, que reclaman más y mejores servicios, sobre todo en la Mancomunidad de Interés General (MIG) de Valladolid, conformada por 25 municipios. Este área aspira a disfrutar de un verdadero sistema de transporte metropolitano, con un bonobús único, para atender las necesidades de más de 400.000 habitantes, que realizan más de 3 millones de viajes al año. 

El dibujo de este nuevo mapa de servicios es complejo. Inicialmente, se anunció la intención de que una única empresa lo gestionará, sobre todo para acabar con los problemas con las concesionarias y las renovaciones de sus contratos. El último movimiento fue en junio del año pasado, cuando se reunió con 15 municipios, incluida la capital, para revisar la demanda, las rutas, paradas, frecuencias y recorridos del actual sistema y comenzar a diseñar el futuro modelo. La intención de la Consejería de Movilidad y Transformación Digital en aquel momento era licitarlo «cuanto antes», tras completar los obligados procedimiento de información pública y contratación. 

El anuncio de la gratuidad que compromete el presidente, que la oposición vincula con que el horizonte electoral cada vez está más próximo, parece que implicará agilizar esas mejoras. El fomento del transporte público pasa por ofrecer ese catálogo de servicios amplio, tanto en recorridos como en paradas, con un precio asequible para los usuarios. La gratuidad puede ser un aliciente, pero  no siempre es la mejor solución para los viajeros habituales. La experiencia de las bonificaciones en pandemia ya lo demostró, pero también enseñó el camino para evitar errores.