José Antonio de Santiago Juárez

La Cencellada

José Antonio de Santiago Juárez


Caprichos de la política

04/10/2024

A mediados del siglo pasado, una vez salvada la barrera del río, Valladolid comenzó a buscar soluciones para superar su otra gran barrera, el muro ferroviario, que divide los barrios del Este con el resto de la ciudad. Salvo los primeros años de la década de los noventa, en los que se planteó como posible solución llevar la estación y el trazado ferroviario fuera del núcleo urbano, todos los grupos políticos con representación municipal, excepto los ideológicamente más cercanos al Partido Comunista, han apoyado el soterramiento como mejor fórmula.


En diciembre de 1990, el presidente de Renfe, Julián García Vargas, visitó oficialmente el Ayuntamiento de Valladolid y anunció que «se enterraría el ferrocarril en la ciudad si alguien apoyaba la inversión». Tres meses después, el presidente Felipe González le nombró ministro de Sanidad y hoy, treinta y cuatro años más tarde, la ciudad sigue esperando el tan deseado soterramiento. Son los caprichos de la política.
Desde entonces, es difícil encontrar una información que haya generado más opiniones y editoriales que esta. Las hay para todos los gustos, esto siempre es bueno, y algunas un tanto disparatadas, que tampoco es malo. Simplificando mucho, prácticamente todas coinciden en que el soterramiento de las vías a su paso por la ciudad es la solución ideal (los ciudadanos por arriba y los trenes por debajo), que es la más costosa y que la crisis financiera de 2007-2008 fue la responsable de que, después de haberse soterrado 800 metros en el barrio del Pinar de Antequera en 2009, se parase la inversión. 


Hace nueve años, el Partido Socialista se hizo con el gobierno municipal y, desde entonces, todo ha ido a peor. Óscar Puente, seguramente por la influencia de Manuel Saravia y los concejales de VTLP a los que necesitaba para obtener y mantener la alcaldía, cambió de opinión y apostó por la integración en superficie, a pesar de que en sus programas electorales seguía recogiendo el soterramiento. Caprichos de la política.
Durante el primer mandato de Puente, la integración en superficie no avanzó nada. El debate se centró en el asunto de la 'confort letter' y su derivación judicial que al final quedó en nada, pero consiguió que las posiciones políticas se distanciaran y enconaran al máximo. Durante el segundo mandato, la integración en superficie sufrió un nuevo gatillazo. El propio alcalde denunció públicamente al Ministerio de Transportes por no dar ninguna facilidad y no atender a sus peticiones. Hoy, Puente ocupa el ministerio que nos racaneaba a los pucelanos y le ninguneaba a él. Caprichos de la política.


A mediados del segundo y último mandato socialista, la barrera por la falta de recursos económicos parecía que se podía superar como consecuencia de los miles de millones que la UE puso en marcha para reactivar la economía de los estados frente a las consecuencias de la pandemia del covid-19. No fue así, al contrario. Un rosario de mentiras impidió esta posibilidad, mientras que otras ciudades lo aprovecharon para abordar su soterramiento. Puente es hoy el máximo responsable político de la gestión de estos fondos. ¿Qué opinará de lo que dijo entonces? ¿Se avergonzará? ¿Culpará a los caprichos de la política?


Hace poco más de un año, Jesús Julio Carnero consiguió la alcaldía y se comprometió a impulsar el soterramiento. Óscar Puente fue nombrado ministro de Transportes y decidió acelerar la integración en superficie, haciendo así imposible el soterramiento. Esta situación incrementa aún más la distancia y el conflicto entre las dos administraciones y oscurece al desarrollo futuro de la ciudad. Apelando a los caprichos y a la magia de la política, podrían buscar y pactar fórmulas intermedias que consiguiesen conciliar el soterramiento en algunas zonas con la integración en superficie en otras. Siéntense e inténtenlo. No dejen que lo mejor sea enemigo de lo bueno. El futuro se lo agradecerá.