Maite Rodríguez Iglesias

PLAZA MAYOR

Maite Rodríguez Iglesias

Periodista


Balance y propósitos

27/12/2024

El tiempo marca nuestras vidas. En muchos momentos no somos conscientes y eso nos puede llevar a desperdiciarlo, a dejarlo pasar pensando que tenemos de sobra, pero luego hay momentos en los que nos aceleramos para intentar exprimirlo al máximo.

Ahora que estamos en clave de hacer balance de este año y marcar propósitos para el próximo año es bueno ser consciente de cómo lo hemos usado. No se trata de dejarse llevar por una autocrítica extrema, pero hay que reconocer que somos muy dados a fijar retos, que muchas veces decaen a las pocas semanas. En lo personal cada uno rinde cuentas a su conciencia, pero en lo público ya es otro cantar. 

En el balance de este 2024 en Valladolid aparece en rojo, como asignatura no superada, la falta de entendimiento entre el Ayuntamiento de Valladolid y el Ministerio de Transportes para avanzar en la sutura de la cicatriz del ferrocarril. Las posturas enfrentadas amenazan con llevar a vía muerta la solución, aunque habrá que esperar a la reunión en enero del consejo de administración de la sociedad Valladolid Alta Velocidad para salir de dudas. 
El repaso de este año no puede dejar de lado los deberes de las distintas administraciones, que quedaron plasmados en los distintos presupuestos, y que ahora hay que validar. En el Ayuntamiento la prioridad era para las obras de movilidad, aunque habrá que esperar al próximo ejercicio para ver los proyectos de ampliación del puente de Poniente o de la futura rotonda de San Agustín. Ambos llevan en los cajones de distintos concejales de Urbanismo, y habrá que confiar en que esta vez sí reciban el empujón definitivo. 

Lo mismo sucede con las obras pendientes de la Junta de Castilla y León en la capital. Al final hay siempre luz al final del túnel y después de tres lustros parece que el centro de salud de La Magdalena entrará en funcionamiento antes de mediados de 2025. Pero lo que seguro que no avanzará son las obras de reforma del Clínico, que están estancadas en la fase del edificio de consultas. Lo de este hospital clama al cielo y los sucesivos consejeros de Sanidad se merecen un buen saco de carbón. Un retraso que también han vivido las obras de la A-11, cuyos usuarios llevan más de tres décadas de espera. A ver si en 2025 se inauguran los dos tramos en obra y lo borramos como propósito pendiente.