José Antonio de Santiago-Juárez

Frente al diván

José Antonio de Santiago-Juárez


Coincidencias entre el Trumpismo y el Sanchismo

14/02/2025

Mientras que medio mundo, y el otro medio también, estamos pendientes de los anuncios y decisiones que va tomando Donald Trump junto a su equipo de multimillonarios tecnológicos, al tiempo que consume 4 litros diarios de Coca Cola dietética, y los líderes europeos conmemoran el 80 aniversario de la liberación de Auschwitz, en España, debatimos sobre quién es más trilero, Puigdemont o Sánchez. Todo un espectáculo.

Sánchez, siempre tan sutil en política exterior, denomina como «tecnocasta» al equipo de Trump y, desde el Foro Económico de Davos, alerta sobre ellos, pretendiendo reforzar la alianza con China para hacer frente al republicano. Todo indica que quiere ser el líder mundial anti-Trump a distancia. Luego nos sorprendemos de que el americano ignore a España en sus primeros contactos internacionales.

La toma de posesión de Trump, además de oler a viejuno y a pasta gansa en donaciones millonarias para los fastos, fue lo más parecido a la coronación de un emperador. En ella, durante un discurso-mitin sin hilazón, con tono mesiánico y matón, construido a golpes de eslóganes y rodeado de hombres blancos y mujeres rubias, decretó la nueva 'Edad de oro' de EEUU y el comienzo de la «revolución del sentido común».

Rápidamente, Trump anunció decisiones de calado y se lanzó a firmar, de forma compulsiva y frenética, ordenes ejecutivas como si no hubiese un mañana. Como todo lo que llega de esta nueva era suena a fanfarronería y es tan extravagante, insultante y en ocasiones apocalíptico, que me produce náuseas, he decidido llevar el artículo por la parte más frívola del asunto y buscar curiosidades y coincidencias, salvando las distancias, que son muchas, con lo que ocurre en nuestro país, que tampoco es poco.

Lo primero que llama la atención es la mano ligera que tienen los presidentes norteamericanos para indultar en el último minuto antes de dejar el cargo o nada más iniciar el mandato. Seguro que son la envidia de Sánchez. Lo hacen con familiares, colaboradores, golpistas, militares… ¿No les recuerda a nuestra Ley de Amnistía? Aunque en nuestro caso los motivos son exclusivamente para poder continuar en La Moncloa. Además, allí, Pamela Hemphill, la abuela del asalto al Capitolio, ha rechazado el perdón por considerarlo como un insulto a los policías, al Estado de Derecho y a la nación. Algún independentista catalán podría tomar ejemplo.

La falta de respeto a la Constitución, que es una práctica habitual del sanchismo, también se da en Trump, a quien le gusta tensionarla cuando le apetece. Así, la orden ejecutiva que elimina el derecho a la ciudadanía de los nacidos en EEUU de padres extranjeros sin papeles vulnera la 14ª enmienda del texto constitucional, que es la prerrogativa que define el llamado 'sueño americano'. Me temo que ahora empieza 'la pesadilla americana':

Entre el aluvión de medidas también destaca la incoherencia, tan utilizada por el sanchismo. Así, una de las ordenes ejecutivas de Trump decreta el uso de la arquitectura tradicional y clásica en los edificios que representen a la Administración Federal, exactamente lo contrario que hace en sus multimillonarias promociones inmobiliarias. En este campo ambos también coinciden en la afición de crear muros; el norteamericano en la frontera con México y los aranceles en su guerra comercial, y el nuestro con la oposición.

Otra característica que comparten Trump y Sánchez, además del narcisismo, la vanidad y convertir los errores en cambios de criterio, es la muy baja tolerancia a las críticas. En el republicano quedó patente cuando la obispa de la diócesis episcopaliana de Washington, Mariann Budde, en la ceremonia de oración en la Catedral para celebrar el regreso de Trump, pidió misericordia con los inmigrantes y los LGTBIQ, y el presidente la exigió disculpas, recordándonos a Sánchez cuando preguntó quién iba a pedir perdón al fiscal general por el borrado de los WhatsApp. Otra constante de los dos, quizás la más grave y la que más oscurece la libertad, es el terrible desprecio, la descalificación y la caza de brujas a algunos jueces y a los medios de comunicación que no consideran afines.

Curiosamente, también coindicen en el lenguaje divino. Mientras que Trump considera que su atentado fallido durante la campaña «fue un milagro de Dios», la vicepresidenta Yolanda Díaz nos informa que el Papa, pastor de la Iglesia Universal en la Tierra, al que visita con frecuencia, está a favor de la reducción de la jornada laboral.

Algo muy comentado ha sido el sombrero cordobés creado por Eric Javits, que lució la hierática Melania Trump. Algunos comentaristas le han bautizado como 'el del no beso'. Pienso que lo que trataba de impedir era cualquier tipo de acercamiento, por eso es más acertado denominarlo 'sombrero protector'. En nuestro país, cuando el PSOE intenta proteger a la mujer del presidente, Begoña Gómez, elige otros métodos y utiliza la vía legal (ley Begoña), registrando una proposición de ley que permite archivar las causas de la mujer y el hermano de Sánchez. Distintos estilismos, pero similar objetivo. Me quedo con el sombrero. 

Estas son, entre otras, algunas situaciones que nos trae la nueva era, en la que el camino del éxito se basa en mentir mucho y bien, y que, sin duda, nos conduce de forma brusca a un mundo pésimo, más desigual y menos libre. Todo lo que viene pinta mal. Preparémonos para lo peor. Al tiempo.