El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha hecho balance este viernes de la incursión lanzada hace exactamente un mes sobre la región rusa de Kursk, donde ya habrían muerto o resultado heridos más de 6.000 militares de las Fuerzas Armadas de Rusia, enfatizando además que gracias a esta ofensiva se ha evitado otra sobre la ciudad de Sumi, en el este de Ucrania.
Desde Kursk, el presidente ruso, Vladimir Putin, "se estaba preparando para expandir la guerra en territorio ucraniano", ha dicho Zelenski desde la base aérea de Ramstein, en Alemania. Ha viajado para participar en persona en el encuentro que reúne de manera periódica a medio centenar de aliados de Kiev y enfocado en brindar ayuda tanto económica como, principalmente, militar.
Zelenski ha subrayado que la incursión en Kursk implica "devolver la pelota" a la parte rusa, que por primera vez se ve obligada a responder a un despliegue militar en su propio territorio. El presidente ha asegurado que sus tropas controlan ya más de 1.300 kilómetros cuadrados y un centenar de localidades, gran parte de las cuales fueron "abandonadas" por militares que "simplemente huyeron" ante la amenaza.
"Gracias a nuestras acciones, no hay ahora ninguna amenaza de que Rusia lanza una nueva operación ofensiva contra la ciudad de Sumi", ha resaltado Zelenski, que no obstante también ha reconocido que las fuerzas rusas siguen intentando avanzar en la región ucraniana de Donetsk. "A Putin le interesa más seguir ocupando Ucrania que lograr seguridad para Rusia", ha apuntado.
Zelenski ha recalcado que él sí quiere la paz --"es Putin quien no la quiere y está obsesionado con conquistar territorios", ha dicho--, pero para lograrla "hace falta fuerza". En este sentido, y aunque se ha mostrado "agradecido" por el apoyo militar recibido en los últimos años y medio, ha insistido en que hace falta "más".
Por ello, ha llamado a acelerar la entrega de los paquetes de ayuda ya comprometidos y ha afirmado que el número de sistemas de defensa antiaéreos que siguen pendientes es "significativo", sin dar cifras concretas. "El mundo tiene suficientes sistemas para garantizar que el terror ruso no prospere", ha resaltado.
También espera "una flota mucho más grande de F-16", que las Fuerzas Armadas de Ucrania ya han comenzado a desplegar en operaciones, y misiles de largo alcance capaces de representar una verdadera amenaza para el territorio ruso. Kiev defiende su derecho a utilizar este tipo de proyectiles entregados por los aliados en ataques transfronterizos.
Zelenski ha aprovechado además para pedir fondos para la industria militar ucraniana. "Estamos listos para producir muchas más armas propias. Estamos listos para trabajar con vosotros en proyectos conjuntos", ha proclamado el presidente, que recientemente anunció una prueba con éxito del primer misil balístico de fabricación ucraniana.