Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Desembarco

30/05/2024

El mismo día (6 de junio) que comienza el proceso electoral Europeo (se vota durante varios días dependiendo de qué países se trate), tendrá lugar la conmemoración del 80 Aniversario del desembarco de Normandía. Una de las jornadas más importantes del siglo XX, si no la que más. Un acontecimiento que hizo posible el final de la guerra en Europa. La capitulación que dio lugar, básicamente, a la conformación política actual del continente. Y reafirmó una cierta idea de Europa, postnapoleónica y cultural. Su propio modelo, que muchos siguen defendiendo como un "european lifestyle". Contrapuesto al "american lifestyle".

Y eso que los "yankees" asumieron el liderazgo de ese día redentor. Se contraponen ambos modos de entender el mundo. Muchos irán a votar para defender una idea de Europa. Pero cabe preguntarse si esa noción corresponde a la realidad o ésa Europa hipotética es una entelequia. La verdad es que tras la crisis financiera de Grecia, España y Portugal y después del desafío del coronavirus las cosas han cambiado mucho. Los nacionalismos han cedido parte de su protagonismo a los intereses de clase. Cada vez parece que los ciudadanos son su "target" y su contexto más que su país.

Así que votar en estas elecciones tiene un reto adicional. La consolidación de un concepto, el de ser europeo, definido en sentido negativo "versus" el americano. Lo malo es que la realidad supera la ficción: la economía mundial sigue en manos de las empresas americanas con la potentísima competencia china (véase la automoción) y eso nos deja más cerca del parque temático que del polígono industrial de nuevo. Alemania atraviesa su desierto, Reino Unido se fue y ya no se le espera y los mediterráneos andamos cada uno a nuestra bola dada la disonancia de cada uno de ellos.

En definitiva no parece ser tanto un problema de quien gobierne sino para quién se vendimia. Estas elecciones vienen a ser de nuevo conceptuales. Es evidente que Europa condiciona nuestra cotidianeidad pero no tenemos claro si es esta Europa o la burocracia en la tutela. Una cierta idea licuable. Así que la conmemoración octogenaria del desembarco debería recordarnos a todos el dolor y la muerte que supuso conseguir que el día 9 todos podamos votar en libertad. Conviene no perder la memoria.