Los primeros días de septiembre vuelven a marcha el récord de los precios más altos registrados en el mercado mayorista. Una tendencia que se espera, pese a los descensos de los últimos días, que continúe en los próximos meses la tendencia alcista de los últimos meses. De hecho, desde el Gobierno admiten un impacto medio del 25% en el recibo de la luz.
Estas subidas afectan a los consumidores que tienen una tarifa vinculada al precio voluntario para el pequeño consumidor ( PVPC), una tarifa variable que va indexada al mercado mayorista y a los que se les aplica el precio determinado por el mercado cada hora. En total, son unos once millones de pequeños consumidores. ¿Qué alternativas tienen para ahorrar en su recibo o no estar vinculados a los vaivenes del mercado eléctrico?
La más ventajosa y que está experimentando pico de demanda es la opción del autoconsumo. La producción renovable de una instalación de este tipo reduce la dependencia de la red eléctrica, lo que inevitablemente lleva asociado una reducción en la factura eléctrica de cada mes. El porcentaje de ahorro dependerá de los usos energéticos y de la parte del consumo eléctrico que se logre desplazar a horas solares, pero en las instalaciones estándar las reducciones pueden ser de entre el 65 y el 75% en el término de energía de la factura de la luz.
«Se está instalando mucho porque existe una demanda enorme en este momento. Además, estas instalaciones son rentables incluso sin subvenciones porque se amortizan en menos de siete años y tienen una vida útil de unos 25», explica Juan Guijarro de la cooperativa vallisoletana de consumidores Energética. Desde su creación este proyecto, que sigue el ejemplo de las cooperativas energéticas de Centroeuropa, se ha consolidado en sus casi siete años de funcionamiento con cerca de 1.850 socios y 2. 684 contratos de suministro.
En su apuesta por dar al consumidor una papel «determinante» están centrados en ofrecer servicios de eficiencia energética y autoconsumo. Una línea apoyada por el importante avance que la tecnología ha experimentado en los últimos años y una caída drástica de los costes de fabricación. Además, la legislación lo permite y, desde 2019, lo fomenta con un marco legal que regula las condiciones técnicas y económicas en que se encuentran las instalaciones.
Por un lado, está la opción individual, que implica normalmente instalar las sobre la cubierta de un hogar, nave, edificio o infraestructura donde ya existe suministro eléctrico, que sigue aportando electricidad de soporte, con el objetivo de reducir el consumo de la red y también la factura de la luz. La electricidad que producen los paneles solares y que no se consume en un instante determinado se puede almacenar en baterías o se puede verter a la red, compensando la energía que se genera con la que se consume. Esto supone un gran ahorro, que puede permitir que los hogares con estas instalaciones tengan hasta un 85% de autosuficiencia energética.
Comunidades.
Pero las instalaciones que más están creciendo son las colectivas de autoconsumo. Se pueden constituir en comunidades de vecinos, entre un grupo de vecinos de un barrio, en empresas, instalaciones agrarias o por los ayuntamientos para autoabastecer sus edificios municipales, pero también para facilitar a los vecinos interesados la posibilidad de aprovechar parte de la energía producida. «Es el momento adecuado para apostar por el autoconsumo, sobre todo por el compartido porque es más rentable», concreta.
En el caso de Valladolid, Energética ha realizado la instalación de una comunidad solar en el barrio de Belén, que sigue abierta a nuevos miembros. En este caso se han diseñado cinco modelos de instalación adaptadas a las especificidades de esta comunidad. Desde la cooperativa se defiende la importancia de esta opción. «Las pequeñas instalaciones distribuidas promueven la actividad económica e industrial, fomentan la creación y preservación del empleo local y las sinergias entre los agentes implicados: desde nuestra cooperativa hasta fabricantes, instaladores y mantenedores locales», recalca Guijarro.
¿Cómo se compensan los excedentes de la energía producida y no consumida?
sin baterías. En una instalación sin baterías, la electricidad no se puede almacenar y los kilovatios hora sobrantes de una cubierta fotovoltaica se vierten a la red y los utiliza cualquier consumidor cercano. Pero no se regalan: si el productor se acoge al formato de compensación simplificada, el sistema eléctrico se los remunera.
devolución. El sistema de compensación es económica y no energética, por eso en la factura se restan euros, no kilovatios hora. Pero la factura eléctrica nunca va a salir «a devolver»: aunque viertas el montón de kilovatios hora de tu instalación, lo máximo que lograrás es que el término de energía de tu factura sea cero. En el caso de la cooperativa vallisoletana ayudan a dimensionar la instalación para ajustarla al máximo al consumo. No se gana dinero pero sí se reduce muchísimo el gasto.
precio ajustado. El precio al que se compensarán los excedentes de la instalación será, este año, de 0,048 /kWh.
sin peajes. La electricidad de instalaciones de autoconsumo está exenta de pagar peajes de conexión a la red.
único contador. Un único contador registrará la electricidad que se vierte y se consumo..