La historia de amor entre Eva Mª Esteban y Aaziz El-Yazid arranca en la prisión leonesa de Mansilla de las Mulas. Allí se encontraba encarcelado el marroquí cuando conoce a la vallisoletana –no se sabe si a través de algún amigo común o vía internet– y comienzan una relación que desemboca en boda, aún con el delincuente magrebí cumpliendo condena por alguno de los delitos que jalonan su ficha penitenciaria, en la que aparecen robos con violencia, tráfico de drogas y homicidio.
El matrimonio no supuso el fin de las andanzas de Aaziz, quien continuó después con su carrera delictiva, aunque ya instalado en Valladolid con su esposa, en un piso de la calle Linares donde este hombre de 43 años acabaría matándola unos días antes de quitarse él la vida en una celda.
Tanto es así que su última salida de prisión se produjo el pasado abril, una asiduidad que llevó a que Instituciones Penitenciarias decidiera que no le aplicaría el protocolo de prevención de suicidios de los presos primarias, al entender que era un habitual. Decisión que fue aprovechada por este delincuente para 'fabricar' una soga con su sábana, atarla a la puerta y ahorcarse.
Lo hizo cuatro días después del triple crimen, después de guardar escrupuloso silencio en comisaría y en el juzgado, sin soltar ni una explicación de por qué mató a su amigo Juan Carlos Palomino (alias 'Charly') y después prendió fuego a su piso de la calle Marqués de Santillana, ni de por qué hizo lo propio con su mujer, Eva Mª Esteban, y su suegra, Carmen González.
Al parecer, la septuagenaria era la que mantenía a ambos, a su hija y a su yerno, gracias a su pensión, porque «ninguno de ellos trabajaba», tal como detallan fuentes del caso. Las dos fueron asesinadas en ese piso desde el que también se hizo la llamada que pudo cambiar este trágico final: en julio de 2021, Eva denunció a El-Yazid por malos tratos a la Policía, pero después no quiso continuar con el proceso y el asunto se archivó.