La Universidad de Valladolid, a través de su Fundación General-FUNGE, firmó un convenio de colaboración con la Fundación Cesefor para estudiar la edificación de media y gran altura con estructura de madera en el espacio SUDOE (sur y occidente europeo), e identificar las limitantes normativas que existen actualmente para construir con este material en España, Portugal y el sur de Francia.
El trabajo forma parte del proyecto EGURALT del que Cesefor es asociado, y está financiado por el Programa Interreg SUDOE, a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) con un coste total subvencionable de 1,34 millones de euros, de los cuales la ayuda FEDER es de algo más de un millón.
El objetivo es estudiar, difundir y facilitar soluciones innovadoras para la promoción de la construcción de edificios de media altura con estructura de madera a partir del uso de madera cultivada autóctona, fomentando el desarrollo de la gestión forestal sostenible y la construcción con bajo impacto ecológico mediante el uso de materiales naturales provenientes de fuentes sostenibles y renovables.
En el proyecto que se llevará a cabo durante 30 meses participarán profesores del Departamento de Construcciones arquitectónicas y estudiantes de los últimos cursos de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Valladolid, así como técnicos especialistas de Cesefor, coordinados por Luis Alfonso Basterra, catedrático de la UVa y director del GIR en Estructuras y Tecnología de la Madera y Vanesa Baño, doctora ingeniera de montes, por parte de Cesefor.
Para llevarlo a cabo se estudiarán 20 construcciones de madera distribuidas por la región francesa de Aquitania, el centro de Portugal, y Galicia, Navarra, Castilla y León, País Vasco y Navarra, visitando siete de ellas, de las que recogerán datos relativos al origen de madera, soluciones estructurales empleadas, construcción, costes económicos y de explotación, entre otros.
“A través de estos casos ejemplarizantes queremos identificar casos de éxito y demostrar que se puede edificar con madera. Además de ayudar a transformar y mejorar la normativa que limita actualmente su uso en la construcción, tanto en nuestro país como en el resto de los países del sur de Europa, en línea con los países nórdicos y Estados Unidos, donde se mantiene la construcción en madera", señala el profesor Basterra.
“La utilización de la madera en la construcción genera no sólo un beneficio directo en el monte donde se explota, ofrece también un enorme potencial de desarrollo para las zonas rurales, especialmente aquí en Castilla y León, en zonas de Soria, Burgos y Segovia donde hay instaladas empresas de aprovechamiento de la madera, con los beneficios económicos y la generación de empleo verde que esto supone para el entorno. El sector forestal tiene un potencial enorme para esta región, no sólo en la construcción, sino también en otros productos derivados e incluso en biomasa, y esto tiene un claro impacto económico en las comunidades locales, además de en el propio medio ambiente", añade.