Madrugan, trabajan, cuidan...no paran, son las madres y los padres de unos alumnos que no vemos habitualmente en reportajes de televisión, esos que se hacen cuando empieza o acaba el curso. Son niños y jóvenes que están escolarizados en centros de educación especial, o en aulas específicas de centros ordinarios.
Cada uno de ellos tiene un plan de estudios y cada uno de ellos tiene una terapia que desarrollar a diario y todo eso lo consiguen hacer cada día que acuden a su colegio, con mucho esfuerzo, mucho más del que nos imaginamos.
Conozco bien a varias familias, sobre todo a las madres de esos niños, he entrevistado a muchas de ellas, he intercambiado conversaciones con algunas, y con una, con Yolanda de la Viuda, mantengo un contacto habitual. Es ella, el ejemplo de madre que todos deberíamos tener en mente para hacerlo bien, yo le digo que se cuide porque todo esto va a acabar con su salud, pero no quiere, no puede dejar de luchar...y parece que esta 'batalla' no para de ponerles zancadillas.
Hace cinco años tuvieron que salir a la calle, y no sólo lo hicieron ellas, es que Valladolid se llenó de familias de toda España para pedir que los centros de educación especial siguieran abiertos.
Todo esto empezó en 2006 cuando se aprobó la convención de los derechos de las personas con discapacidad, que apela por una educación inclusiva. En la práctica, temen las familias, es ir cerrando los centros de educación especial y contar con los medios necesarios en los colegios ordinarios.
Dos organizaciones denunciaron años después que este extremo, la inclusión en colegios ordinarios, no se estaba cumpliendo, así que en 2017 dos personas del comité vinieron a España a recopilar información sobre la educación de las personas con discapacidad. En su informe piden la no segregación de alumnos en distintos centros y que los colegios de educación ordinaria cuenten con todo lo necesario para que los niños con discapacidad puedan estudiar allí.
En el documento explican que para que un sistema sea inclusivo tienen que desaparecer los centros de educación especial y se habla de las deficiencias de los ordinarios, pidiendo a los países, una reforma integral del sistema.
Las familias aseguran que ese texto no tiene en cuenta la educación especializada de los centros de educación especial, por eso salieron a la calle en 2019. Hasta hace poco han respirado aliviados, pero hace dos meses, el comité de los derechos de las personas con discapacidad volvió a reclamar a España que cumpliera con esa reforma para incluir a estos alumnos en la educación ordinaria y por eso las familias han vuelto a pedir que se reconsidere esta postura.
Piden que se pare en este afán de incluir a todos los niños de educación especial en colegios ordinarios, es que no quieren, es que sus hijos no pueden ir a un colegio ordinario, es que no están preparados, ni las instalaciones, ni los profesionales que trabajan allí, es que sus hijos no pueden estar aparcados que es lo que les iba a ocurrir, es que sus hijos no quieren ser maestros de nadie para que se den cuenta de que hay diferencias, es que son niños que necesitan, igual que todos, desarrollarse, crecer y ser felices en el mejor ámbito para ellos, y eso sólo lo encuentran en un colegio de educación especial o en un aula específica de un centro ordinario. Y eso no paran de decirlo las familias que son las que ven a diario cómo va evolucionando su hijo, o cómo es tratado con cariño y terapias cada día.
Que sí, que queda muy bonito lo de todos somos iguales, en un mundo ideal, pero no, que estos niños que en ocasiones han sido derivados a la ordinaria, han sufrido acoso..., que la asociación que preside Yolanda de la Viuda recibe todas las semanas llamadas de padres desesperados por la situación que están viviendo sus hijos, que hay niños que cuando entran en un colegio de educación especial respiran aliviados porque están cuidados, reciben lo que necesitan, que no es más que lo que cada uno pide, que la mayoría de estos niños tienen enfermedades consideradas raras y sus terapias no son cualquier cosa, están tratados por especialistas que tienen vía directa con la atención sanitaria, eso hoy por hoy es completamente imposible en un colegio de educación ordinaria.