La falta de beneficios deja sin bar varias piscinas de pueblo

R.G.R
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Los ayuntamientos están teniendo problemas en las licitaciones para la explotación de estos espacios, ante la imposibilidad de encontrar autónomos que los gestionen durante el verano

El bar de la piscina de Simancas, donde el Ayuntamiento no encuentra a ningún empresario que lo gestione durante los meses de verano. - Foto: J. Tajes

Problemas para los ayuntamientos. Algunos consistorios están viendo cómo las licitaciones de algunos bares de las piscinas municipales de verano y otros espacios, como kioscos y zonas recreativas pueden no abrirse durante la temporada estival. 


Las excesivas trabas y condicionantes que deben cumplir los autónomos que opten a estas licitaciones realizadas por los ayuntamientos y la falta de excesiva rentabilidad económica están haciendo que algunos municipios no tengan más remedio que rebajar a precios irrisorios el canon de explotación de estos espacios, pero ni así. Algunos no tendrán más remedio que cerrar los bares de las piscinas y los usuarios no podrán ni siquiera tomar un refresco en las instalaciones durante este verano. 


Es el caso de Simancas. La concejala de Hacienda, Zulima Castillo, indicó que esta misma semana se ha quedado desierta por segunda vez la explotación del bar de las piscinas durante los casi tres meses y reconoció que en el caso de que no se encuentre a una persona que lo dirija no tendrán más remedio «que cerrarlo este verano». Consideran que el precio del canon es «muy bajo» al estar establecido en 900 euros para toda la temporada. «Casi, casi lo regalamos. No se puede poner más bajo», indicó la edil. El Ayuntamiento intentará de nuevo promocionar esta oferta, aunque reconoce que si nadie explota el bar no tendrá más remedio que cerrarlo. 
No es el único municipio que se encuentra en esta situación. Ataquines tiene exactamente el mismo problema. Está en la misma situación. Desde el año 2019, el Consistorio ha invertido 85.000 euros en las instalaciones de la piscina y ahora se encuentra con que nadie ha pujado por la oferta de 600 euros para la explotación del bar. «Ya en el 2022, después de la pandemia, nos quedamos sin bar porque nadie lo quiso», apunta el alcalde, Héctor Arroyo. 


El equipo de Gobierno está dispuesto a facilitar todo lo posible la llegada de una persona que gestione el bar. «Si nos tiene que pagar los 600 euros al final de la temporada no habría ningún problema y también debe saber que tendemos placas fotovoltaicas que abaratan la factura de la luz», sostiene el alcalde. La temporada de piscinas comenzará a mediados de junio e incluso si después de esa fecha se presentara un emprendedor, el Consistorio estaría dispuesto a formalizar un contrato. 


Otros municipios también están teniendo problemas para la adjudicación, aunque finalmente sí han podido solventar el problema. Es el caso de El Carpio, donde el Ayuntamiento no ha tenido más remedio que publicitarlo y publicar una segunda licitación para conseguir finalmente a un emprendedor que gestione la piscina. Lo mismo ha ocurrido en Pesquera de Duero, donde el Consistorio ha tenido que hacer lo mismo para lograr que sus vecinos puedan tomar algo en las piscinas.


Otros municipios siguen la estrategia de abaratar hasta precios irrisorios del canon que tienen que pagar las personas que gestionan sus piscinas. Es el caso de Quintanilla de Onésimo, que abre las piscinas entre el entre el 14 de junio y el 15 de septiembre, solo cobra cien euros por el canon y acepta la mejor oferta. En el caso de Renedo de Esgueva y Viana de Cega, ambos fijan el canon en 1.500 euros, un precio muy económico teniendo en cuenta la gran afluencia de clientes durante el verano. 

En el caso de Pedrajas de San Esteban, los problemas son similares. Ya el año pasado no encontró a una persona para el bar de la piscina y, finalmente, tuvo que recurrir a una empresa externa. «Me dio muchos problemas durante todo el verano», indica su alcalde, Alfonso Romo. Este año, sí ha encontrado quien la gestione, pero ahora tiene este mismo problema con el bar-kiosco ubicado junto a la ermita de la Virgen de Sacedón. «Antes salía a subasta por 4.000 euros y ahora lo tenemos por 250 y nadie lo quiere», comenta el regidor. Lo mismo ocurre con el bar de la plaza de toros. «Tampoco se abre porque nadie lo quiere explotar. No encuentro a nadie que lo abra».