José Antonio de Santiago Juárez

La Cencellada

José Antonio de Santiago Juárez


Cenas frías

01/11/2024

Conozco a Luis Tudanca desde hace diez años, cuando alcanzó la secretaría regional de los socialistas de Castilla y León. Hace más de un lustro que no intercambio puntos de vista ni puntos ciegos con él. Ni falta que nos hace a ninguno de los dos.

En aquella época, acababa de sustituir al buenazo de Julio Villarrubia, quien había tenido un serio tropiezo en la moción de censura en el Ayuntamiento de Ponferrada en la que desbancó al PP, pero eligió a los peores socios posibles y que, posteriormente, sufrió un golpe de estado interno en el que dimitieron 25 de los 48 miembros que formaban la ejecutiva. Recuerdo alguna conversación con Julio por los interminables pasillos de las Cortes, en donde me trasladó su frustración, disgusto y desengaño con el partido en que llevaba militando desde joven.

Detrás de aquellas sucias maniobras que auparon a Tudanca a la secretaría regional, estaba, entre otros, Óscar López, actual ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública quien, unos años antes con su 'Puro Cambio', en las elecciones autonómicas de 2011 había cosechado uno de los peores resultados del PSOE en Castilla y León (29 procuradores frente a 53 del Partido Popular del presidente Herrera). Si revisan los tuits del actual ministro, encontrarán uno que le define bien como persona. Lo lanzó cuando se conoció que Tudanca había conseguido la secretaría: «¿Sabéis esa incomparable sensación de despertarse y descubrir que sólo era una pesadilla? Pues eso. Hoy a cenar un exquisito plato frío!». Aquella cena le debió dejar buen sabor de boca ya que, tal como me aseguran sus compañeros de partido, tiene otra similar preparada para cuando consiga descabalgar a Tudanca.

Este último se ha presentado en tres ocasiones para optar a la Presidencia de la Junta. La primera, en 2015, se enfrentó al presidente Herrera y no le fue nada bien (42 el PP y 25 el PSOE), en 2019 ganó las elecciones (29 el PP y 35 el PSOE), lo que no ocurría desde la época de Demetrio Madrid (1983) y en 2022 no tuvo un mal resultado (31 el PP y 28 el PSOE). En la legislatura actual, su grupo parlamentario le ha dado algunos quebraderos de cabeza (asuntos Cepa y Hernández). Entre sus mayores méritos está el haber conseguido pacificar y unir al partido. 

Ha sido leal a Sánchez, incluso antes de que existiese el sanchismo, pero no ha visto venir que, con el inquilino de La Moncloa, la amistad, lealtad y afecto están en el exilio. Ha sido siempre excesivamente dócil con Ferraz, manejando mal y en exceso el perfileo con las decisiones tomadas por el gobierno socialista de España, aunque fuesen contrarias a los intereses de Castilla y León. Si de algo ha pecado ha sido de ser discreto, sumiso y obediente a los dictados de sus jefes.

En los últimos tiempos, al sentir que le movían el sillón y no se lo meneaban más porque nadie en su partido quiere asumir el compromiso de tirar del PSOE en esta Comunidad, y viendo que en el Congreso Federal de Sevilla le iban a dar matarile, decidió alzar la voz y convocar primarias como mecanismo de defensa y le está cayendo la del pulpo, dentro y fuera de su partido y en particular en los medios de comunicación de la Comunidad. Se critica hasta lo que cobra, como si el resto de los liberados de las Cortes lo hiciesen de forma altruista. Alguien debería decirles que en política nunca se debe disparar a una ambulancia y a él que tenga cuidado con la sorpresa del roscón de Reyes.