Leo con agrado en la prensa local que el exalcalde y ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha propuesto, en una entrevista que concedió a Cataluña Radio, cambiar el nombre de la estación de trenes de Valladolid Campo Grande por el de Concha Velasco y que el alcalde, Jesús Julio Carnero, ha respaldado rápidamente la propuesta. Saludo este primer entendimiento en el, siempre difícil, asunto del ferrocarril a su paso por la ciudad. Parece que los lunes epistolares comienzan a dar sus frutos.
La actriz vallisoletana se merece esto y más. Fuimos muchos los que cuando falleció, el pasado mes de diciembre, solicitamos un reconocimiento de este tipo para quien llevó siempre el nombre de su ciudad por delante y en el corazón, siendo una magnífica embajadora. No considero necesario que el cambio de nombre se intente vincular, justificar o enmarcar en la política del Ministerio de asignar nombres de mujeres ilustres a infraestructuras importantes, recordándonos que otras estaciones ya lo han hecho (Almudena Grandes, Clara Campoamor, María Zambrano…). Supongo que no se trata de feminizar el nombre de la estación, si no de homenajear a quien, por su trayectoria vital y profesional, tiene el reconocimiento y el cariño de sus paisanos.
Cuando conocí el acuerdo de nuestros dos políticos, no sé muy bien porqué, seguramente estaba en la Luna, recordé la mítica frase de Neil Armstrong y la adapté al momento por el que pasa la política de nuestra ciudad: «este acuerdo es un pequeño primer paso para el diálogo y puede ser un gran salto para el soterramiento de las vías».
Mi dicha apenas duró veinticuatro horas. Fue un espejismo. Al día siguiente del acuerdo sobre el nombre de la estación, el Ayuntamiento presentó el Plan Reconstruye 2024, que contiene algunos proyectos del programa electoral con el que el PP se presentó a las elecciones y consiguió el gobierno municipal. La oposición socialista, con el ministro Óscar Puente a la cabeza, criticó con dureza hasta el nombre del documento, considerándolo «pomposo» y «grandilocuente», calificándolo como un acto de propaganda y de pérdida de juicio y del sentido de la orientación. Algo similar ocurrió pocos días después, cuando la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento acordaron dedicar 4,5 millones para la necesaria y muy demandada, incluso por el grupo socialista, remodelación de la estación de autobuses sin renunciar al futuro soterramiento. Evidentemente, o yo estaba en la luna, que puede ser, o los socialistas todavía no han digerido haber perdido la alcaldía, o ambas cosas a la vez.
La oposición municipal maneja con soltura dos máximas: «yo fui el primero en proponerlo» o «todo son fuegos artificiales propagandísticos». Lo del 'primero' lo usan con tanta frecuencia que, si se lleva a cabo la Ciudad de la Justicia o el soterramiento, también lo dirán. El cada día más medio ministro - medio líder de la oposición socialista en el Ayuntamiento, Óscar Puente, ha prometido y no cumplido tantos proyectos en los ocho años de gobierno municipal, que en cualquier asunto él fue 'primero'. Y si es algo novedoso lo califica de acto propagandístico. Estos son los marcos que manejan. Han pasado del «y tú más» al «yo fui el primero».
Como en la Luna comienza a haber 'overbooking', sería deseable que alguien oriente al concejal de Urbanismo, Ignacio Zarandona, cuando se refiere al soterramiento. Ni los ejemplos futbolísticos que utiliza ni la valoración de la integración en superficie que en ocasiones realiza, me parecen acertados y le sitúan el primero en la lista de espera.