Hubo un tiempo en el que contar con gran cantidad de tecnología en casa era el no va más para mucha gente... Hace poco más de una década, comprar al retoño una consola era lo normal, algunos nos resistimos, gracias también a que los pequeños a nuestro cuidado, tampoco lo pidieron. En aquella época, una madre me hizo el siguiente comentario: «tú verás, pero si no tiene consola se quedará apartado». Me entró «miedito», no lo voy a negar, nadie quiere que su hijo se quede a un lado y menos por no tener una máquina de esas, pero por lo que sea, en mi casa no compramos ese trasto.
Este año y ya a finales del pasado, la tortilla empieza voltearse. Un nutrido grupo de familias, junto a psiquiátras y psicólogos y muchos docentes, han puesto en marcha una plataforma, se llama 'Adolescencia libre de móviles'. El grupo surgió en Cataluña, fueron madres y padres de niños de sexto de primaria, sabían que al siguiente curso, primero de la ESO, iba a ser casi obligatorio entregar un smartphone a su pequeño, porque ahora es 'lo normal'. Ellos no querían, ya ha pasado suficiente tiempo para descubrir todas las penalidades que se pueden proyectar en un niño a través de un aparato tan sobredimensionado como ése, así que se unieron para ser cuantos más mejor y conseguir que casi ningún niño de ese grupo tuviera teléfono móvil con doce años.
El movimiento, lejos de quedarse ahí, se ha ido extendiendo a pasos de gigante por todo el país y también ha llegado a Valladolid. Un grupo de familias se han empezado a organizar para conseguirlo. Van poco a poco así que lo primero que quieren lograr es evitar que los teléfonos entren en las aulas. En Castilla y León está prohibido el uso de dispositivos móviles en los centros escolares, mientras no sea para uso educativo, pero es que las familias de esta plataforma no quieren tampoco eso, porque obligaría igualmente a dar un teléfono a los niños.
Dentro de ese grupo hay varios expertos en los daños que las redes sociales están provocando en la actualidad y son duros de escuchar. También hay docentes expertos en tecnología y ellos son los que explican que no es necesario ningún teléfono móvil para la docencia, los famosos 'Kahoot!' (plataforma gratuita que permite la creación de cuestionarios de evaluación) se pueden diseñar de otra manera y tampoco son necesarios, además, varios países que nos llevan la delantera e introdujeron los ordenadores en las aulas, están volviendo a los libros porque se está demostrando que no, que no es buena idea estar pegado todo el día a una pantalla.
La unión de estas mil familias, de momento, quiere evitar que los menores de 16 años tengan la obligación de contar con un móvil para seguir alguna clase o hacer cualquier prueba académica porque aseguran que no es necesario y es completamente prescindible.
Saben que son ellos los primeros que tienen la obligación de cuidar de sus hijos y evitar la compra de un móvil pero también saben que si deciden esto, su hijo será la excepción y quieren que ocurra justo al contrario, que casi nadie de doce, trece o catorce años, tenga un smartphone.
Sabemos el daño que está haciendo el visionado de porno en criaturas de edades que no pueden asumir tales burradas y también sabemos que los controles parentales funcionan regulinchi, así que algo se tiene que hacer y es urgente mover ficha.
La plataforma no para de moverse, cuentan con varias comisiones, de familias, de Ampas, de profesores, de psicólogos y rascando tiempo de donde no hay, gestionan entrevistas con todas las administraciones para que al menos, les escuchen.
Según los datos del estudio 'Impacto de la tecnología en la adolescencia', realizado por Unicef, un 31,5 por ciento de los menores que utiliza internet lo hace durante más de cinco horas diarias; casi el siete por ciento lo hace en clase para fines no educativos y el 8% reconoce el envío de imágenes de contenido sexual.
Sabemos que la tecnología ha venido para quedarse pero estos últimos años han sido de ansia viva por tener, por estar presente en todas las redes sociales, por estar ahí y no en la realidad, así que toca frenar, conocer los graves efectos que está teniendo en nuestros niños, salir al parque, jugar al aire libre, evitar la soledad y conseguir que los más pequeños disfruten de la vida como lo hicimos sus padres, sabiendo que el día tiene sus apartados, cole, amigos, casa, familia y que hay que respirar de cada uno de ellos sin estar conectado con todo eso las 24 horas del día. Dejemos a los niños crecer, no son avanzados tecnológicamente, porque no saben por su edad, los peligros a los que se enfrentan cuando en una red social, por ejemplo, cuelgas una foto que se pone a circular en segundos sin control. Si un adulto no sabe cómo gestionar eso, cómo lo van a saber gestionar ellos.