Ensaladas, pastas y pizzas. A priori, parece una combinación sencilla. Por ella apostaron hace más de dos décadas Alfonso Mongil e Ignacio Gabella. Y el próximo 1 de mayo cumplirán 21 años ofertando estos tres productos, más algunos entrantes, pescados y carnes, en la Pizzería Gabel'la, en la calle Miguel de Unamuno, en Covaresa. «Nos conocíamos desde hacía tiempo. Éramos vecinos y amigos, y nos decidimos a ello en uno de mis regresos a la ciudad, ya que por entonces vivía y trabajaba en Andorra», explica Ignacio, zamorano de nacimiento y vallisoletano de adopción.
Él, a diferencia de Alfonso, sí venía del sector. Siendo joven se fue con un amigo a tierras catalanas a buscarse la vida un verano, acabando antes en Andorra. Los primeros dos años los pasó trabajando en un hotel y luego en la hostelería, especializándose en pizzerías. Tras 24 años en el vecino país, en una de sus visitas a Valladolid, se decidieron a dar el paso de abrir algo juntos. Encontraron el local en lo que era el restaurante Acantos, lo reformaron y abrieron su propia pizzería, aprovechando los conocimientos de Ignacio y que en el barrio había varios negocios hosteleros, pero ninguno de esta especialidad.
«El nombre lo propuso Alfonso. Pedimos ayuda y colaboración fuera, pero no encontrábamos nada que nos cuadrase. Un día comentó lo de usar mi apellido que, con un apóstrofe, suena italiano. Y así lo hicimos», recuerda Ignacio, pizzero, cocinero, encargado de sala y lo que se tercie en el local.
Una pizza en el Gabel'la. - Foto: Jonathan TajesUn local para 120-130 comensales, gracias a un comedor interior para 48 personas; a la amplia zona de barra, con mesas altas y bajas; a lo que hay que añadir una terraza que no solo funciona en verano: «El pasado domingo la pusimos y se llenó rápidamente. Ahora con este tiempo hay que tenerla siempre preparada».
Aunque tienen carnes y pescados, como varios tipos de bacalao, lubinas, entrecot o solomillos; así como entrantes: carpaccios, setas, gambones... lo suyo son las ensaladas (diez diferentes), las pastas, tanto secas como frescas (más de una docena) y, por supuesto, las pizzas, con 24 tipos. «El secreto es la masa y que los ingredientes sean de calidad», asegura guardándose algún as en la manga. «Aquí tenemos un tamaño único, de 120 gramos, de unos 27 a 29 centímetros de diámetro; con pasta viva, medio hojaldrada», añade. Los precios también ayudan, con 10,50 euros (más 0,5 de suplemento en terraza) la mayoría; salvo las sugerencias, que van de los 12,50 a los 14 euros.
La que más triunfa es la Salvaje, con tomate, queso mozzarella, carne de ternera en tiras, cebolla, ajo, jamón york y champiñón; y la Florida; y dentro de las pastas, la fetuccini con gambas y tomate natural y los floccchis rellenos con quesos y pera, con una reducción de Pedro Ximénez y foie.
En apenas 12 minutos, la pizza está lista para que los clientes –«del barrio y de fuera, grupos de amigos y familias... tenemos de todo tipo», aseguran– las degusten. Aunque en 2010 abrieron un segundo local en la calle Platería, en pleno centro de la ciudad, lo traspasaron el pasado mes de octubre y ahora se centran en Covaresa, donde arrancó todo.
Además, desde la pandemia, junto a la oferta en local está la de llevar, que cada vez tiene más éxito. ?