El Fundación Aliados logró una sufrida y trabajada victoria ante un Mideba Extremadura que no bajó los brazos en ningún momento, a pesar de tener poco banquillo, y que plantó una dura batalla durante muchos minutos del partido, ante un rival al que desatascó Lucas Müller, con una gran actuación en el tramo final, al igual que la intensidad defensiva del equipo en esos últimos minutos.

No salieron mal los vallisoletanos a la cancha, porque en el primer cuarto desplegaron una buena defensa, pero también cometieron demasiados errores en ataque, con fallos en lanzamientos fáciles, y eso les impidió distanciarse en el marcador, y tener que conformarse con tan solo cuatro puntos de ventaja sobre un Mideba que apenas pudo moverse.

En el segundo, el cuadro morado llegó a obtener una renta de diez puntos (24-14), con un Joaquín Robles muy intenso en el plano defensivo y el siempre seguro Adrián Pérez en los tiros a canasta, pero Efraín Martínez empezó a calentar la muñeca, a lo que se añadió una mayor intensidad en su área de los extremeños, y dieron la vuelta al marcador antes del descanso (31-33).

Tras la reanudación, el conjunto de Badajoz demostró estar cómodo en la cancha, con un Efraín Martínez que se hizo dueño y señor de la pintura y que, cuando estuvo más controlado, dio el relevo a Trabuchet como referente ofensivo. Eso, unido a los fallos en la escuadra morada, les permitió conservar esa mínima diferencia al término del tercer cuarto (45-47).

Pero los de José Antonio de Castro no habían dicho su última palabra, y Lucas Müller salió a la pista con todo, para impulsar a los suyos, insuflarles más energía en defensa y contribuir con sus puntos a recuperar el dominio del juego y amarrar un triunfo por 69-58, en el que también fue determinante la gran actuación colectiva a la hora de impedir el juego del contrario, en el último cuarto.