El Movimiento 15M de Valladolid emprenderá acciones legales por la vía judicial contra los funcionarios que intervinieron en el operativo, que concluyó con una carga policial ayer contra una concentración formada por unas cincuenta personas frente al restaurante “La Parrilla de San Lorenzo” de Valladolid; contra al jefe del mismo; contra el subdelegado del Gobierno, José Antonio Martínez Bermejo; contra el delegado del Gobierno en Castilla y León, Ramiro Ruíz Medrano; y contra el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ante las graves lesiones sufridas por una manifestante de unos 60 años.
La organización afirmó hoy que dos trabajadores sanitarios del Hospital Clínico Universitario han constatado “presiones” por parte de la gerencia del centro para disociar el estado de E.A.F., que ayer quedó ingresada en estado grave a causa de un ictus provocado por un derrame cerebral interno, de la carga policial, basándose en las patologías previas de la víctima (hipertensión y problemas cardíacos) de la actuación policial.
En este sentido, aseguran, a través de un comunicado, que los facultativos han acreditado tres contusiones en la zona craneal y lumbar. El subdelegado del Gobierno en Valladolid, José Antonio Martínez Bermejo, aseguró hoy, sin embargo, que la hemorragia cerebral, según los médicos que le asistieron, no fue como consecuencia de golpe o contusión alguna. Un extremo que “no se corresponde con la realidad”.
En este sentido, defienden que no es cierto que la manifestante ingresada en estado grave lo haya sido por casualidad y que sus lesiones “no sean consecuencia de golpe o contusión alguna”. Constatan que ningún facultativos ha sostenido que el ictus producto de hemorragia no tenga que ver con la intervención policial. “Es una mentira que, por la suma gravedad del hecho que pretende ocultar, resulta ridícula”.
El 15M afirma que hay pruebas gráficas de que la herida es zarandeada en repetidas ocasiones por diversos funcionarios de policía, y “sufre al menos tres impactos con una defensa en la zona posterior de la cabeza”. “El pretender que no existe una relación causa-efecto entre la actuación policial y el estado grave de nuestra compañera y que este se produjo así porque sí es un insulto a la inteligencia de la ciudadanía y abunda, por desgracia, en prácticas manifiestamente ilegales y ya señaladas por la justicia tristemente habituales en el proceder de las UIP en Valladolid”, sentencian.
Más allá del grave caso de la mujer que permanece ingresada, el movimiento ciudadano sostiene que no es cierto que todos los manifestantes fueran dados de alta con lesiones “de carácter leve” y aseguran que una señora sufrió fracturas de huesos al ser inmovilizada por varios agentes, “como se demostrará en sede judicial en el momento correspondiente”.
La organización también asegura que en ningún momento, los concentrados “hirieron” a un número indeterminado de policías, como también se deduce de las imágenes captadas del altercado. Asimismo, afirman que los concentrados no “intentan romper el cordón policial lanzando manotazos y patadas a los agentes”, como sostiene la Subdelegación. “Los manifestantes llegan al citado local sin existir cordón alguno, los agentes se acercan formando dos líneas, agarran la pancarta, empujan y dan patadas a través de la misma a quienes la sostienen y proceden a disolver, defensa en mano, la concentración, integrada en su mayoría por personas de ambos sexos por encima de los 50 años, y con escasas posibilidades de dañar físicamente a los funcionarios de la UIP, que entre sus no muy numerosas virtudes lucen una preparación física y un conocimiento de cómo hacer daño al prójimo que esta asamblea les reconoce caballerosamente”.
El 15M también expresa que en ningún momento se negaron los concentrados a proporcionar sus documentos de identidad a los funcionarios, ni hicieron caso omiso de las indicaciones de los agentes, “porque éstas, sencillamente, no existieron”.
La organización también indica que los concentrados frente al restaurante “La Parrilla de San Lorenzo” no se acercaron al local “con actitud intimidatoria”, estaban realizando un recorrido por la zona, con paradas breves, y “habrían seguido de largo si no llega a ser por la fragilidad de nervios de los efectivos policiales y su actuación posterior”.
Por último, inciden en que en ningún momento las personas concentradas “obligaron a los transeúntes a refugiarse en el interior de los establecimientos” circundantes, y reflejan que el subdelegado de Gobierno confunde el domingo con el sábado por la noche, cuando un grupo de ciudadanos se concentró espontáneamente frente a un local donde Carlos Floriano y Alfonso Alonso consumían en la terraza, para entrar apresuradamente en el momento en que comenzaban los primeros cánticos. “Nada por el estilo sucedió el domingo al mediodía”, concluyen.