La profesora vallisoletana Almudena Sevilla (1973), investigadora en economía y género y distinguida como comendadora de la Orden del Imperio Británico en enero de este año, señaló que "cada niña que no alcanza su potencial es talento perdido y un freno para el crecimiento". "La igualdad de oportunidades no es solo una cuestión de equidad y justicia, también es necesaria para aprovechar recursos muy valiosos para la sociedad", sentenció.
En el marco de sus investigaciones en esta materia ha demostrado que algunas ideas extendidas, como que 'las niñas no son buenas en matemáticas' o 'las madres deben quedarse en casa al cuidado de los niños', "contribuyen a las brechas de género en la educación y el mercado laboral". Incluso, como recoge Ical, añadió, en países con altos niveles de igualdad "sigue existiendo una fuerte asociación entre los hombres y las carreras técnicas, y entre las mujeres y las humanidades". "Estos estereotipos a menudo son subconscientes, pero influyen tanto en la confianza y las aspiraciones de las niñas como en las expectativas y las decisiones de las familias y el profesorado", sostiene, en este Día Internacional de la Mujer.
Además, consideró que estas ideas preconcebidas hacen que el entorno aleje a las niñas de las carreras científicas y tecnológicas, lo que "entorpece la igualdad de género". También suponen un "costo para la economía", ya que, "al no aprovecharse posibles vocaciones en esas disciplinas, se reduce la innovación y la productividad".
La profesora vallisoletana Almudena Sevilla, investigadora en economía y género y distinguida como comendadora de la Orden del Imperio Británico - Foto: Jordi Toirán. Fundación La Caixa / ICALSevilla ha dedicado su carrera a investigar sobre economía y género, además de impulsar el crecimiento de las académicas y el aumento de profesionales en este sector. En enero fue condecorada como comendadora de la Orden del Imperio Británico, un reconocimiento a su labor investigadora y sus contribuciones para mejorar la sociedad, un premio a un compromiso que comenzó en Estados Unidos, donde cursó su doctorado gracias a una beca de posgrado de la Fundación "la Caixa".
Recuerda que estudió economía, una disciplina en la que las mujeres suelen estar poco representadas, porque "siempre" se le dieron "muy bien las matemáticas" y la recomendaron que optase por Administración y Dirección de Empresas (ADE), que por aquel "entonces compartía muchas asignaturas con Economía". En primero de carrera se topó con la microeconomía y "fue un flechazo". "Es una disciplina muy formal, pero a la vez muy humana porque permite encontrar soluciones a problemas del mundo real a partir de datos. En ese momento tuve claro que quería dedicarme a investigar cómo pueden las decisiones económicas mejorar la sociedad, por lo que, al terminar ADE, continué con Economía", relató, en declaraciones recogidas por Ical.
Fue a partir de ahí, en la facultad, cuando se percató de que eran "tantas chicas como chicos, pero esa equidad se fue perdiendo a medida que avanzaba la carrera"; y cuando llegó a la Universidad de Brown para hacer el doctorado gracias a la Fundación "la Caixa" se dio cuenta de que "solo había una mujer que fuera profesora". "Ahí empecé a moverme, hablando con las estudiantes de ciencias puras, que estaban organizadas y contaban con el respaldo de la universidad. Recuerdo perfectamente la cara de sorpresa del decano cuando le hice ver que Ciencias Económicas era una especialidad dominada por hombres y enseguida quiso actuar al respecto", admitió.
La asociación de mujeres económicas
Después de 10 años trabajando por la igualdad en la asociación profesional de economistas británicos, la Royal Economic Society, tiempo en el que los progresos eran "muy lentos", apostó por "un cambio de estrategia". "No bastaba con señalar los problemas, era necesario crear espacios concretos donde las mujeres pudieran aprender, apoyarse y avanzar juntas", argumentó. Por eso fundó la UK Women in Economics Network, con la idea de conectar a economistas en la academia, el sector público y la empresa privada.
Sus eventos tienen una "demanda muy superior a la capacidad disponible", lo que demuestra que, a pesar de los avances en este campo, "sigue habiendo una gran demanda de estos espacios que van más allá del simple networking y ofrecen oportunidades reales de desarrollo y aprendizaje".
Seguramente, este paso también está detrás del título de comendadora de la Orden del Imperio Británico, que admite, fue "una sorpresa enorme y un honor increíble", ya que "se otorga a grandes personalidades de las artes y las ciencias", como Stephen Hawking, por ejemplo.
Sevilla lo considera un "reconocimiento" a su trabajo académico y su labor por la igualdad de la mujer. "Me hace mucha ilusión, aunque también me genera una sensación de responsabilidad. En lo social, creo que estos reconocimientos son importantes porque dan visibilidad a las investigaciones sobre economía y género, algo que es fundamental para que más mujeres y hombres se animen a estudiar esta materia", defendió.
Acoso sexual
Entre las investigaciones desarrolladas por Almudena Sevilla se encuentran aquellos factores que aumentan la brecha de género en el ámbito laboral, como el acoso sexual, una "barrera extrema" en el mercado de trabajo que "obliga a muchas mujeres a cambiar de sector o a dejar sus empleos e impide que trabajen donde serían más productivas".
En sus investigaciones ha demostrado que 18 de cada 100 mujeres han sufrido contacto físico no deseado en alguna ocasión.
Además de las consecuencias directas sobre las víctimas, que pueden incluir el abandono del empleo o un freno para su carrera profesional, "contribuye a la segregación ocupacional, ya que las mujeres buscan entornos de trabajo en los que hay menos hombres para sentirse más seguras". "Esto no solo limita su desarrollo profesional con graves consecuencias económicas para las propias mujeres a lo largo de su vida, sino que también reduce la eficiencia del mercado al desaprovechar talento", esgrimió.
Para prevenir comportamientos de este tipo, apuesta por crear un marco institucional para que el acoso sexual "no suceda". Entiende que en España se "ha avanzado bastante al pasar de una legislación que solo actuaba cuando el suceso ya había ocurrido a una que obliga a las empresas a prevenir estas situaciones". Ahora están obligadas a implementar protocolos "claros, formar a su personal y tomar medidas preventivas". "A corto plazo", prosiguió Sevilla, "estas políticas abordan el problema inmediato, pero su verdadero impacto se ve en el largo plazo, donde también contribuyen a cambiar actitudes".
"Penalización por hijos"
En su trabajo, la profesora se refiere a la "penalización por hijos" y cree qué tener descendencia contribuye a la brecha salarial de género. "Cuando llegan los niños, muchas madres tienen que dejar de trabajar o reducir su jornada laboral, lo que genera un efecto dominó que desemboca en un menor progreso profesional. Políticas como los permisos de maternidad o el trabajo en remoto pueden ser armas de doble filo, ya que las personas que se acogen a estos beneficios suelen ser mujeres, lo que puede reforzar los estereotipos de género y mantener las desigualdades laborales", argumentó.
A su juicio, algunas de las decisiones que toman las familias respecto al cuidado de los hijos "pueden ser útiles en el corto plazo, pero contraproducentes en el largo, en especial para las mujeres". "La solución pasa por que las medidas de conciliación se tomen de manera equitativa por ambos sexos y que las empresas tengan que reportar si existen diferencias de uso entre ellos. España ha dado un gran paso al convertirse en el primer país del mundo en establecer permisos parentales equitativos. Esta política no solo equilibra la carga del trabajo doméstico en el corto plazo, sino que eventualmente también transforma los roles de género", defendió.
Sevilla también evidencia en sus investigaciones que el cuidado de menores se extiende "mucho más allá" de la primera infancia y llega hasta la adolescencia, algo que ella misma "ha observado" con sus hijas, "que han crecido y siguen requiriendo cuidados, aunque sean de otro tipo".
En este sentido, apeló a los datos de las encuestas de uso del tiempo, que "revelan que las horas que las madres pasan con sus hijos no disminuyen a medida que crecen, ya que siguen necesitando que se pase tiempo con ellos, lo que también se debe a que, cada vez más, la adolescencia se considera un periodo crítico en el que el papel de los padres es fundamental"." Hasta ahora se asumía que las mujeres que habían dejado de trabajar no volvían al mercado laboral porque habían perdido experiencia o capital humano, pero hemos demostrado que se debe a que la carga de cuidados sigue siendo alta", sentenció.
También consideró que hay margen de mejora de las políticas de igualdad, aunque asume que "muchos de estos problemas son complejos y es difícil encontrar respuestas simples". "La clave es combinar intervenciones dirigidas a cambiar comportamientos con políticas estructurales", se posicionó. Las primeras son "necesarias para modificar actitudes y percepciones, de modo que se creen entornos inclusivos con referentes femeninos que generen confianza en las mujeres y las niñas"; y las segundas "implican establecer marcos legales que se adapten a la sociedad actual, con medidas que ayuden a las mujeres y generen incentivos para aquellos entornos donde los sesgos de género no existan". "Las políticas de igualdad sirven para corregir determinados desequilibrios y, al mismo tiempo, contribuyen a cambiar la cultura y los estereotipos", afirmó.
Por último, lanza un mensaje a las jóvenes que hoy están pensando en dedicarse a la economía, a las que traslada que es una "ciencia preciosa, una herramienta poderosa para entender y cambiar el mundo".
"Nos permite analizar problemas sociales, diseñar políticas mejores y construir un futuro más justo y próspero. A través de la economía podemos reducir desigualdades, mejorar la vida de las personas y dar voz a quienes no siempre son escuchados. La disciplina está evolucionando en esta dirección y ahora es un momento ideal para unirse a ella", concluyó.