Diez años después de inundar la Sala Calderón de Valladolid (actual Espacio Seminci) con su exposición 'La tridimensionalidad de la línea', el artista vallisoletano David del Bosque (Medina del Campo, 1976) retoma la exploración que le condujo a aquella muestra en su nuevo proyecto expositivo, 'De tramas…', que acaba de abrir sus puertas en la Galería Javier Silva, en el número 8 de la calle Renedo.
Allí reúne una veintena de piezas, todas ellas inéditas salvo una, de diferentes tamaños y formatos, en las que explora las posibilidades expresivas del color y los reflejos, llevando a nuevas cotas el camino rupturista que emprendió en 2014. "En mis inicios era muy monocromático. Mis trabajos siempre se apoyaban en tonos grises, plata o si acaso oro. Después de 'La tridimensionalidad de la línea' decidí buscar nuevos horizontes y me volqué en la exploración del color", afirma en declaraciones a Ical.
En 'La tridimensionalidad de la línea' el vallisoletano mostraba el resultado de una búsqueda inconclusa que ideaba, generaba y creaba la representación de la línea en la tercera dimensión partiendo de una geometría plana, para lograr en su resultado obras geométricas. Sobre aquel proyecto, el exdirector del DA2 de Salamanca, Javier Panera, señalaba que "el rigor autorreferencial y la austeridad cromática" de la obra realizada por Del Bosque entre 2006 y 2012 fue "dando paso a una cierta apropiación irónica del color, del mismo modo que, frente a los elegantes acabados que le conferían un carácter sólidamente objetual", incluso a sus piezas bidimensionales, se apreciaba "un gusto por lo efímero y lo procesual" que parecía anunciar "un desplazamiento hacia territorios conceptualmente más pictóricos".
Ahora, en las piezas que exhibe en 'De tramas…', Del Bosque combina decisiones en cierta forma "anárquicas" en la composición de líneas, con una cierta complementariedad en el uso de los colores. "A nivel cromático, la exposición reúne absolutamente todos los colores que he podido encontrar dentro de los materiales utilizados", detalla.
En cuanto a esos materiales, hay uno que prevalece sobre el resto. Plantea una convivencia fluida entre estratificados de alta presión, PVC, plástico ABS o metacrilato, pero el principal protagonista es el Dibond espejo, un espejo de aluminio pulido y polietileno a partir del cual construye piezas que, en algunos casos, funcionan a modo de ventanas donde tramas y líneas se enfrentan, permitiendo la mixtura entre imágenes reales e imágenes proyectadas como reflejos. El resultado es que "se crea una superposición que también encontramos en diferentes composiciones de la propia obra", con "diferentes planos que se van cruzando y que se van superponiendo dentro de ese entramado de líneas", relata.
Como señala su compañero en el Colectivo Zart, el abulense Juan Gil Segovia, en 'De tramas…' Del Bosque regresa al formato circular, en un retorno a una morfología con la que ya trabajó en su serie 'La Colombie', que expuso en el Museo de Arte de Caldas (Colombia) en 2009, entre otros espacios. En el catálogo de aquella exposición José Marín Medina señalaba que David del Bosque "ha abandonado el rigor de la exactitud del plano acotado por cuatro líneas rectas que forman otros tantos ángulos rectos, y ha adoptado el registro ornamental (...) que va implícito en el tondo italiano". "En 2024, David del Bosque ha retomado el formato circular, pero lo que contienen estos tondos no son fragmentos de fotografías distorsionadas como en 'La Colombie', sino una geometría colorista un tanto anárquica, al menos aparentemente", escribe ahora Gil Segovia.
Colectivo Zart y MPH
Los dos, junto a Clara Isabel Arribas Cerezo y José María Marbán, conforman el Colectivo Zart, un proyecto creativo que alumbró su primer fruto en diciembre del pasado año, con la muestra 'Espacios residuales' en el Museo de la Industria Harinera de Castilla y León (Mihacale), en Gordoncillo (León). Cuestionado sobre lo que les empujó a poner en marcha ese colectivo, Del Bosque asegura que el objetivo primordial para todos ellos era "abrir nuevos caminos".
"Cuando hablamos de cómo enfocar esa exposición surgió el tema de la ruina y cómo abordarlo. Yo trabajo y vivo en un pueblo, Juan y Clara están en Arévalo (Ávila) y José María es de Valderas (León). Coincidíamos en varios planteamientos y decidimos dar forma a esta exposición para el Mihacale, que quedó muy bonita y con ritmo. Está muy bien. Ya tenemos varias propuestas para moverla y a partir de ahí podrán surgir más cosas. Ya estamos en ello", adelanta.
Este año, además, Del Bosque ocupará la Sala 0 del Museo Patio Herreriano de Valladolid a partir del mes de diciembre, al haber resultado elegido por el Consistorio en la convocatoria anual de artistas locales. Allí profundizará en la línea creativa que ahora exhibe en 'De tramas…', si bien alguna de las obras que prepara para entonces tendrá un carácter "más instalativo".