La Asamblea General de las Naciones Unidas ha declaro el 2025 Año Internacional de la Ciencia y la Tecnología Cuánticas, el motivo es la celebración de los 100 años del desarrollo de la mecánica matricial y la ondulatoria, a la vez que comienza una nueva era en el desarrollo de la Inteligencia Artificial y para la Humanidad.

La Inteligencia Artificial en su fase generativa ya está revolucionando especialmente la educación y sanidad, avanzando a toda velocidad, a la vez que seguimos sin tener muy claro su dimensión, gobernanza y los límites entre lo humano y artificial. Mientras avanzamos y debatimos sobre ello, llega una nueva era para la Inteligencia Artificial al unirla a la computación cuántica, la Inteligencia Cuántica que, según los expertos, será un paso decisivo e inimaginable.

Por tanto, tenemos por delante un año marcado por otro tipo de incertidumbre, en el que se espera un acelerón de la revolución tecnológica y también política en el mundo, donde la Inteligencia Artificial sigue marcando un futuro incierto, a la vez que las democracias parece que se tambalean y las tensiones entre gigantes se incrementan. De manera muy cercana además nos enfrentamos, entre otros, a serios problemas de vivienda y desempleo para los jóvenes y al incremento de la migración. 
Los desafíos a los que cada año nos enfrentamos cada vez evolucionan más rápido y se van sumando a los que aún no hemos resuelto, creando una especie de 'poliedro de complejidad' nada fácil de asimilar y gestionar, tanto desde el punto de vista de la practicidad como desde el de la ética, pero si sabemos gestionarlo bien, este 'poliedro de complejidad' será una ventana de oportunidades.

Hace unos meses en nuestra ciudad se creó el Centro de Inteligencia Artificial de la UVA que ya cuenta con 150 miembros y hace sólo unos días se puso en marcha por parte de la Diputación de Valladolid desde el Área de Innovación Digital, Gobierno Abierto y Contratación, un innovador proyecto que aplicará los conocimientos y evidencias científicas a través de la IA a las políticas públicas para desarrollar prototipos que mejoren la gestión de la administración pública.

Estas noticias se combinan con las recientes del saldo migratorio positivo en Valladolid tras casi 20 años gracias a la llegada de personas de otras nacionalidades como la colombiana, venezolana y marroquí, como a la llegada de personas de otras provincias o incluso vallisoletanos que deciden volver con sus pequeñas familias, aunque sigan trabajando diariamente fuera de Valladolid gracias a los trenes de alta velocidad. 

Estos cambios y evoluciones empiezan a ser más rápidos y visibles que nunca con un cambio generacional palpable, un centro que se desnuda a pasos agigantados de comercios míticos por falta de relevo, a la vez que se llenan de franquicias, aumenta la diversidad cultural, el ocio, la restauración y gastronomía orientada a la atracción de turismo ¡Qué importante es tener capacidad de atracción de turismo!, pero ¡qué importante y decisivo es tener capacidad de atracción de talento!
Para ello, cada vez más ciudades analizan y buscan intencionadamente progresar científica y estratégicamente identificando continuamente sus áreas de mejora que sólo se pueden lograr con un trabajo colectivo de administraciones públicas, empresas, universidades y centros de investigación, entidades sociales, instituciones culturales y por supuesto toda la sociedad civil que la habita. Todos tenemos nuestro papel y necesitamos crear y tener una agenda compartida de buen futuro para nuestros entornos. 

Así que mis deseos para el nuevo año son que seamos capaces de atraer e impulsar una ciudad llena de talento científico, empresarial, cultural y artístico, periodístico, creativo, social, …  junto con nuevos entornos en los que inspirarse, crear, aprender, conversar, debatir, conocerse y establecer nuevas relaciones que nos enriquezcan y hagan crecer a todos, pero sobre todo … en la era que viene, la de la Inteligencia cuántica, que la inteligencia humana nos permita mantenernos unidos.