A la cuarta, después de más de dos años de intentos frustrados y más de seis desde que se iniciaron los trámites administrativos previos, Aena ha conseguido encontrar empresas dispuestas a llevar a cabo el proyecto de techado del aparcamiento del Aeropuerto de Valladolid, que incluye la instalación de una nueva red de cámaras con funciones comerciales y de vigilancia en la misma zona. El plazo de presentación de ofertas se cerró el pasado 7 de octubre y esta vez concurren tres (de la madrileña FTC Obras y Energía, la valenciana Vilor Infraestructuras y la zamorana Contratas y Obras San Gregorio), ahora pendientes de que la Mesa de Contratación termine de analizarlas, comprobar que no haya defectos en la documentación o estos sean subsanables, valorarlas, clasificarlas y adjudicar por fin las obras, después de que ya hubiera que declarar desiertos los tres primeros concursos.
Claro que la diferencia de presupuesto va a ser notable con respecto a lo previsto en un principio: en junio de 2022 salió el proyecto a licitación por 877.245 euros brutos y nada; en noviembre del mismo año, por 1.042.169 y tampoco; en agosto de 2023, por 1.250.535 con la misma suerte; y ahora sí, tras un lapso de más de un año desde la licitación anterior, pero por más del doble que en el primer intento: 2.178.243 euros, a la espera de posibles rebajas en función de la cuantía de las ofertas que se hayan presentado.
De hecho, sólo la partida de materiales ya se ha elevado a 1,3 millones, por encima del coste total que se estimaba para el conjunto de los trabajos antes de este cuarto concurso. Para personal se calculan 165.732 euros, con previsión de que intervengan 27 efectivos entre peones, ingenieros y demás; y 174.797 en costes de uso de la maquinaria que se deberá utilizar.
Diez meses de plazo
El proyecto cuenta con un plazo inicial de ejecución de 10 meses e incluye la instalación de marquesinas para cubrir los espacios de aparcamiento de vehículos y peatonales, un nuevo sistema de iluminación, la repavimentación de la zona de tráfico y nueva señalización horizontal y vertical viaria, así como de itinerarios peatonales, equipos de extinción de incendios y una red de cámaras de videovigilancia en circuito cerrado de televisión (CCTV).
El pavimento no registra deterioros estructurales, salvo en una pequeña parte deformada en la zona de aparcamiento de empleados por las canalizaciones de un colector de drenaje que ha sufrido asientos; pero su estado superficial, a la vista, sí presenta un claro deterioro como consecuencia de su antigüedad, ya que no se renueva desde que se puso hace casi 25 años.
En la zona de actuación hay 334 plazas, 260 públicas y 84 para empleados. Todas sin cubrir aún hoy, por lo que la intención es equiparar este aeropuerto a las condiciones de la gran mayoría de la red de Aena. No en vano, personal de la propia infraestructura vallisoletana advierte que las encuestas de calidad suelen verse penalizadas por este factor, tal y como puede leerse en la documentación del expediente.
Respecto a la iluminación, actualmente dispone de torres con proyectores que serán sustituidas por nuevas lámparas de tecnología led que se integrarán en las nuevas marquesinas y estarán dotadas con elementos para sectorizar la intensidad y el encendido de zonas, mediante control automático o manual, para ganar también en eficiencia energética.
Veinte cámaras de videovigilancia
En cuanto al nuevo sistema de videovigilancia CCTV, estará compuesto por una red de 20 cámaras (17 en la zona de rotación y 3 en la de empleados) que se instalarán bajo la cubierta de las marquesinas de los estacionamientos y estarán distribuidas de tal forma que cubran la mayor superficie posible del recinto proyectado, incluyendo tanto las áreas transitadas por vehículos como las de los pasos peatonales.
Las obras no afectarán a la operatividad del aeropuerto, dado que se centrarán en el exterior de la terminal, en el lado opuesto a la pista, pero sí mermarán la capacidad de su aparcamiento, aunque se irá avanzando por sectores para que siempre haya una parte disponible.