A la conquista de Portugal

SPC- Agencias
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La madrileña Chocolatería San Ginés aterriza en Lisboa con el objetivo de encarrilar los paladares lusos con sus churros

Su local en la capital recibe unos 800.000 visitantes al año.

Con una receta más salada que la tradicional lusa, la madrileña Chocolatería San Ginés acaba de abrir  las puertas de un nuevo local en Lisboa para tratar de encandilar a los portugueses, que suelen preferir las porras a los churros y los sabores más dulces que en España. Situado en Cais do Sodré, barrio a las orillas del río Tajo famoso por sus bares y restaurantes, el establecimiento tiene la esencia del de Madrid, donde es una de las churrerías más conocidas.

En el establecimiento lisboeta, tras la hilera de fotografías que adornan el pasillo, los reposteros se afanan con el aceite y la masa. Uno de ellos es el portugués Rúben Russo, el jefe de cocina, que se encarga de supervisar todos los procesos.

Russo explica que en el país luso hay mucha tradición de churros, pero apenas hay locales con disponibilidad durante todo el año. Se estilan más los puestos callejeros en las festividades y las ferias.

Junto a esta diferencia, están la técnica y el sabor: «La receta española es más salada, lo que hace un excelente contraste con salsas dulces como el chocolate», señala.

Gran aceptación

El jefe de cocina, que llegó a San Ginés tras su paso por distintos restaurantes en Portugal e Italia, indica que el público luso se ha adaptado «bastante bien» a esta nueva versión y que ya está teniendo gran aceptación.

Hilario Caballero García Vaquero, socio de la marca en Lisboa, aseguró que la receta es la misma en todos los establecimientos de San Ginés, que se fundó en pleno centro de Madrid en 1894, convirtiéndose en una de las churrerías más antiguas de la capital, y desde hace unos años se internacionalizó con establecimientos en países como México, Argentina o EEUU.

Su fama, que empezó cuando la gente a la salida del teatro acostumbraba a tomar un chocolate caliente con churros -forma en la que se consumen tradicionalmente en España, sobre todo, en los desayunos y meriendas-, le permitió aparecer en la obra maestra del escritor Ramón del Valle-Inclán Luces de Bohemia (1920). Así, el local de San Ginés en Madrid llega a servir hasta 9.000 chocolates diarios y recibe a unos 800.000 visitantes al año.

Menú adaptado

La oferta en Lisboa se ha adaptado al mercado local porque, aunque durante el verano el público ha sido sobre todo extranjero, la llegada de septiembre favoreció el incremento de portugueses en la tienda. 

Entre los favoritos del público portugués están las porras, que se pueden pedir también en la azotea situada enfrente, la primera de San Ginés en el mundo: «La idea es que, además del desayuno, la gente pueda venir después del trabajo a tomar algo con sus churros», manifiesta el empresario.

Mientras la clientela aguarda paciente su turno, José Caiado, dueño del hotel que se está construyendo justo al lado, revela que fue uno de los primeros en visitar la chocolatería tras su apertura, aunque desconocía que fuese tan famosa en Madrid. Desde entonces todos los días se toma un zumo de naranja y, de vez en cuando, también pide churros, porque, aunque para él son «lo mejor del mundo», no es algo que se pueda comer a diario. 

Churros rellenos

Mientras las porras -a las que en Portugal llaman farturas- siguen los mismos pasos que las españolas, a los churros en este país se les hace un agujero y se rellenan de dulce de leche o chocolate, espolvoreándolos con canela y azúcar.

Y es que, aunque parezca increíble, son muchos los portugueses que viajan a Madrid para probar las delicias de San Ginés y hacerse un selfi delante del establecimiento.

A partir de ahora ya no les hará falta, porque ahora tiene una churrería española en Lisboa.