Los cursos de especialización de Formación Profesional no terminan de cuajar a pesar de su aparente atractivo sobre el papel. Son lo más parecido que hay a los másteres que pueden hacer los universitarios de grado, solo que en este caso 'postgrados' para titulados medios o superiores de FP (de ahí que también se les denomine másteres de formación), y brindan la oportunidad de obtener titulaciones a mayores centradas en disciplinas muy específicas y demandadas por el mercado laboral, a cambio de un último esfuerzo de entre 160 y 600 horas, aproximadamente (uno o dos trimestres). Su demanda sigue siendo escasa, aunque llevan pocos años impartiéndose y no son demasiado conocidos y valorados entre un alumnado que, además, suele tener pocos problemas para encontrar trabajo sin necesidad de alcanzar ese nivel académico, con la dificultad añadida de simultanear empleo y estudios si se da el caso.
La Junta incluyó el desarrollo de estos cursos de especialización, con carácter experimental, en el VI Plan General de Formación Profesional 2021/2022-2024/2025, después de que el Gobierno central, previa consulta a las comunidades, creara 25 en los últimos años.
En Valladolid, concretamente, la Consejería de Educación lanzó un catálogo con once cursos de especialización el verano pasado de cara al periodo lectivo 2023/24, contando uno que se repetía en dos centros, y al final sólo se impartieron siete por no alcanzar los mínimos de alumnos fijados para el resto. Asimismo, de cara al próximo curso, su catálogo se ha reducido a ocho (contando también uno que se repite) y uno de ellos ya se cayó antes del plazo de matriculación de julio, por lo que se han quedado en siete, a la espera de ver cuántos de ellos se pueden impartir realmente. Una tendencia similar a la que se viene registrando en el resto de provincias de la Comunidad, dado que ésta, aun así, no deja de ser la que más oferta concentra.
Oferta de 'másteres' de FP en Valladolid. - Foto: Jonathan TajesDe hecho, entre los siete cursos que se impartieron finalmente en Valladolid en el 2023/24 sólo se contabilizaron 67 matriculados que dieron una media de apenas nueve en cada uno, pese a que el mínimo de plazas se fijó inicialmente en diez, con posibilidad de improvisar excepciones. No obstante, al menos fueron mejores cifras que las que se registraron en 2022/23 (cinco cursos y 50 matriculados) o 2021/22 (cinco y 41), y también se espera prolongar ese incremento en el 2024/25, dado que en principio se contabilizan 95 matriculados entre los siete cursos.
El IES Julián Marías destaca entre los centros de Valladolid donde se imparten cursos especializados por ofrecer dos de los previstos para este próximo periodo lectivo: ciberseguridad en entornos de las tecnologías de operación (enmarcado en la familia profesional de Informática y Comunicaciones) y fabricación inteligente (en instalación y mantenimiento). Aunque está por confirmarse que puedan salir adelante ambos, después de que el año pasado ofreciera esos dos y también un tercero, inteligencia artificial y big data (de Informática y Comunicaciones), que se terminó cayendo cuando parecía que iba a mantenerse. «Sí que hubo una prematrícula con unos 10 alumnos, pero luego, a la hora de empezar las clases, no se dio esa asistencia prevista y hubo que anularlo», según recuerda a El Día de Valladolid el jefe de estudios de ciclos formativos en este centro, Francisco Antonio Carbajo. «Al principio tuvimos problemas para conseguir profesorado, cuando se consiguió no había alumnos y al final se anuló», apostilla.
Pero las dificultades no se quedaron ahí: «En ciberseguridad también hubo unos diez alumnos matriculados, pero sólo cinco vinieron con asiduidad a las clases y sólo tres terminaron el curso, y en fabricación inteligente nos pasó igual», prosigue Carbajo. Para el próximo periodo lectivo, de momento, el plazo ordinario de admisión (del 18 de junio al 5 de julio) se cerró con una quincena de inscritos en este centro para ciberseguridad y con media docena para fabricación inteligente, que por tanto tiene su continuidad más comprometida sobre el papel, a la espera de ver si se animan más alumnos en septiembre y van realmente los que se apuntaron.
¿Causas de la baja demanda?
Según opina el jefe de estudios de ciclosformativos del IES Julián Marías, que estos cursos no terminen de cuajar todavía es consecuencia de la suma de diversos factores. Recuerda que «tienen un recorrido de pocos años», y aparte, considera que se ven afectados por el hecho de que «Educación da prioridad a los grados medios y superiores». «Los cursos de especialización no tienen profesores asignados hasta que no se tiene la certeza de que va a haber suficientes matrículas, con lo cual eso también influye a la hora de que estos tengan tiempo de preparar los módulos a impartir», cita como ejemplo, con la dificultad añadida de conciliar fechas y horarios de los profesores con las de los propios alumnos.
Claro que el año pasado todavía le fue peor por ejemplo al CIFP Sagrada Familia, que ofertó dos cursos y no consiguió la demanda necesaria para ninguno: ni digitalización del mantenimiento industrial (de la familia profesional de Instalación y Mantenimiento) ni robótica colaborativa (Electricidad y Electrónica). «Estaba claro que nosotros, al ser un centro privado, lo íbamos a tener más difícil para cubrir las plazas necesarias con las que costear el profesorado», asume su director, Álvaro Solloa. No en vano, la matrícula costaba unos 1.500 euros. «Aun así hubo gente que se planteó hacer aquí el de robótica porque éramos los únicos que lo teníamos en Valladolid y les podía compensar por el gasto en gasolina de irse a Burgos, León o Salamanca, pero al final nada», lamenta. Así que para el próximo año han decidido no sacar oferta: «Estamos autorizados para dar estos cursos, pero hasta que no veamos que esto tira un poco más, lo dejamos ahí», se resigna, mientras confía en que «poco a poco tengan más visibilidad» para consolidarse y superar el reto de enganchar a alumnos que ya salen de los ciclos ordinarios con «altas expectativas de colocación».