Esencia de lavanda, de Tiedra al mundo

R.G.R.
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Aromáticas del Duero cuenta con unas 400 hectáreas de cultivo y lleva su esencia de aceite «a todo el mundo». Miles de turistas llegan al municipio en busca de la mejor instantánea

Turistas visitando los campos de lavanda de Tiedra en flor. Centro de Interpretación Tiedra de lavanda de dicado a esta planta aromática - Foto: Jonathan Tajes

Es extraño ver turistas recorriendo los campos de la provincia de Valladolid en pleno mes de julio, con 30 grados a la sombra. Más que extraño, se podría decir que es sumamente improbable. ¿Se imaginan? No es muy lógico. No obstante, es muy típico verlos en los páramos de Tiedra, un pequeño municipio ubicado en Montes Torozos. 

Las empresas Aromáticas del Duero y Ecolavanda (bajo la marca Tiedra de Lavanda) han conseguido convertirse en un foco importante de turismo y situar Tiedra en el mapa turístico internacional. Así, ya es tradición que durante los meses de julio y agosto, cuando llega la floración de la lavanda, miles de visitantes recorran tanto el centro de interpretación del cultivo, ubicado en la localidad, como los propios campos dentro del término municipal. Las imágenes espectaculares de los pagos, tintados de morado, atraen a miles de personas pendientes de conocer el proceso de plantación y elaboración de la esencia de lavanda.  

Luz María Ruiz Cuadrado es la propietaria de la empresa. Natural de Tiedra, a sus 58 años, echa la vista atrás y recuerda que todo empezó «como un proyecto agrícola» en las tierras de sus padres. «La duda era elegir entre dejarlas en alquiler o buscar una alternativa a la que pudiéramos sacar un partido». 

Turistas visitando los campos de lavanda de Tiedra en flor. Centro de Interpretación Tiedra de lavanda de dicado a esta planta aromáticaTuristas visitando los campos de lavanda de Tiedra en flor. Centro de Interpretación Tiedra de lavanda de dicado a esta planta aromática - Foto: Jonathan TajesTenían conocimiento del cultivo de la lavanda en Francia y sabían que los suelos eran parecidos al que usaban los agricultores franceses. Fueron haciendo pruebas de plantación y construyeron una destilería para obtener la esencia de la planta en el año 2008. «Nos pareció un tema interesante. Había demanda y no teníamos ni que comercializarlo porque se vendía solo». Poco a poco, la empresa Aromáticas del Duero fue prestando servicios a otros agricultores sobre la lavanda. «Pensamos al principio que iba a ser la alternativa para todos, porque se llegó a duplicar el precio». 

Decidieron embarcarse en un nuevo proyecto. Compraron un nuevo terreno junto al casco urbano del municipio y construyeron el centro de interpretación de la lavanda. Fue en agosto 2019 cuando abrió sus puertas. Ahora, es el verdadero motor turístico del proyecto, aunque la pandemia truncó sus posibilidades al principio. «Solo permitíamos visitas guiadas de seis personas, pero nos sirvió para darnos cuenta de lo que demandaban los turistas». 

No han hecho especial promoción del centro pero, una vez que hemos dejado atrás la pandemia, llegan autobuses procedentes de toda España y de otros países como Portugal. Se interesan por una doble visita. La primera al propio centro de interpretación, donde conocen de primera mano el tratamiento que se lleva a cabo con las plantas desde su recogida hasta la obtención de la esencia de lavanda. La segunda, es un recorrido por las propias tierras plantadas, de una belleza singular. «Estamos viendo cómo la parte turística va muy bien». 

Turistas visitando los campos de lavanda de Tiedra en flor. Centro de Interpretación Tiedra de lavanda de dicado a esta planta aromáticaTuristas visitando los campos de lavanda de Tiedra en flor. Centro de Interpretación Tiedra de lavanda de dicado a esta planta aromática - Foto: Jonathan TajesEl proceso ha sido de crecimiento y en la parte agrícola han ido plantando año a año unas 30 hectáreas y actualmente tienen unas 200 en Tiedra y el resto, hasta 350, en pueblos como San Cebrián de Mazote, Villavellid o incluso Villalbarba. La lavanda se planta en páramos calizos de baja calidad de la tierra. El número de trabajadores con los cuenta la empresa varía mucho dependiendo de la estación del año. Hay que tener en cuenta que la lavanda es un arbusto que no necesita excesivos cuidados a lo largo de sus quince años de vida, más allá de la eliminación de las malas hierbas. No necesitan riego, es una plantación de secano. 

Mucha humedad.

Este año, incluso, las plantas han tenido mayores problemas en su floración debido a la continuas lluvias registradas en la zona. «Tiedra suele tener poca agua». Las abundantes precipitaciones han ocasionado que las hierbas crezcan alrededor de las plantas y no haya permitido su crecimiento. «Creo que este año están un poco más pequeñas». 

Las labores de recogida de la lavanda comenzarán la próxima semana y se prolongarán hasta el mes de septiembre. El proceso de la extracción del aceite de lavanda es muy sencillo. El propio remolque que transporte las flores recibe vapor de agua que se lleva la esencia, que se enfría con agua para la obtención del aceite.

La lavanda tiene cada vez más usos y se utiliza para la elaboración de múltiples productos. La inmensa mayoría de la producción se comercializa fuera de las fronteras españolas. «Se reparte por todo el mundo. Se utiliza para muchas cosas, no solo para hacer colonia de lavanda. Cada vez tiene más usos». Así, empresas de Europa, Asia y América utilizan esta esencia para comercializar sus artículos en el mundo. 

Pero la lavanda de Tiedra no sirve solo para empresas de todo el mundo y para mejorar la riqueza de compañías internacionales, sino que también está mejorando la economía del propio municipio. A la sombra de Tiedra de Lavanda, han crecido otras empresas de miel u otros productos en relación a las plantaciones. «Los dos restaurantes que tenemos en el pueblo están llenos todo el fin de semana». 

Los visitantes que llegan durante todo el verano conocen, sin ir más lejos, que la lavanda es un arbusto y que procede de La Provenza francesa. Algunos datos tan simples como desconocidos por la mayoría de los miles de turistas que llegan cada año a la localidad. «No tenemos los datos contabilizamos porque es difícil, pero pensamos que el año pasado vinieron unos 7.000». Tiedra se ha hecho, a través del color morado de la lavanda, con un espacio turístico en las agendas de los apasionados de la aromaterapia y de los selfies. Ahora, toca disfrutar del verano.