La Federación de Asociaciones Vecinales Antonio Machado ha suspendido su programa Buena Vecindad por falta de recursos, como consecuencia de la decisión del Ayuntamiento de Valladolid de no renovar el convenio de cofinanciación que permitía mantener este proyecto que desde 2018 ha trabajado en "prevenir y abordar la soledad de las personas mayores mediante la creación de vínculos de vecindad, apoyo mutuo y amistad". Para ello contaba con una persona contratada como coordinadora, cuyo salario ya no se puede hacer cargo este colectivo.
"El proyecto se centra en personas mayores en situación de soledad a las que se proporciona acompañamiento a través de una bolsa de voluntariado", explican desde la federación. "Para organizar la búsqueda de personas usuarias y voluntarias, y mediar entre ambas partes a fin de facilitar la creación de lazos de compromiso y amistad, es imprescindible la técnica del programa, que además se encarga de la difusión del mismo, la organización de actividades colectivas, el contacto con otras organizaciones, tanto de voluntariado como demandantes de ayuda para mayores, y toda la gestión del proyecto".
Sólo durarte el pasado año se acompañó a 20 personas de entre 70 y 90 años, "mayoritariamente mujeres en situación de soledad". Así, "para romper ese muro que supone la soledad no deseada" se contó con 45 personas voluntarias, 10 de ellas estudiantes de la Universidad de Valladolid. "En total, 2.095 horas en las que nuestras personas mayores no estuvieron solas".
"En números", la federación calcula que el programa salía a 0,68 euros por persona atendida y día, "o si se prefiere, 2,39 euros por hora de acompañamiento". "Esto es lo que le supuso al Ayuntamiento de Valladolid el convenio suscrito con la dederación para ayudar al desarrollo de este proyecto de lucha contra la soledad no deseada en 2023, nunca 5.000 euros dieron más de sí", destaca.
La federación ha mantenido el programa durante los primeros seis meses de este año gracias a un contrato gestionado por Cavecal (Confederación de asociaciones vecinales de Castilla y León) y subvencionado por la Unión Europea, pero ya no puede prolongar esa alternativa. "En este momento, nos vemos en la difícil tesitura de despedir a la técnica del programa, y despedirnos de las personas usuarias y voluntarias", lamentan. "Pero seguimos buscando financiación para un proyecto que consideramos imprescindible y que se podría haber mantenido aun sin convenio, si el Ayuntamiento hubiera resuelto las subvenciones gestionadas desde la Concejalía de Personas mayores, Familia y Servicios Sociales, de las que no se sabe nada a fecha de hoy", advierten.
"A pesar del momento de individualización que vive nuestra sociedad, o precisamente por eso, creemos firmemente que somos los vecinos y vecinas, como agentes más cercanos, quienes debemos en primer término ocuparnos de nuestras personas mayores", consideran. "Este proyecto sólo quiere hacer honor a su nombre y recuperar la "buena vecindad" que nunca debió perderse en nuestros barrios, especialmente con las personas más vulnerables. En ese empeño seguiremos trabajando, a pesar de las dificultades", sentencian.