El aceite de oliva no tiene rival

R.G.R
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La campaña de aceituna descenderá en torno al 34%, pero de momento no aumenta la producción de colza ni de girasol en Valladolid

El aceite de oliva no tiene rival - Foto: E.G.M

La primera estimación publicada por el Ministerio de Agricultura en torno al aceite de oliva sitúa la producción en 765.300 toneladas para la campaña 2023/2024, lo que supone un 15% más respecto a la baja cosecha de la temporada anterior, que cerró con 664.000 toneladas, y un 34% menos que la cantidad media producida en las últimas cuatro campañas. Una cifra nada halagüeña con respecto al precio que tendrá en el mercado el oro líquido español durante las próximas semanas.

En paralelo, el Ministerio estima unas existencias de enlace de 257.000 toneladas, un 43% y un 52% menores a las existencias iniciales de la campaña anterior y a las cuatro últimas campañas, respectivamente. 

Un problema que los consumidores vienen sufriendo desde hace semanas y que no parece que tenga una solución a corto plazo.  A pesar de esta situación de precios disparados, el consumidor en Valladolid no tiene alternativas a su consumo en la provincia, al menos así lo ponen de manifiesto los datos que manejan desde la Sociedad Cooperativa Agraria (Acor) y las organizaciones agrarias. 

La cooperativa sostiene que no están aumentando su producción en los dos tipos de aceite que refinan, ni la colza ni el girasol. En el primero de los casos, la producción continúa exportándose como pasaba hasta el momento. La intoxicación masiva sufrida en España en la primavera de 1981 debido a este alimento ha vetado su comercialización en el país y la producción que se refina en Olmedo se comercializa a través de otras empresas en países como Alemania y Portugal.

Sin embargo, no se ha aumentado la producción como consecuencia de la subida del precio del aceite de oliva. «No hemos aumentado la cantidad con la que estábamos trabajando», indican fuentes de la cooperativa. En concreto, la superficie sembrada de colza en la provincia fue de 12.393 hectáreas en la campaña de 2022. Hay que tener en cuenta que esta superficie era de 3.400 en el año 2015, pero este dato no puede hacer pensar que el cultivo se ha disparado este año, sino que el crecimiento ha sido sostenible en el tiempo y la mayor parte del cultivo se destina a la producción de biodiesel. 

En referencia a la producción de aceite de girasol, sucede lo mismo. Tampoco se ha producido un aumento en la producción. «El aumento del precio en el aceite de oliva no ha provocado un aumento en el consumo y además el precio del aceite de girasol se marca a nivel mundial y no solo depende de lo que ocurra en un país, sino que depende del mercado internacional».

Una clara muestra de que los agricultores no han apostado por el cultivo de girasol es la superficie sembrada, que ha bajado de las 65.907 hectáreas de la pasada campaña a las 52.076 actuales y además los precios que se están pagando al productor tampoco representan, ni mucho menos, una tendencia alcista del mercado. El presidente de Asaja Valladolid, Juan Ramón Alonso, indicó que los rendimientos en Valladolid de esta campaña de girasol se sitúan en torno a los mil kilogramos por hectárea y el precio que se está pagando a los agricultores dista mucho de los registros del año pasado. «Este año se está pagando a unos 320 euros por tonelada, pero el año pasado llegó a estar a unos 610 euros. El precio ha bajado a la mitad, prácticamente», explica el representante sindical. «Esto quiere decir que, aunque se consuma menos aceite de oliva, no se sustituye por girasol». La misma opinión mantiene el coordinador de UCCL en Valladolid, Valentín García, quien indica que la campaña de girasol «está siendo bueno, pero ni mucho menos se mejora por la situación del aceite de oliva».