Croquetas y escabeche con origen zamorano

R.G.R
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Croquetas y escabeche con origen zamorano - Foto: J.C.CASTILLO

Experiencia contrastada a pesar de juventud. Víctor Pérez tiene sólo 33 años y, junto a su socia Natalia Martín, se encuentra al frente de Casa del Arte, en pleno corazón histórico de Simancas. Un establecimiento que abrieron el pasado mes de diciembre y que ya se ha hecho con un hueco dentro del panorama gastronómico provincial.   

Su trayectoria laboral ha transcurrido por diversos establecimientos. No solo en Valladolid, sino que también ha trabajado en restaurantes de Asturias o Benavente, de donde procede su familia. Su socia también es originaria de Benavente y ese 'toque' zamorano está presente en el establecimiento simanquino. 

En tan solo ocho meses, desde que reabrieron el restaurante, han cambiado la carta en tres ocasiones, ya que pretenden ofrecer al cliente los típicos productos de temporada de cada estación del año. Los platos se van adaptando a los manjares que ofrece la tierra en cada momento. Esa será su política. «Calculo que en octubre más o menos la volveremos a adaptar», aclara Pérez. 

Espárragos en primavera, setas en otoño o pescados de invierno pueden ser algunos de sus platos estrella. Una carta con un tique medio que oscila entre los 35 y los 40 euros, y que no deja a nadie indiferente. «Lo que siempre buscamos es la calidad del producto».

Se trabaja mucho la caza y también los pescados. Son muchas las familias que apuestan por acudir al establecimiento durante los fines de semana? para disfrutar de los platos de la carta. No trabajan menús, aunque siempre se adaptan a los gustos de sus comensales. Gracias a esta flexibilidad, algunos grupos han celebrado en el restaurante fiestas de cumpleaños o reuniones de empresa con menús cerrados a base de platos de la carta. 

Uno de los platos que más demandas sus comensales son sus excelentes croquetas de jamón ibérico. Una hora y media preparando su masa, vueltas y más vueltas que, finalmente, dejan una textura melosa, siendo uno de los platos estrella del restaurante. No obstante, el más demandado es su ensalada de escabechados que lleva conejo y pavo, y que hace las delicias de todos los comensales tras una elaboración de horas en cocina. 

La carnes también son una de las delicias más demandadas de la carta. Perdiz, pichón de Tierra de Campos, cerdo ibérico o el T-bone de vaca. El restaurante juega con una enorme ventaja estratégica; su ubicación. Se encuentra en pleno casco histórico de Simancas, entre las callejuelas más céntricas del municipio. Se ubica en un edificio del siglo XVII, y cuenta con una terraza interior y otra exterior donde poder sentirse muy cómodo, tanto en los días de verano como en invierno. 

Con el tiempo más frío, el establecimiento enciende sus chimeneas y el olor a leña quemada acompaña cada plato, dejando momentos realmente acogedores. En verano, las cenas en el exterior son una delicia. 

La apuesta por la cocina tradicional y de autor queda patente incluso en  la elaboración de los postres, todos ellos de cocina propia. Tartas, almíbar, hojaldres, helados... Hacen que las comidas o las cenas terminen con su punto justo de dulzura. 

Y, por supuesto, en una zona como Valladolid no podía faltar una carta de vinos con una gran variedad de marcas y denominaciones para los paladares más exquisitos. «Tenemos una gran variedad  y por supuesto muchos de Valladolid». Una oda a la gastronomía entre piedras del siglo XVII.