Delicado Baeza realizó el pregón de Semana Santa en 1987 y el Sermón de las Siete Palabras en 1976

Luis Amo
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El prelado vallisoletano tuvo que exponer la últimas Siete Palabras de Cristo en la Catedral porque ese año llovió e impidió hacerlo en la Plaza Mayor

José Delicado Baeza, durante su Sermón de las Siete Palabras en la Catedral de Valladolid en el año 1976. - Foto: Asociación de la Prensa. Archivo Municipal

El arzobispo emérito de Valladolid, José Delicado Baeza, participó activamente en la Semana Santa de Valladolid, como participante en numerosos actos de las cofradías vallisoletanas y como protagonistas de los actos principales de la Semana Grande de Valladolid. Es el caso del Pregón de la Semana Santa y del Sermón de las Siete Palabras.

 

Por orden cronológico, en el caso del Sermón de las Siete Palabras, ofreció un brillante discurso en el año 1976, a los pocos meses de incorporarse a la Diócesis vallisoletana. Fue un acto que, como viene siendo tradicional se programó para hacerse en la Plaza Mayor pero la aparición de la lluvia en esa mañana de Viernes Santo obligó a suspender la convocatoria al aire libre y fue trasladada a la Santa Iglesia Catedral de Valladolid.

 

En cuanto al pregón oficial, Delicado Baeza lo realizó en el año 1987. Este prólogo de la Semana de Pasión se hizo en la Iglesia de San Benito y, se da la circunstancia, asimismo, que el prelado vallisoletano de entonces dio la bienvenida a la Semana Santa un año después que Godofredo Garabito Gregorio (1986) y un año antes que el cardenal riosecano, Monseñor Carlos Amigo Vallejo (1987). Estos dos últimos, también en la Iglesia de San Benito.

 

Otras de las aportaciones de José Delicado Baeza a la Semana Santa de Valladolid fue el cambio de la estructura procesional del Jueves Santo. Una transformación, que es muy similar a la actual, y que destacó por trasladar la Procesión de Nuestra Señora de la Amargura del barrio de Las Delicias al casco histórico, con el objetivo de que se hiciese estación ante el Santísimo en la Seo Metropolitana. Pero, sin duda, bajo su mandato una de las principales aportaciones fue la restauración de la Hermandad Universitaria del Cristo de la Luz. La cofradía de los docentes retomaban su actividad procesional tras varias décadas sin salir a la calle. Delicado Baeza rubricó esta salida y fue la mañana del Jueves Santo de 1994 cuando el crucificado de Gregorio Fernández volvía a las calles vallisoletanas. Su incorporación -con paso- en la Procesión General del Viernes Santo sería posteriormente.