Lo suyo sería empezar con una canción de Los Secretos, aunque el nombre realmente no surgió del grupo comandado por los hermanos Urquijo. «Puede que algo hubiera porque nos gustaba mucho su música», aclara Tomás del Pozo. Así que mejor hacerlo con una cita de Juan Ramón Jiménez: «La música en castellano es un crisol donde se funden las voces del alma española». Eso ha querido hacer y hace la Sala Secretos de Mayorga. «Nos llamaba la sonoridad de otros bares, como el Piropos en Valladolid; y el nombre surge de la película 'Top Secret' y nuestro logo de los documentos clasificados como 'top secret' en Estados Unidos», explica Tomás, que este verano vuelve a tener la sala, su sala, abierta todos los días. Aunque éste es especial. Porque su local, aquel que abrió las puertas como el clásico bar musical de la época, cumple años, 35; y porque lo hace estrenando declaración de bien de interés cultural municipal por parte del Ayuntamiento de Mayorga.
«Todo empezó siendo una ilusión de un chaval de veintipocos años. Me planteé hacer un bar musical de pop rock en castellano. Al estilo de algunos locales que había en Madrid, de donde cogí ideas», recuerda Tomás. Pero su bar no iba a estar en mitad de Malasaña, epicentro de la entonces Movida Madrileña; o en El Cuadro, lugar emblemático del ocio nocturno vallisoletano, de donde también rescató algunos bocetos. No, Tomás es de Mayorga y en su pueblo abrió Secretos un 23 de junio de 1989.
Por entonces, la localidad de Tierra de Campos contaba con algo más de dos mil habitantes. Es decir, había gente joven para que el bar tuviese suficiente clientela. Además, otras dos localidades de la zona, Valencia de San Juan y Sahagún, ya en León, también contaban con este tipo de establecimientos, que permitía que hubiera flujo de gente de manera habitual.
Carlos Segarra, de Los Rebeldes, en la Sala Secretos de Mayorga.Lo que arrancó con esa ilusión de chaval viró a una sala de conciertos casi por casualidad. De hecho, Tomás no recuerda ni el nombre del primer grupo que actuó entre las paredes del bar: «Era de versiones de clásicos». Fue por el primer aniversario. Y fue el comienzo. Poco a poco empezó a programar conciertos de grupos locales. Hasta que un día se cruzaron Los Secretos en su vida. Bueno, no fue así exactamente, pero casi. «Les enviamos camisetas al grupo, a través de su mánager, para invitarles a tomar algo en el bar, aprovechando que tocaban un día en León y poco después en Valladolid», explica Del Pozo, escéptico por entonces y que fue a ese concierto en León y logró, tras el mismo, hablar con los integrantes de la banda en lo que por entonces era un camerino, una caseta de obra. El de Mayorga se fue con su gente a tomar algo por la capital leonesa, encontrándose en mitad de la noche con el guitarrista Ramón Arroyo: «Estuvimos con él porque se había perdido del resto». Una semana después, Los Secretos compartía escenario con Hombres G en Valladolid capital y allí estuvo Tomás. De esas dos actuaciones se fraguó una amistad y Ramón Arroyo tocó en la Sala Secretos junto a Jeff Espinoza, que llegó a ser cantante de la Vargas Blues Band.
Desde entonces, por el escenario de la Sala de Mayorga ha pasado, a lo largo de estos 35 años de actividad, lo más granado del panorama musical español, «unos muy reconocidos, otros no tanto». Los Rebeldes, Los Limones, Inma Serrano, Tontxu, Pablo Perea, Los Delinqüentes, José Ignacio Lapido, Los Secretos, El Hombre Gancho, Antonio Vega, La Guardia o el ex Siniestro Total Miguel Costas, Tennessee, Quique González, Funambulista, Atacados, Iguana Tango, Cómplices, Coz, Los DelTonos, Poncho K, Fran Perea o Mamá hicieron a la localidad vallisoletana un poco más nacional y musical. «Espectáculos que de otra manera estarían vedados al público de la España rural en su entorno natural de residencia. Asimismo queremos acercar la cultura y las músicas populares a la llamada 'España vaciada' tan necesitada de estos actos para la dinamización del entorno rural», añade.
Estas actuaciones permitieron reunir a más de mil personas en los alrededores de una sala con una capacidad para 150. De esos grupos, Tomás tiene especial cariño por Hombre Gancho, las dos actuaciones de Antonio Vega, una con Los Limones y otra en solitario; o las de Álvaro Urquijo, de nuevo con Ramón Arroyo; o de Enrique Urquijo con Begoña Larrañaga.
Imagen antigua de un concierto en la Sala Secretos de Mayorga.Tomás hizo amistad con Ramón Arroyo, que le abrió muchas puertas en Madrid y gracias al que cerró actuaciones, incluso en servilletas de papel. Con el pop español de referente, la Sala Secretos se convirtió en uno de los pocos locales en programar exclusivamente música en castellano; y por supuesto, el único de Tierra de Campos.
35 años después y con cerca de mil actuaciones, este 2024 no será muy diferente. «Queremos llegar a los 35 conciertos, por aquello de los años», añade Tomás, que, por poner un ejemplo, el 4 de agosto tuvo en su sala al Septeto Santiaguero, agrupación cubana que cuenta con dos Premios Grammy Latinos. Aunque este año sí es diferente tras recibir la declaración de Bien de Interés Cultural Municipal el pasado junio. Un reconocimiento que les da un nuevo impulso para continuar con la labor de difusión y transmisión de la cultura musical en su entorno: «El compromiso con la promoción de artistas relevantes y emergentes ha marcado la vida cultural de la zona y ha contribuido a combatir el vaciamiento cultural de la llamada 'España vaciada'». Porque los artistas mueven a gente y esa gente dinamiza la economía del lugar.
Hoy en un Mayorga con unos 1.400 habitantes, aunque, como señala Tomás, cada vez acude más gente de otros pueblos: «Incluso están empezando a llegar nietos de los primeros clientes que tuvimos».
A las ocho de la tarde sube la persiana de la Sala Secretos, única de toda Castilla y León situada en una localidad inferior a 20.000 habitantes que programa conciertos con asiduidad, todos los días de la semana, menos los lunes, para bajarla... al cierre. Ya de madrugada. Con música, en español. Y con actuaciones en directo, que para algo es la sala de Tierra de Campos, de la España vaciada. «Cuando un artista viene a nuestro local le recibimos con cariño y procuramos mostrarle los atractivos, tanto culinarios como culturales o tradicionales, de Mayorga y de Tierra de Campos incluso acompañándolos a alguna ruta o visita por la que muestren interés». Con eso está todo dicho. La cultura y la música contra la España vaciada.