Una de las claves para garantizar el futuro demográfico de Castilla y León pasa por convertir esta Comunidad en «una tierra de acogida» para retornados, refugiados e inmigrantes, línea política en la que ya trabaja la Junta y que lanzará a la vuelta del verano, en septiembre u octubre, para atraer talento y gente con «vocación de permanencia».
Así lo avanza en ‘Los desayunos de Ical’ el consejero de Transparencia, Ordenación del Territorio y Acción Exterior, Francisco Igea, que además ve en esta estrategia demográfica una forma de abrir la mentalidad, de llevarla «a pensar fuera de la caja» con otras experiencias enriquecedoras. «Esta Comunidad si quiere tener futuro tiene que convertirse en tierra de acogida», incide. El espejo es la estrategia del Gobierno vasco para una respuesta integral ante los retos migratorios.
La línea política incluirá la creación de planes de empleo específicos para esos colectivos, convenios de colaboración con asociaciones que se dedican a ayudar a los refugiados, así como acciones en origen que pasan por conseguir que los perfiles de trabajo que demandan las empresas y no se cubren puedan observarse como «preferentes».
El paquete de medidas recoge la necesidad de trabajar para facilitar a estos colectivos los trámites administrativos, tanto a gobiernos locales como a refugiados, e incluye deberes para el Gobierno y Europa.
Primeros pasos.
Hasta la fecha, la Junta ya ha mantenido contactos con organizaciones como Amnistía Internacional, Acnur, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, entre otras, con el objetivo de firmar un convenio de colaboración similar al del Gobierno vasco, un patrocinio comunitario que permite la acogida de refugiados por parte de los ciudadanos.
«Todos los países de inmigrantes son esencialmente prósperos», añade e insta a indagar en la historia de lugares como Estados Unidos, Nueva Zelanda o Australia, que han crecido a base de la inmigración y tienen «amplitud de miras y capacidad de innovar».