Maite Rodríguez Iglesias

PLAZA MAYOR

Maite Rodríguez Iglesias

Periodista


De pises, cacas y respeto

26/04/2024

La noticia de que el Ayuntamiento de Valladolid obligará a los propietarios de mascotas a portar un envase con agua jabonada para limpiar los orines cuando paseen a sus animales por las calles ha provocado un intenso debate social. Al margen de que esta norma ya estuviera vigente desde 2018 y de que muy pocos vecinos la respetan, resulta llamativa la corriente social que prima la aplicación de sanciones frente a la educación.
La normativa municipal fija que se retiren las deyecciones de los animales y recoger los excrementos que depositen sobre la vía pública, de forma inmediata. En caso contrario podrán ser sancionados con multas de hasta 750 euros, aunque el concejal del ramo apela a la «concienciación» de la sociedad para evitar estas situaciones. ¿Por qué lo llaman concienciación cuando se debería decir educación básica y respeto a los demás? La pregunta es si alguno de esos individuos dejaría ese mismo excremento en el pasillo de su casa. De ser así, se consideraría que tiene un problema que necesitaría atención profesional. Yen caso contrario, muestra un claro desprecio a los demás viandantes y a las normas mínimas de convivencia.
La apuesta de las administraciones públicas y la sociedad debe ser por la Educación. Ese es el instrumento pensado para mejorar al ser humano y también una pieza básica en la creación de la cultura. La Educación en su más amplio concepto, que incluye desde el conocimiento hasta el saber estar. La Educación marca el camino de cada individuo, desde la que recibe el bebé en sus primeros meses de vida hasta la que aprende en las distintas etapas académicas. Esta formación vital es imprescindible para garantizar la convivencia, pero también para ayudar a la evolución de las sociedades. Y cuando pasa a un segundo plano, como por desgracia ocurre actualmente en muchas ocasiones, refleja la decadencia social.
 Lejos quedaron métodos como el que abogaba porque la letra con sangre entra, que se asocia al castigo corporal como estímulo para aprender y aceptar las normas. Se desechó porque se demostró su ineficiencia. Algo que también se podría extender a las sanciones, que acaban siendo más un mecanismo recaudador de las administraciones que un instrumento reeducador. Pero eso tampoco puede ser una excusa. Por favor, ya saben: ni pises, ni cacas de animales o humanos.