Al parecer, desde Moncloa, están organizando una serie de actos sobre la figura del dictador Francisco Franco, muerto hace cincuenta años. Pertenezco a la generación de la Transición. En realidad forma parte de mi juventud.
Vaya por delante que creo firmemente que para entender el presente debemos de conocer el pasado, porque es la única manera de intentar saber dónde vamos. De manera que no está de más recordar sin aspavientos que Franco murió hace cincuenta años. Pero sobre todo que las nuevas generaciones, en las escuelas e institutos, tengan noticia de lo que fue el franquismo. Hace unos meses se publicó una encuesta en la que adolescentes y jóvenes decían que no les importaría tener al frente del país a un líder autoritario. Las opiniones vertidas en esa encuesta denotan el desconocimiento de los más jóvenes de lo que significa un régimen autoritario. En otras encuestas también vienen aflorando opiniones parecidas, lo que nos debería de preocupar a todos.
Pero puestos a recordar, y explicar lo que pasó hace cincuenta años, recordemos que Francisco Franco murió en la cama después de tener durante décadas al país en un puño. Y recordemos también que la democracia no empezó ese día, sino que fue un camino que recorrieron los ciudadanos junto a los políticos demócratas y, otros que provenían del Régimen franquista, y sin embargo entendieron que el futuro pasaba por la democracia. También el entonces rey don Juan Carlos.
Pero decir esto es una obviedad y lo que resulta lamentable es que Pedro Sánchez y los suyos se hayan "podemizado" hasta el punto de hacer ascos a la Transición que fue una obra colectiva que se debería estudiar en las escuelas.
Al parecer el Gobierno ha organizado no se cuantas decenas de actos y eventos varios para conmemorar la muerte del dictador. Supongo que Pedro Sánchez y sus asesores están convencidos que "pasear" a Franco les da réditos electorales y les hace aparecer como los de más de izquierdas del mundo mundial.
Primero le desenterraron y organizaron un 'happening', trasladándole del Valle de los Caídos al cementerio de El Pardo. Vaya por delante que no tengo nada que objetar al traslado, lo que a mi juicio sobró fue el espectáculo. Pero me parece preocupante esta pulsión que parece sentir el Presidente de Gobierno por organizar 'happenings' a cuenta de la figura del dictador.
Franco se paseaba con el brazo incorrupto de Santa Teresa convencido de que le protegía y le daba suerte, y Pedro Sánchez se pasea con el fantasma de Franco convencido de que le da 'suerte' electoral.
Naturalmente al primero no le salvó el 'brazo' de la Santa y al segundo difícilmente le salvará el 'fantasma' del dictador.
Insisto en que la Historia hay que conocerla, pero una cosa es conocerla y otra querer convertirla en presente. Creo que nuestro Presidente y adláteres se lo deberían hacer mirar.