Jesús Quijano

UN MINUTO MIO

Jesús Quijano

Catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Valladolid


Todos tranquilos

10/06/2024

Celebradas las elecciones europeas, convendrá pensar que se han consumado ya los ciclos electorales que eran esperados con las más variadas expectativas tras las elecciones generales de julio del 23 y que el país en su conjunto, la sociedad seguramente más que la política, podrá entrar en una fase de cierta tranquilidad. Por supuesto, siempre sin perjuicio de nuevas turbulencias y de circunstancias que pudieran alentar nuevas citas electorales en distintos ámbitos; porque es sabido que la política es veleidosa y tiene una reconocida capacidad para sorprender si el guión o el interés así lo exigen.

A día de hoy, y aunque parezca asunto olvidado y descontado, está pendiente de constituirse el Gobierno Vasco. Se daba por hecho que no habría sorpresas allí y que el acuerdo entre el PNV y el PSE era cosa segura; pero aquellas elecciones se celebraron el 21 de abril y han pasado casi dos meses. Es de suponer que todo estará ultimado y que se habrá estado esperando a que pasaran estas elecciones europeas para ponerlo en práctica. Lo comprobaremos pronto, casi de inmediato.

Cuestión distinta es lo de Cataluña. Se supone que también allí se ha estado esperando hasta este momento, sin perjuicio de que haya habido contactos, conversaciones, posibles avances, etc., que ahora se acelerarán, porque los plazos se irán echando encima y hay enseguida un acontecimiento, como lo es la constitución del Parlament, bastante definitorio de lo que pueda pasar en la elección del presidente de la Generalitat y en la formación de un Gobierno catalán. Aquí es donde está la inquietud, como es notorio. No solo por lo que finalmente ocurra allí, sino también por el efecto que ello tenga en la política nacional, habiendo entre lo uno y lo otro una relación de dependencia especialmente complicada, y más aún por la presencia en el escenario de algún que otro personaje empeñado en complicarla aún más.

Sería, pues, deseable, que todas las decisiones pendientes, derivadas de procesos electorales ya celebrados, se adoptaran pronto, y que estuvieran orientadas en clave de gobernabilidad y de estabilidad. No será fácil; pero el país necesita ya un poco de calma. Y pensar en los problemas que hay que resolver más que en los próximos resultados electorales.