Valladolid es la capital de una de las principales zonas vitivinícolas del mundo, con ocho denominaciones de origen, cuatro rutas temáticas y un producto prémium como es la milla del vino en la Ribera del Duero. Un cóctel de elementos que quiere aprovechar el Ayuntamiento para ganar visitantes, y a la vez ser la puerta de entrada a la amplia oferta turística de la provincia.
Así figura en su Plan Estratégico de Turismo 2024-2027, que se marca el objetivo de conseguir un 25 por ciento de crecimiento de viajeros, y la internacionalización del destino. Una apuesta que pasa en gran medida por el aprovechamiento de los múltiples recursos enoturísticos existentes, pero también por importantes inversiones y la puesta en marcha de nuevos eventos y la creación, a lo largo de este mandato, de un Premio Nacional del Vino.
En el capítulo de inversiones, destaca por entidad propia la construcción del Centro de la Cultura del Vino, en el antiguo convento de Las Catalinas. Este espacio, que se convertirá en un punto de acogida e información turística en torno al mundo y la cultura del vino, forma parte de la primera fase de rehabilitación del convento. El presupuesto de casi cuatro millones procede de fondos europeos, y está previsto que esté operativo en 2026.
Este proyecto, que arrancó en el anterior mandato, ha sufrido cambios sustanciales tras el cambio de Gobierno. El alcalde, Jesús Julio Carnero, viró hacia un centro que sirva para «la proyección del enoturismo y el turismo gastronómico hacia todos los lugares de la provincia, además de ser un punto de encuentro del sector empresarial asociado al vino y a los alimentos de calidad, para crear y afianzar sinergias y colaboraciones».
El espacio forma parte de una primera fase, con casi cuatro millones de presupuesto y que debe estar ejecutado en 2026 por exigencia de los fondos europeos con los que se financia. La idea es poder explotar el factor de diferenciación que el vino da Valladolid. La provincia alberga parte de cinco Denominaciones de Origen: Rueda, Toro, Cigales, Tierras de León, y Ribera del Duero, de las que cuatro forman parte del club Rutas del Vino de España. Además, otras tres zonas cuentan con el reconocimiento de Denominación de Origen Protegida Vinos de Pago (Heredad de Urueña, Abadía Retuerta y VizarDehesa Peñalba), y una indicación geográfica protegida (Vinos de la Tierra de Castilla y León).
Esta oferta hizo que en 2023 el número de visitantes a las bodegas y museos de enoturismo de la provincia, según los datos del Observatorio Turístico de Rutas del Vino de España recibieran 325.951 visitantes, de los cuales la Ribera del Duero fue la DO más visitada, con el 86% del total, seguida de la D.O. de Rueda con el 11%. La mayoría, más del 40%, procedía de la Comunidad de Madrid, es el principal mercado emisor, el 20% eran residentes en Castilla y León. «Con este proyecto, que tendrá una clara proyección nacional e internacional, con especial atención a México, buscamos que Valladolid se convierta no solo en lugar de paso, sino en la verdadera puerta de entrada a los recursos enoturísticos del territorio, una ciudad capaz de aportar valor, desde la colaboración, a toda un área de influencia que es líder mundial en el sector del vino y con una riqueza paisajística y patrimonial de primer orden», asegura la concejala de Turismo, Eventos y Marca Ciudad, Blanca Jiménez.
Además, se espera que el carácter monumental del futuro Centro de la Cultura del Vino, ya que el edificio está declarado Bien de Interés Cultural (BIC), y los nuevos contenidos, incluidos los museísticos, «complementarán y enriquecerá» la oferta actual, que incluye la organización y la celebración de convenciones, incluyendo actividades asociadas al turismo de congresos. También contará con un espacio de presentación e interpretación sobre la cultura del vino, junto con un viñedo y jardín monacal.
El actual equipo de Gobierno pretende completar este con una oferta hotelera, con el sello de Paradores, con tema enológica, aunque esta propuesta no ha recibido el aval del Gobierno.
Vinculado a esta propuesta, ya está en su última fase el nuevo espacio hostelero 'Valladolid Origen'. Una propuesta que capitaneará el chef del restaurante Trigo, con una estrella Michelín, y aspira a convertirlo en espacio que conecte «con las Denominaciones de Origen y marcas de calidad más representativas en el territorio de Valladolid, con la estrategia del Ayuntamiento de Valladolid para la promoción de la Cultura y el Turismo, y que abra sus puertas a la generación de experiencias enogastronómicas».
actividades. En la oferta de actividades destaca la Feria Internacional de Enoturismo (FINE), que este año celebró su quinta edición. Este es un encuentro especializado en el que se dan cita los profesionales del enoturismo del sur de Europa, que este año atrajo alrededor de 140 bodegas y rutas enoturísticas de España, Portugal e Italia y 84 touroperadores procedentes de 23 países.
Una propuesta que se ha completado esta semana con el festival 'Vino+ Valladolid', un encuentro lúdico, cultural y festivo, con los vinos como grandes protagonistas. Esta primera edición ha tenido como espacio central la Cúpula del Milenio, donde se han celebrado desde conferencias hasta catas de vino, con la música en directo poniendo el broche final a cada jornada. «Cuando se habla de vino se habla de algo que está realmente está en nuestro ADN, independientemente del consumo y de que se quiera adherir a la gastronomía de la ciudad», reitera Jiménez.
La edil tiene claro que el festival 'Vino+ Valladolid' «ha venido para quedarse como una experiencia potente e importante para las marcas del mundo vitivinícola de la capital del Pisuerga. Aunque el Plan de Turismo es más ambicioso y fija reforzar la oferta enogastronómica de la ciudad de Valladolid, ofreciendo «productos innovadores y experienciales» que deslocalicen la oferta y desestacionalicen la demanda.