Un paseo por Alaejos en estos días de cuarentena social es caminar entre el silencio de sus calles, dominadas como siempre por sus imponentes iglesias y adornadas ahora con banderas de España con crespones negros en señal de duelo por las miles de víctimas de una cruel pandemia que, pese a todo, se está mostrando benévola por estos lares. Algún padre pasea a lo lejos con su hijo, las tiendas abren sus puertas sin esperar mucho jaleo y el control de las calles es ahora de una familia de gatos que parece que se ha hecho fuerte al pie de la iglesia de San Pedro, en la mismísima Plaza Mayor.
«No esperéis más, que no vais a ver a mucha más gente, advierte Belén a los dos periodistas de El Día de Valladolid con los que se topa al salir de la farmacia. Ella es una de las pocas vecinas de Alaejos que anda por la calle, pero va con prisa. Atiende a los visitantes antes de continuar su apresurado viaje hacia el otro lado de la gran plaza, antes de esfumarse junto a una Casa Consistorial forrada para la ocasión con una enorme bandera nacional en la que se puede leer aquello de ‘Todo va a salir bien’. Y no les falta razón, por ahora: «La verdad es que la gente ha hecho mucho para favorecer que ahora estemos así de bien, porque no se ha salido nada de casa», destaca Belén, quien se refiere así al hecho de que la zona de salud de Alaejos se haya convertido estos días en la comarca ‘anti-covid’, después de encadenar casi un mes sin que los médicos hayan detectado casos de coronavirus. Poco antes, Sara, una joven de 33 años, había hecho el mismo camino que Belén, de lado a lado de la Plaza Mayor, sin mascarilla y a la carrera, de vuelta a casa tras su jornada de trabajo: «Yo estoy aquí porque acabo de salir», se justifica antes de detenerse unos segundos ante los forasteros de la libreta, el boli, la cámara... y las mascarillas. «Todos en el pueblo lo sabemos (que es la zona que mejor va de la provincia) y es una gran noticia».
Hay prisa. Nadie quiere estar mucho en la calle. Quizá sea este el secreto de su éxito... «No sabemos», reconoce el alcalde, Carlos Mangas, «pero sí es verdad que la gente está respondiendo muy bien y está cumpliendo con estas normas a rajatabla. Estamos contentos», confiesa el regidor que explica que «la gente va a comprar y lo hace de modo muy ordenado, guardando los turnos y las distancias».
Alaejos, durante el confinamiento. - Foto: J. TajesMangas es el alcalde de Alaejos, una localidad de cerca de 1.400 habitantes que es la cabecera de la comarca de Valladolid que mejor se ha comportado en esta pandemia. En Castronuño son algo más de 800 y su regidor reconoce que parecía «un pueblo desierto» hasta que han empezado a salir los niños «y da mucha alegría verles». Enrique Seoane cree que las cosas van tan bien en la zona de salud por «un conjunto de circunstancias»: «Por un lado, se ha llevado bastante bien el confinamiento, cumpliendo a la perfección con las normas; y, por otro, pues está el factor suerte, a la hora de que no nos haya llegado ningún caso».
EL PACIENTE ‘CERO’
El paciente ‘cero’ en muchos de estos pueblos del interior castellano ha sido un vecino afincado en Madrid o País Vasco, un estudiante, un trabajador o, simplemente alguien que tiene una segunda residencia y acudió a pasar en ella el confinamiento. «Sí que sabemos que ha habido algún contagio de gente que estaba fuera y que se quedó en Madrid», comenta otra vecina de Alaejos sin querer dar más datos. «Es que ha ayudado mucho el que todos los que suelen venir de fuera hayan respetado las normas y no hayan venido a estar aquí», apostilla Belén, que confiesa que este año no quiere mucha visita estival: «Ponlo claro, que este año casi es mejor que los veraneantes se queden todos en sus casas».
El alcalde puntualiza: «Sabemos que sí vino alguna persona, pero ha cumplido y no ha salido hasta después de diez días. Por supuesto que van a ser bien recibidos, pero cumpliendo las normas», señala Carlos Mangas. «Se está haciendo un buen trabajo tanto por parte de todos, tanto de los vecinos, como los ayuntamientos, Guardia Civil, consultorio médico...», destaca su homólogo de Castronuño.
16 CASOS COVID
Además de Alaejos y Castronuño, la comarca ‘anti-covid’ incluye a otros cuatro pueblos del suroeste vallisoletano: Villafranca de Duero, Torrecilla de la Orden, Castrejón y Siete Iglesias de Trabancos. Allí se han detectado 16 casos de coronavirus desde el inicio de la pandemia, pero el último que se notificó data ya del día 3 de abril, por lo que, si se cumplen los planes de ‘desescalada’ dibujados hasta ahora –empezar por aquellas zonas que acumulen 14 días sin nuevos casos-, el desconfinamiento vallisoletano debiese arrancar por estos seis municipios.
Alaejos, durante el confinamiento. - Foto: J. Tajes«Si los criterios son los que se han ido diciendo, debiésemos ser los primeros en salir, sí. Ojalá sea así, porque hay gente que ya lo va necesitando», reflexiona Enrique Seoane. «Si al final es así y somos los primeros, se nos marcarán unas pautas para llevar a cabo la labor de desconfinamiento y confío en que también sigamos cumpliendo», apostilla Mangas.
Belén y su vecina no tienen duda de que la comarca ha de ser la que abra el camino en esta provincia: «Deberíamos empezar a salir los primeros, sin duda». Quili también: «Tenemos que ser los primeros, la gente del pueblo lo ha hecho bien y los que lo han cogido fuera, pues se han quedado allí, en Madrid. Y espero que los veraneantes hagan lo mismo», comenta este agricultor de 43 años mientras fuma desde el balcón de su casa. Sara, en cambio, dice no saber de ningún paciente COVID-19 en Alaejos: «¿16 casos han sido? Yo es que no conozco a nadie que lo haya tenido».
Alaejos es, además, la comarca (junto a la zona de salud de Medina Rural) con mejor tasa también: 0,58 contagiados por tarjeta sanitaria, según los datos reportados desde la Consejería de Sanidad. Por debajo de uno ya están también Mayorga y Villalón, ambas en el norte de la provincia, con una tasa de 0,76 (20 en total) y 0,84 (19), respectivamente; y Esguevillas, en el este, una zona de salud en la que únicamente se han detectado quince positivos y que ya supera los diez días sin nuevos contagios, pero que arroja una tasa más elevada, al aglutinar menos habitantes (1,14 por tarjeta).
En el lado contrario aparecen las áreas de Valladolid Rural I (Renedo, Santovenia, Cabezón, Castronuevo de Esgueva y Villarmentero), con 322 contagios y una tasa de 3,66; y Rondilla I, con una tasa de 3,30 y 313 casos, pese a que su evolución es positiva y es de las pocas zonas urbanas que ha logrado acumular dos días sin declarar casos.
Pero no todo es positivo. El martes se puso el contrapunto trágico tras conocerse el fallecimiento de una administrativa del centro de salud de Alaejos después de que luchase «muchos días» contra la infección de la que también murió su madre, según desveló la propia consejera de Sanidad, Verónica Casado.