La Guardia Civil tiene abierta una investigación sobre un entrenador de fútbol base vallisoletano por su presunta implicación en diversos delitos contra la libertad sexual de menores de edad. El caso, tal como ha podido confirmar El Día de Valladolid, lo destapó la madre de un niño de 13 años con el que este hombre habría intercambiado mensajes explícitamente sexuales, antes de llegar incluso a concertar una cita con el menor, jugador del equipo infantil en el que entrenaba. El encuentro no llegó a producirse gracias a la intervención de esta madre y dio paso a la denuncia que desembocó en su detención. El juez le dejó en libertad con cargos pero con la imposición de medidas cautelares, prohibiéndole tanto el acercamiento y comunicación con el menor como con su familia. Además, el auto judicial le impide seguir entrenando, a la espera de que la investigación avance y se aclare si fue un caso aislado o si, como se sospecha, pudiera haber más víctimas.
Los hechos se remontan a los primeros días del pasado mes de enero. La denunciante descubrió una conversación de Whatsapp de claro contenido sexual entre su hijo y su entrenador, después de que el chico la pidiera permiso para ir a una nave industrial propiedad de este hombre, identificado por las iniciales F.R.R., de 55 años de edad y sin antecedentes.
Una nave con videoconsolas
El arrestado habría inducido al niño a mentir a su madre, a que la dijera que iba a un entrenamiento en vez de a esa nave en la que el entrenador tiene montada una zona de ocio (televisiones, videoconsolas, mesa de ping-pong, alcohol y hasta varios juguetes sexuales) a la que llevaría años invitando a otros jugadores, ya que, antes de recalar en el Victoria y ser hasta coordinador, también entrenó en el San Pío, club del que salió por la puerta de atrás «hace dos o tres años», según ha podido saber este periódico. La Guardia Civil registró tanto esa nave del polígono de San Cristóbal como el domicilio de F.R.R., en el que halló abundante material informático (cuatro ordenadores, siete tablet...) que está pendiente de análisis.
Al parecer, entre los planes del entrenador para aquel día estaba «enseñar al niño a masturbarse», tal como consta en la escabrosa conversación puesta en manos de la Guardia Civil en la que el adulto habría incurrido en un delito contra la libertad sexual de este menor –no llegó a tocarle– y que desembocó en su arresto por un comportamiento que se recoge explícitamente en el Código Penal y que habla de penas de prisión de hasta tres años.
Las fuentes consultadas por El Día de Valladolid detallan que en la denuncia se especifica que todo tiene su origen en noviembre, tras un día en el que el entrenador se ofrece a ir a buscar al niño a casa para llevarle a entrenar, al no poder hacerlo su madre. El acercamiento al menor va aumentando hasta que, en el transcurso de un viaje navideño, la denunciante observa a su hijo enganchado al móvil y él confiesa que está hablando con su entrenador «de fútbol».
Y un vídeo porno
No es hasta el día en que el niño pide permiso para ir a la nave cuando la madre decide cogerle el móvil y ver qué hablaba con su entrenador. Y es cuando descubre que la relación a través de Whatsapp, en efecto, empezó siendo solo de fútbol pero que fue saltando al ámbito sexual para acabar con una especie de «juego de preguntas» en el que el adulto fue yendo a más en su acoso al niño, enviándole un vídeo porno y hasta acabar concertando esa cita para ir juntos, y a solas, a esa nave. El menor interpretó aquello como una simple conversación «de chicos» sin tener en su mente las posibles intenciones ulteriores que tuviera el arrestado.
La denuncia fue inmediata y el arresto se produjo a los dos días, el 5 de enero. Tras pasar dos noches en los calabozos de la Guardia Civil, fue llevado ante el juez de guardia que decretó su puesta en libertad con cargos y medidas cautelares, a la espera de los resultados de una investigación que se ha estado llevando con total discreción.
La reacción del Victoria también fue inmediata. Aunque F.R.R. había dejado de ir por las instalaciones de la calle Tierra aduciendo unos problemas de tipo laboral, cuando este club de fútbol base conoció la denuncia y la orden de alejamiento, le expulsó. Este periódico ha podido confirmar que antes entrenó en el CD San Pío (del barrio de Huerta del Rey y Girón) y que allí también hacía ofrecimientos a sus jugadores infantiles para visitar esa nave.