Años en Valladolid: 16

Profesión: Entrenadora de esgrima

Comida y bebida favorita: Un plato de jamón ibérico y queso y vino tinto

Rincón favorito: La playa de las moreras

Dora Kiskapusi (Budapest, Hungría, 1982) asegura que le sorprendió mucho que las fiestas de Valladolid duraran más de una semana. Y le encanta que sea una ciudad sin distancias, es decir, que pueda ir andando de un lugar a otro, así como la tranquilidad y la calidad de vida respecto a otras capitales más grandes, como Madrid. 

En octubre cumplirá 16 años desde su llegada a Valladolid. Asegura que el 'culpable' de eso es Daniel Bravo. Le conoció en un campeonato de esgrima que se estaba celebrando en Hungría. Bravo buscaba a jóvenes que se dedicaran a este deporte para hacer un programa de intercambio y que vinieran a la ciudad para mostrar cómo entrenaban y ver su técnica. Eso fue en 2005 y se quedó unas seis semanas. No obstante, no fue hasta el 2008 cuando regresó a España. Su objetivo era instalarse durante unos pocos de años para aprender castellano. También quería aprovechar para viajar y conocer la cultura española. Pero desde ese año se quedó de manera definitiva en el país porque el deporte y el amor la anclaron a esta tierra. Con el paso del tiempo compitió con la Selección Española y también se casó aquí. Además, ahora es madre de un pequeño de tres años, así que se ve residiendo en Valladolid por muchos años más.  

«Vivir aquí es muy distinto a como es en mi país. Mi familia y mis amigos, que vienen de vez en cuando a verme, dicen que nosotros vivimos en la calle». Y es que resalta que los vallisoletanos salen a desayunar fuera, a mediodía se toman el vermú, los fines de semana se salen a comer o cenar... «La gente sale más. La vida social se realiza en las calles y los bares. En Hungría es al revés. Si quieres quedar con alguien, le invitas a tu casa». No obstante, reconoce que no es fácil hacer amistades en Valladolid. «Las personas aquí son más cerradas que en el sur de España, pero eso no es malo. En Valladolid cuesta meses o años tener un vínculo con amigos. En Hungría es más fácil». 

Esta entrenadora de esgrima y presidenta del Club Esgrima Arroyo también pone en valor la gran oferta de actividades deportivas que hay en la ciudad, además de que están dirigidas para todas las edades. Subraya que también hay mucha variedad de deportes que se pueden practicar. «No me extraña que los niños no puedan ni decidir por qué deporte optar». Es más, remarca que Valladolid «tiene un nivel deportivo muy alto, con muchos clubes, con muchos deportistas que tienen un valor increíble y con buenas instalaciones». Es otra de las cosas que le sorprendió para bien, que «se cuida la salud de la gente».