Castillos sin fortaleza

R.G.R
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Un informe de la Junta pone de relieve que Valladolid tuvo 72 castillos, de los que casi medio centenar se encuentra en estado ruinoso o solo mantiene algunos vestigios sin relevancia

Torre del Homenaje de Mota del Marqués.

El extensísimo patrimonio arquitectónico de Valladolid ha convertido la provincia en un referente patrimonial, prácticamente sin parangón en todo el territorio nacional. Buena muestra de ello son la red de castillos que ha puesto en marcha la Diputación de Valladolid para animar a los vallisoletanos y a los turistas a realizar una ruta por diversos municipios para disfrutar de las majestuosas vistas de las fortalezas mejor conservadas. Museos didácticos, exposiciones, oficinas de turismo..., las utilidades de estas fortalezas son variadas y posicionan los pueblos a través de sus castillos.  

Una ruta por auténticos tesoros. En Peñafiel se encuentra el conocido Museo del Vino, mientras que en Torrelobatón está la exposición permanente sobre los comuneros o incluso en Curiel del Duero se puede hospedar en un hotel con un encanto vinculado al mundo del vino? en pleno corazón de la Ribera del Duero. 

No obstante, no todo son buenas noticias en relación a estas fortalezas de la provincia. Un informe de la Junta de Castilla y León pone de manifiesto que en Valladolid llegaron a levantarse 72 castillos repartidos por el largo y ancho de la provincia, pero el paso del tiempo ha hecho que casi en 45 casos no existen nada más que vestigios de escaso valor arquitectónico, mientas que más de una docena de fortalezas está en situación de ruinas y sin ningún proyecto de rehabilitación ni a corto ni a largo plazo. 

Castillo de Villagarcía de Campos (Valladolid)Castillo de Villagarcía de Campos (Valladolid) - Foto: ICALmotivos. ?La dejadez por parte de los propietarios en algunos casos y la falta de liquidez económica para abarcar todos los castillos por parte de las administraciones ha ocasionado que algunos estén en una situación irreversible. Inmuebles impresionantes que están en un estado calamitoso, como el castillo de Aguilarejo de Corcos del Valle, y los de San Pedro de Latarce, Tordehumos, Villavellid, Mota del Marqués , Canillas de Esgueva, Alaejos, Villalba de los Alcores, Urueña, Barcial de la Loma, Castroverde de Cerrato, Foncastín (Rueda), Mucientes y Villagarcía de Campos, entre otros. No volverán a recuperar su estado original. Torres medio derrumbadas o completamente en el suelo, tejados que han desaparecido, paredes caídas, zonas como las torres del homenaje o los patios interiores desaparecidas por completo... Incluso, en algunos casos solo quedan los cimientos, como es el caso de Alaejos, o unas pocas paredes, tal y como sucede en Mucientes. 

El Castillo de Villagarcía de Campos deja bien a las claras el periodo de esplendor pasado debido a lo que todavía queda en pie hoy en día. Se trata de un castillo-palacio con dos funciones, una defensiva y otra residencial, construido por la situación fronteriza entre los reinos de Castilla y León. Por ello, está orientado al oeste, desde donde se puede contemplar la gran llanura que se extiende hacia los montes de León. Se ha construido un mirador de cristal por este motivo. 

En el caso de la fortaleza de Villalba de los Alcores se trata de un castillo que está desde hace años en la lista Roja del Patrimonio. Una situación extrema para una fortaleza, que entre sus muros, guarda el recuerdo de la formación y expansión del reino de Castilla. 

La decadencia, que hoy se ha convertido en un estado alarmante de ruina, comenzó a principios del siglo XVII cuando se  desmontó el tejado de la torre del homenaje y se  vendieron sus cañones, tejas y vigas. 

En el caso de Tordehumos, erigido a mediados del siglo XII, fue baluarte de la frontera entre los reinos de Castilla y León, aunque nada se conserva de la construcción medieval, definitivamente arrasada en la Guerra de las Comunidades, pero su estratégica localización le ha permitido mantener el privilegio de ser uno de los mejores miradores sobre la comarca terracampina.

En Canillas de Esgueva, se encuentran ya solo los restos de lo que un día fue un castillo. Se empezó a construir a mediados del siglo XIV por orden de Pedro I y se terminó por parte de la casa Zúñiga entre 1466 y 1499. Ya en el siglo XIX se encontraba en ruinas y continúa en este estado en la actualidad, sin ningún proyecto para su posible mejora. 

Rehabilitación. A pesar de esta situación, en algunos municipios no se han resignado y han comenzado proyectos de rehabilitación para, al menos, conservar y potenciar lo que queda de sus castillos. Es el caso de Mota de Marqués. Tan solo cuentan con su torre del Homenaje, la única de planta circular en toda la provincia, se encuentra en estado de ruina. Sólo quedan algunos vestigios, donde se ha trabajado para mantenerlos en pie.

En el caso de Alaejos, se pueden visitar las ruinas del castillo, que se han convertido en un yacimiento arqueológico y que este verano organizó las dos primeras visitas teatralizadas para turistas con el objetivo de explotarlo como recurso turístico, aunque solo se conservan los cimientos y algunos muros.