Con 36 años, FP en Electrónica y licenciatura en Filología Hispánica se iba al paro el vallisoletano José Pardo en 2010. Fue entonces cuando se le acabó una beca de «menos de 500 euros al mes» por la que trabajó en bibliotecas municipales; y ya desde esa fecha viviendo «a salto de mata, dando clases particulares a estudiantes cuando se puede», contaba a El Día de Valladolid el 22 de enero de 2016 en la Plaza Mayor, tras participar en uno de tantos 'lunes al sol' que aún sigue convocando cada semana la asociación Parados en Movimiento.
«Con 23 o 24 años» trabajó en Renault y después en labores de mantenimiento en la Facultad de Medicina, su «época más plena», con un sueldo de «1.000 euros al mes de los de 2001», pero fue por un contrato de interinidad que se acabó en 2003, cuando se puso a estudiar Filología Hispánica con 28 años. Sacó la carrera en cinco y su primer trabajo como flamante licenciado, de conserje «y un poco barrendero» en una comunidad de vecinos, con media jornada por 490 euros al mes durante dos años. «Me he pateado todas las academias de la ciudad, he enviado currículums dentro y fuera de Valladolid», y en todos esos años, según contó, no recibió una sola oferta de trabajo por parte del Ecyl.
Así que «a salto de mata» decía Pardo que iba en 2016, y el pasado martes, cuando este periódico decidía llamarle sin previo aviso ocho años después, exactamente con esa misma expresión empezaba a responder sobre su situación actual. «Hace años» que no cobra ningún subsidio. No concreta cuántos porque dice que ni lo recuerda, aunque sigue apuntado al paro, sellando cada tres meses en la oficina de San Pablo:«Viviendo con mi padre, que si no estaría tirado en la calle, y con lo que puedo sacar cuando me surgen clases particulares, que tampoco es mucho».
Cuenta que hace unos dos años sí recibió del Ecyl información sobre una oferta de trabajo para el Museo Nacional de Escultura: «Hubo una selección a la que fuimos diez personas, pero llegó una orden de parar el proceso, creo que por falta de presupuesto.Luego reactivaron contrataciones, pero sólo para gente sin titulación». Antes recibió otra oferta pero, curiosamente, «para trabajar en Salamanca como prospector de empresas». «No sabía ni qué era eso. Yo creo que, cuando tienen algo en el Ecyl, tiran de listado y llaman sin fijarse a quién, porque cuando les recordé la formación que tenía me dijeron que mejor ya me llamarían para otra cosa». Lo peor es que Pardo ya no se ve en otro trabajo que no sea cultural o educativo:«¿Con 49 años me voy a poner de aprendiz en hostelería?, ¿en construcción?, ¿quién te quiere con esa edad para algo que no es tu formación?».