«Ni siquiera a día de hoy sé dónde está la casa de María. No tengo nada que ver en esos hechos, no tengo ningún tipo de relación con esas personas y me quedé en shock cuando la Policía me pidió que contase qué es lo que había pasado». El presunto ideólogo del robo que acabó con la muerte de la septuagenaria María Aguña, en octubre de 2018, lo negó todo durante su declaración en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Valladolid. Rubén A.R., dueño de una clínica dental de Pajarillos, rechazó haber organizado el asalto y vinculó su relación con los otros cinco acusados a las negociaciones para la contratación de una cuadrilla de albañiles para reformar un local en la calle Arca Real (barrio de Las Delicias), donde iba a abrir una nueva clínica dental.
Todo, a pesar de que «dos de los acusados» declararon durante la instrucción de la causa que él les «dio instrucciones para cometer el robo», tal como puso de manifiesto la fiscal durante su interrogatorio, a lo que él respondió vinculando todo a una «extorsión que estaba sufriendo»: «Porque hasta el día de hoy he seguido teniendo extorsiones por parte de los otros acusados», se excusó el principal acusado del conocido como el crimen de la Circular.
Extorsión negada rotundamente tanto por Arso A.i., teórico lugarteniente de Rubén en la planificación del robo, y Emil A.M., supuesto enlace entre los cabecillas y los sicarios. Es más, éste último llegó a hablar en el juicio de «robo» y acusó a los dos presuntos líderes de mentir, rechazando de plano la versión de que él fuera a hacer ninguna reforma en el local de Rubén, una tesis a la que también se apuntó Arso, aunque diciendo que era él quien iba a ejecutar esas obras, desdiciendo también al protésico dental. Ellos tres son los únicos que declararon en la jornada del miércoles, a la espera de que este jueves lo hagan los otros tres procesados.
Arso A.I., acusado en el juicio por el crimen de la Circular.Rubén A.R. explicó que conoció a los tres supuestos autores materiales del asalto (Gabriel E.K., Anton A.M. y Gabriel M.K.) a través de Emil A.M., con quien le puso en contacto, a su vez, Arso A.I.: «Mi relación con Arso empieza a finales de verano de 2018 porque era la pareja de Yolanda, una paciente de la clínica. Él siempre iba con ella y se quedaba en la sala de espera, y empezamos a entablar cierta relación», recordó el supuesto ideólogo del robo, quien explicó que este súbdito búlgaro, considerado el lugarteniente de la banda, le dijo que él conocía una persona que se dedicaba a hacer reformas y que «era económico».
NIEGA HABER CENADO CON LA NUERA DE LA VÍCTIMA
El principal acusado justificó las numerosas llamadas entre él y Arso descubiertas por la Policía por esa relación puramente profesional. También conoció por ser pacientes al hijo de la víctima y a su nuera, pero aseguró que jamás hablaron de María Aguña, ni siquiera tangencialmente, a pesar de que la mujer del hijo declaró durante la instrucción de la causa que había llegado a cenar con él en su piso de Arroyo de la Encomienda y que la había llegado a proponer participar como accionista en sus negocios, extremo este último puesto de manifiesto por la fiscal del caso y negado rotundamente por Rubén, que vincula su relación con la nuera de María Aguña únicamente al hecho de que era paciente ella y su hija.
Emil A.M., acusado en el juicio por el crimen de la Circular.El supuesto ideólogo justificó cada encuentro descubierto por la Policía a través del posicionamiento de sus teléfonos móviles en esas negociaciones para la reforma de un local de Las Delicias que nunca llegó a ejecutar: «El 16 de octubre nos reunimos Arso, Emil y yo en un restaurante mexicano que está al final de Covaresa. Luego fuimos a una finca que tengo yo en Torrecilla, donde almacenaba material de otras obras, para ver qué se podía utilizar. De regreso, el coche de Emil se empezó a calentar y nos desvíamos a la altura de Parquesol, y nos acercamos al domicilio de Arso, en una bocacalle de la Circular, a por anticongelante», aseveró para explicar por qué se le sitúa en las inmediaciones del piso de María Aguña el día antes del crimen.
Y al día siguiente dijo que ya fueron a ver el local de Arca Real todos los acusados, la supuesta cuadrilla de albañiles organizada por Emil: «Arso vino conmigo en mi coche y los demás fueron en el coche de Emil». «Se fijó un precio de 12.000 euros, 6.000 de ellos como señal. Fue un presupuesto verbal, no por escrito», declaró. «Tanto su aspecto físico como su actitud, no me inspiró ninguna confianza y decidí no contratarles», añadió, negando que aquello fuera un encuentro para organizar el asalto.
Igualmente, el protésico dental justificó su presencia en el entorno de la Circular el día de los hechos a una nueva reunión en la que Emil le habría exigido que explicara a la cuadrilla por qué no quería contratarles. Dice que se fue de esa reunión y le forzaron a un nuevo encuentro en un polígono industrial cercano a Laguna. «Cuando llegamos, al bajar del coche, uno de ellos se abalanza sobre mí con un objeto punzante y se interpuso Arso, que empezó una discusión en búlgaro muy acalorada. Me dijo que nos fuésemos de allí cuanto antes y que, si no quería tener problemas, lo mejor era pagarles la señal. Me quedé bastante en shock, dejé a Arso y me fui. A las dos semanas, empecé a tener una extorsión continua porque le tenía que dar un dinero y cada dos semanas estuve dándode 150-200 euros para evitar problemas; le di en total unos 2.500-3.000 euros».
EXTORSIONES Y PAGOS
Igualmente, Rubén A.R. aprovechó para acusar a Gabriel E.K. de haberle extorsionado en prisión, si bien su abogada dejó entrever en su interrogatorio que, en realidad, los supuestos pagos se habían producido a iniciativa del presunto ideólogo para que el búlgaro declarase en la línea marcada por el principal acusado.
Arso negó la extorsión y aseveró al jurado que él se iba a encargar de la reforma y que sus cuatro compatriotas acudieron a la teórica reunión preparatoria del asalto para conocer los detalles de la obra que debían parecer. Negó saber nada de ningún robo.
Pero Emil desmontó la tesis de que era albañil y manejaba una cuadrilla para hacer reformas, que esgrimió Rubén y la versión posterior de Arso: "No me dedico a hacer obras, no entiendo de eso. Es mentira".
Admitió conocer a Arso y que fue éste quien le presentó a Rubén, pero negó ser prestamista y que involucrase a Anton en el robo porque le debieran dinero. Dijo que se conocían de una discoteca, igual que Gabriel E.K., quien le debía 750 euros de la venta de un coche. Una relación de meros conocidos, que no impidió que se desplazase a buscar a sus domicilios a ambos, pese a que residían en pueblos de la provinncia.
Tampoco supo explicar cómo teniendo un vínculo de meros conocidos pudo acumular 163 llamadas con Gabriel E.K. entre el 16 y el 19 de octubre, 74 (del 16 de octubre al 6 de enero de 2019) con Gabriel M.K. y 195 llamadas entre septiembre y enero con Anton.
Emil desveló, eso sí, que estuvo presente solo en una parte de la supuesta reunión previa al asalto, justo cuando hablaban de una caja fuerte en una casa, pero declaró no haber escuchado nada más, así como desconocer el motivo del desplazamiento hasta la zona de la Circular, aunque al recogerles oyó «algo de un robo».
El juicio se reanuda este jueves con la declaración de los tres presuntos sicarios, los ejecutores del robo mortal a María Aguña.