Valladolid se situó en 2023 entre las provincias donde más descendieron los nacimientos con respecto al año anterior y donde menos se redujeron las defunciones, agravando la brecha del crecimiento vegetativo (balance de defunciones frente a alumbramientos) hasta situarse en 1,76 muertos por cada recién nacido. Un promedio que la coloca en el puesto 36 de 52 provincias, comunidades uniprovinciales o ciudades autónomas, y por tanto, con sólo 15 con peores resultados; entre ellas las ocho restantes de Castilla y León, según el análisis realizado por El Día de Valladolid a partir de los datos del año pasado publicados el miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE); datos que son provisionales, a la espera de elevarlos a definitivos en próximos meses con las correcciones que procedan por posibles demoras en notificaciones de unos y otros fenómenos demográficos.

En cuanto a los nacimientos, Valladolid retomó en 2023 su clásica espiral negativa con un nuevo descenso que esta vez alcanzó el 3,87% con respecto al año anterior. En 2022 se libró con un incremento del 4,37%, un resultado positivo que ahora se confirma como algo puntual, al retomar la senda de pérdidas interanuales de entre el 1 y el 9% que ya se registraron entre 2021 y 2016, el año a partir del cual ofrece datos la Estimación Mensual de Nacimientos del INE.

En total, el INE estima que en Valladolid se registraron 3.030 nacimientos durante 2023, 132 menos que en el año anterior (de ahí el citado descenso del 3,87%) y el segundo peor dato de su historia, con una última década en la que la caída ha sido constante, progresiva e ininterrumpida salvo por la excepción del dato puntual de 2022: 5.099 en 2010, 4.757 en 2011, 4.655 en 2012, 4.316 en 2013, 4.312 en 2014, 4.192 en 2015, 4.030 en 2016, 3.675 en 2017, 3.463 en 2018, 3.288 en 2019, 3.250 en 2020, 3.020 en 2021, 3.152 en 2022… y los 3.030 de 2023, según datos publicados este miércoles.

Cifras de nacimientos y defunciones en 2023 publicadas por el Instituto Nacional de Estadística. - Foto: Ical

Lo cierto es que Valladolid mejora la preocupante media de Castilla y León, donde la última caída interanual fue todavía mayor al alcanzar el 5,1%, el tercer peor dato del país a nivel autonómico, sólo por delante de Castilla-La Mancha (-10,5%) y La Rioja (-9,4%), mientras Madrid (+2,7%) y Extremadura (+0,6%) firman las excepciones en positivo.

Pero aun así el descenso interanual de los nacimientos en esta provincia casi duplica el de España, que en cualquier caso también se anota otro balance negativo (-2,02%) del que pocos territorios se libran. Se salvan seis, con Guipúzcoa a la cabeza (+4,4%), por delante de Madrid (+2,67%), Badajoz (+1,63%), Salamanca (+1,18%), León (+0,65%) y Valencia (+0,65%). Las 46 provincias, comunidades uniprovinciales o ciudades autónomas restantes se quedaron en rojo, y Valladolid en el puesto 31 de 52 en el ranking de variaciones de un año para otro, donde se sitúan a la cola, con los peores datos, Ávila (con un 13,49% menos de nacimientos que en 2022), Toledo (13,91%), Huesca (-14,67%), Palencia (-15,61%) y sobre todo Melilla (-19,33%) y Guadalajara (-21,76%).

Tampoco sale bien parada Valladolid, en comparación con el resto de España, si se observa la estimación del total de nacimientos, dado que los 3.030 de 2023 sólo le dan para ocupar el puesto 34 (de 52 provincias, comunidades uniprovinciales o ciudades autónomas) pese a estar en el 30 por número de habitantes. Señal de que persiste la tendencia a seguir perdiendo posiciones.

Defunciones y crecimiento vegetativo

Valladolid también ha visto reducirse el número de muertes en 2023 con respecto a 2022, pero poco. Un 1,83% menos en concreto, cuando en el conjunto de Castilla y León el descenso fue del 7,33% y en España del 5,63%. No en vano, es la octava provincia del país y la primera de la Comunidad con menor bajada de los fallecimientos.

Así que el paliativo de tal descenso de muertes es mínimo porque, pese a éste, se contabilizaron 5.329 en total, muchas más que nacimientos (3.030), encadenando otro año de crecimiento vegetativo negativo (balance resultante de nacimientos y muertes) que arroja una pérdida de otros 2.299 habitantes en la provincia. O lo que es lo mismo, casi dos fallecidos (1,76 de promedio, concretamente) por cada recién nacido. Una proporción que, de nuevo, constata una más que discreta posición de Valladolid en la sangría demográfica que sufre la mayor parte del país.

De hecho, en España, que registró una media de 1,35 muertes por cada nacimiento, sólo hubo seis provincias con crecimiento vegetativo positivo: Melilla, Ceuta, Almería, Madrid, Murcia y Baleares, con entre 0,65 y 0,98 muertes por cada nacimiento. Y Valladolid, con 1,76, está mejor (o menos mal) que el resto de provincias de Castilla y León, pero aun así ocupa el puesto 36 de 52 a nivel nacional, con los casos más extremos en Lugo (2,95), Ourense (3,60) y Zamora (3,67), donde ya mueren entre tres y cuatro habitantes por cada uno que nace.