Muchas veces, cuando un alcalde se presenta en un pueblo pequeño por primera vez, lo hace para probar. Para ver cómo funcionan las cosas. Para intentar atraer una línea propia a la forma de hacer las cosas en el pueblo. Lo hacen con ilusión, pero nunca con el pensamiento de que el cargo durará prácticamente una vida entera.
Los actuales regidores de Bercero, Marzales y Roturas son los únicos en la provincia que se mantienen en el cargo desde las primeras elecciones democráticas de la historia moderna de España, las de 1979. Ni más ni menos que 45 años en el cargo.
Se presentaron por primera vez cuando tenían poco más de 20 años y los tres lo hicieron una característica común; el amor por su pueblo. Querían que no desapareciera y fuera absorbido por otro en la vía administrativa, mejorar los servicios, crear nuevas oportunidades para sus vecinos...
José Luis Rico, alcalde de Marzales (70 años) - Foto: Jonathan TajesEra, en todo caso, un proyecto de corta duración en el tiempo. Unos años al frente del Ayuntamiento y a continuar con su carrera laboral, pero no fue ni mucho menos así. «Siempre te queda una espinita clavada, algo que no ha dado tiempo a terminar o un proyecto pendiente y eso te lleva a volver cuatro años más», comenta el regidor de Marzales, José Luis Rico.
Ahora, tras 45 años, cuando echan la vista atrás, no se arrepienten en absoluto y muestran su orgullo por el respaldo que han tenido de sus vecinos durante todos estos años.
Esta satisfacción se ve empañada en gran medida por la situación actual que atraviesan sus respectivos municipios. Son especialmente pequeños y el maldito efecto de la despoblación ha hecho mella con el paso de los años. En Roturas, sin ir más lejos, residen poco más de 40 personas en invierno, pero las mejoras en estas décadas han sido más que notables. «Cuando yo me presenté por primera vez, el pueblo no era más de un barrizal y ahora está todo asfaltado y tenemos todos los servicios», indica el regidor de Roturas, Lucas Aguado.
Lucas Aguado, alcalde de Roturas (80 años) - Foto: Jonathan TajesLa ilusión, eso sí, sigue intacta a pesar del paso de los años. Solo uno de los tres reconoce que su tiempo al frente del Ayuntamiento está a punto de terminar y afirma que no se presentará más veces pase lo que pase. El regidor de Roturas dice basta a sus más de 80 años. Lo hace con orgullo, con la satisfacción del trabajo bien hecho y con el beneplácito de sus vecinos.
Los otros dos, aunque no lo dicen a las claras, sí tienen pensando continuar con su rutina. Sus ganas de mejorar la calidad de vida de sus vecinos son más grandes que la idea de marcharse. Cuentan con el apoyo de sus concejales, que han estado con ellos muchos años y al menos hasta ahora, con el carino de sus vecinos. Toda una vida con el bastón de mando entre las manos.
José Antonio González, alcalde de Bercero (73 años)
«No quiero saber nada de política, está muy mal. Y la culpa es de los otros y de los míos»
Solo 29 años tenía cuando ganó por primera vez las elecciones municipales. Ahora, está a punto de cumplir 74. Siempre con el bastón de mando en su pueblo. Bercero, una localidad de 180 vecinos junto a Tordesillas. «Cuando yo llegué éramos 400», recuerda con cierta añoranza.
Al principio, no quería presentarse como alcalde y tuvieron que ir a buscarle a casa en dos ocasiones. Entonces, en aquel lejano 1979, pensó que Alianza Popular era el partido que más se ajustaba a los intereses del pueblo. Y ahora, 45 años más tarde, rechaza la política y a los políticos al entender que priorizan los intereses de sus formaciones antes que la de los vecinos y eso no va con él. «Lo único que he intentado todos estos años es sacar lo mejor para mi pueblo», comenta.
Recuerda las épocas pasadas y no encuentra «momentos malos», sino todo lo contrario. «Lo mejor es cuando ves que un proyecto que has iniciado termina y ves que lo has conseguido». Han sido muchas las iniciativas que ha realizado en todo este tiempo. «En todos estos mandatos me ha dado para mucho», bromea.
El pueblo ha registrado una completa transformación desde que ocupó la Alcaldía. «Entonces, como todos los pueblos, Bercero, tenía muchas carencias».
Reconoce que ya se ha acostumbrado a las posibles críticas que puedan realizar los vecinos. «Vivo con ello. Uno ya se ha acostumbrado. No hay ningún problema. Hay gente que no le parecen bien algunas cosas y otra que le parece mejor».
Sobre su futuro en la Alcaldía, no tiene claro aún si repetirá o no en 2027. «Llevo unos años buscando a alguien que se quiera presentar, pero no hay forma». «Si llega el momento y continúa sin encontrar a algún vecino que coja el relevo, pues tendré que presentarme de nuevo».
José Luis Rico, alcalde de Marzales (70 años)
«La primera decisión que tomé como alcalde fue hacer una acometida para tener agua»
Vinieron a buscarme al trabajo». Reconoce que entonces era un joven que no entendía mucho del día a día de un Ayuntamiento. Entonces, en Marzales residían más de cien personas, mientras que ahora no llegan ni a 50. Relata en la década de los 70 ya se leía que si nadie cogía las riendas del Ayuntamiento todo iría mal y, al final, le convencieron.
Ahora tiene 70 años y ve las cosas de una forma muy diferente. Sin ir más lejos, la primera de las actuaciones que llevó a cabo una vez que consiguió el bastón de mando fue realizar una acometida de agua para que todos los vecinos pudieran disfrutar de suministro sin los problemas constantes de la época. «Fue la primera decisión que tomé».
Nunca ha abandonado su trabajo en una estación de servicio «muy próxima» al pueblo y lo ha compaginado con sus labores de Alcaldía. «Siempre he estado a turnos, lo que me ha permitido llevarlo bien».
Ha repetido tantas veces en el cargo porque considera que siempre se queda algo en el tintero. «Una espinita clavada». Algo que resta por hacer y que no ha dado tiempo en el anterior mandato.
Ahora, le acompañan en el Consistorio dos concejales. Una de su partido, el PSOE, que le acompaña desde hace años y otro edil del PP. «Siempre lo hablamos entre todos». No tienen ningún afán político, sino que buscan lo mejor para los vecinos.
Rico no se muestra especialmente preocupado por la pérdida de habitantes durante todo este tiempo, ya que destaca que en su pueblo tienen la enorme suerte de oír el canto de los gallos por la mañana. «Todavía quedan algunos». Pueden disfrutar de un paseo tranquilo por las calles y de esa tranquilidad del medio rural.
No sabe si continuará o no para el próximo mandato, pero seguro que hay «alguna espinita clavada todavía».
Lucas Aguado, alcalde de Roturas (80 años)
«No me presentaré más veces. Ya no puedo más. No sé si habrá alguien para seguir»
Está convaleciente de una reciente operación, pero se defiende como gato panza arriba cuando se toca el tema de su pueblo. Servicial con sus vecinos lleva el frente del Ayuntamiento de Roturas desde 1979. 45 años de 'nada' al pie del cañón son suficientes. Lucas Aguado ha dicho basta. No se presentará a las siguientes elecciones municipales. Su andadura como regidor se acabará en menos de tres años, pero el legado que ha dejado en su pueblo casi es inabarcable.
«Cuando yo llegué lo encontré hecho un barrizal y ahora no tiene nada que ver», comenta de forma vehemente. «Estaba todo sin abastecimiento y sin nada», recuerda. Ahora, la situación es diferente. «Está todo pavimentado, con instalaciones deportivas y ha sido en parte por el esfuerzo que también han hecho desde la Diputación y desde la Junta de Castilla y León».
Los concejales que le han acompañado en esta andadura han ido variando con el paso de los años, aunque él se ha mantenido siempre al frente de la Casa Consistorial. Lo único que le pide a la persona que le suceda en el cargo es que quiera el pueblo como lo ha hecho él. «Yo intentaré ayudar en todo lo que pueda».
No ha notado mucho el efecto de la despoblación en su pueblo porque no ha bajado tanto el censo al estar ya casi bajo mínimos. Su relación con los vecinos siempre ha sido buena. «Si me han aguantado todos estos años, digo yo que algo habré hecho bien».
No sin esfuerzo ha sido capaz de mantener algunos de los servicios más fundamentales para la vida en un pueblo. «Tenemos hasta teleclub donde se echan las partidas por las tardes y un centro de cultura. El Ayuntamiento está arreglado y todas las carreteras acondicionadas. Han sido años de sacrificios».