Seis siglos de antigüedad tiene la ganadería del Raso de Portillo, cuyos inicios documentados se remontan al siglo XV en una finca junto a Boecillo, Aldeamayor y La Pedraja. Hace 145 años fue adquirida por el vallisoletano Trifino Gamazo y desde entonces se encuentra en manos de su familia. Mauricio e Íñigo Gamazo son quienes están actualmente al frente de la sociedad familiar que gestiona esta ganadería que este año recibirá el Premio Castilla y León de Tauromaquia en una gala que se celebrará el 22 de abril en el Centro Cultural Miguel Delibes.
Raso de Portillo es una de las ganaderías más antiguas de España. ¿Desde cuándo existe?
Mauricio: La ganadería está documentada desde el siglo XV, de hecho es el lugar donde existen documentos más antiguos de la presencia de toros. Nuestro bisabuelo Trifino Gamazo adquiere en 1880 la finca y una serie de ganaderías que existían en esos terrenos. Y desde entonces ha pasado de Trifino a mi abuelo y su hermano Germán, luego a la generación de mi padre y mis tíos y ahora ya estamos nosotros, que somos los primos. Como somos muchos, los que estamos al frente y figuramos somos Íñigo y yo, pero realmente la propiedad es de la familia, aunque se articula a través de una sociedad.
La finca se encuentra en un espacio protegido por la Red Natura, ¿cómo colabora la existencia de reses bravas a su conservación?
M: No es que lo ayude, sino que la existencia del ganado es lo que hace que se conserve como Red Natura, de hecho es la única zona alrededor que se mantiene en esas condiciones.
Iñigo: Una cosa es que la ley diga que ese terreno es Red Natura y otra cosa es que si no estuvieran los toros no existiría, porque en cuanto sales de ahí está todo lleno de casas ilegales, placas solares, vertederos...
¿Cuántas cabezas de ganado hay actualmente?
M: Tenemos unos 500 animales, sumando crías, cabestros, utreros, etc. en una finca de 1.000 hectáreas, situada entre Boecillo, Aldeamayor y la Pedraja de Portillo.
¿Cuál es el principal encaste?
M: Nuestros toros tienen encaste Santa Coloma, lo que pasa es que con una mezcla particular porque la procedencia viene de todo lo anterior. Al Santa Coloma se le añade todo lo que había en El Raso y lo que fueron metiendo nuestros padres y abuelos.
Í: En un 95 por ciento es encaste Santa Coloma, pero tienen una pequeña carga genética de las vacas originarias del Raso y de otras que llegaron luego. Aquí nunca se ha quitado nada, hay otras ganaderías donde un propietario cuando llega quita todo el ganado que hay y lo mete nuevo. Nosotros siempre hemos ido aglutinando y sumando.
¿Qué características tienen en la plaza los novillos del Raso?
M: Nosotros buscamos que sean bravos en todos los tercios, que cumplan en el caballo, en las banderillas y en la muleta, lo que siempre se ha entendido como ganado bravo. Que tenga acometividad, movilidad, que transmita y que de espectáculo desde que sale hasta que se le mata.
Esto es lo que buscamos y a veces se ve reflejado del todo, como cuando indultaron a un novillo nuestro en Pedrajas, y otras veces salen novillos que van muy bien al caballo pero les falla la muleta o que van muy bien a la muleta, pero les falla un poco más el caballo.
I: A nosotros nos ponen la etiqueta de torista y esto quiere decir que damos más importancia al caballo, y se la damos al tercio de varas, pero nos está saliendo ganado muy bueno y muy regular en la muleta. Y de hecho hay mucha gente que cuando ve una corrida nuestra se da cuenta que ha habido novillos que se han ido con las orejas sin cortar, muchas veces, por falta de experiencia de los novilleros, pero que son extraordinarios.
¿Dónde existe mayor demanda de vuestro ganado?
I: Estamos teniendo mucho éxito en Francia, donde somos muy demandados y ya hemos conseguido varias vueltas al ruedo, además de tres premios a la mejor novillada de la temporada francesa (2007, 2017 y 2021).
En Francia tenemos un gran mercado y en España, no tanto, aunque cada vez más. Este año lidiamos todo en nuestro país, la primera de ellas en La Granja de San Ildefonso (Segovia).
¿Cuántos animales soléis poner en la plaza cada año?
Í: Cuatro o cinco novilladas, fundamentalmente y, de vez en cuando, una corrida. Unos 40 utreros al año, más o menos.
¿Qué tipo de novilleros buscan o gustan lidiar vuestros animales?
M: Nosotros solemos trabajar con empresarios que primero eligen los toros y luego los novilleros. El 90 por ciento del ganado se lo vendemos a la empresa o club de aficionados que organiza su festejo y les apetece verte a ti, y luego una vez que compran la novillada miran a ver quién la mata. Nunca ha venido nadie a decirnos que un novillero había pedido nuestro ganado en concreto.
A nosotros nos gusta poder hablar con alguien y vender una corrida sin el condicionante de ver qué dice el torero... Esto tiene la pega de que a veces entran en el cartel novilleros con poca experiencia y no matan bien o aún han toreado poco.
¿Se han planteado dar el salto y criar más toros que utreros?
Í: Ahora mismo no. No queremos entrar en la dinámica actual de las plazas y de cómo funcionan. Si viene alguien y quiere una corrida para el año siguiente, que nos ha pasado en varias ocasiones, se la dejamos encantados, pero con un contrato firmado. Nosotros somos una sociedad familiar y no queremos dejar una cosa para el año que viene si no hay un compromiso por parte de la plaza, el empresario o quien sea de que eso se va a lidiar porque al final estás respondiendo del patrimonio de gente. También es verdad que el salto de novillos a toros hay que hacerlo con tiempo, no se puede hacer de la noche a la mañana.
¿Tiene futuro la tauromaquia sin ayudas públicas de las administraciones?
M: A la mayoría de sitios a los que vamos no hay ayudas de las administraciones públicas. Nosotros tampoco recibimos, bueno nos concedió una la Junta hace dos o tres años a las ganaderías de lidia, pero nada habitual. Y esto se puede unir con lo de la finca y la Red natura, que la soportamos los toros y nuestras familias, ya que recibimos cero.
I: Realmente es una expropiación encubierta, ya que tenemos unas limitaciones muy grandes de uso y no se percibe nada por eso. Si no estuviera allí la ganadería no podríamos hacer nada, pero también es verdad que en cinco años dejaría de ser Red Natura.
¿Y una ganadería de lidia sigue siendo negocio hoy en día?
I: No es negocio, lo que pasa es que para nosotros es algo heredado, que viene de la familia.
M: Hay cinco ganaderos para los que es negocio, para los demás no lo es. Tratamos de no perder, también a base de tener otras líneas como ganado de carne, agricultura, etc. lo que hace que el conjunto no salga negativo.
I: Tenemos zona de secano y de regadío, sembramos cereal, patatas, girasol, etc. Y a la vez contamos con una línea de ganado de carne con unos 30 animales, aunque es complementario, lo nuestro es el ganado de lidia.
¿Consideran que la preocupación de la sociedad por los animales y las leyes son un impedimento para la tauromaquia?
M: Con la normativa sensata no, con las gilipolleces que hacen sí.
I: Si hablamos del bienestar animal, el toro es el que mejor está de todos. No nos preocupa nada, otra cosa es que se meta la ideología de lo que se considera bienestar animal, pero en realidad, cualquiera de los que viene a visitar la finca sale maravillado de cómo vive el toro de lidia.
M: Es más, el toro de lidia cuando peor lo pasa y más sufre es cuando hay que realizarle pruebas y actividades de sanidad o bienestar animal.
¿Consideran que hay un movimiento en la sociedad contra la tradición y la fiesta de los toros?
M: Yo creo que cada vez más hay dos mundos muy distintos y muy separados. Tú vas al campo y la gente ve con total normalidad los animales, se mantienen las tradiciones taurinas, gustan y se procura conservarlas. Y luego vas a la ciudad y la gente no sabe lo que es un animal, lo que es el campo, no sabe lo que es que un día te llueva encima y claro, mantener tradiciones así es difícil. Pero sí que existe otro mundo donde esa tradición gusta y se quiere mantener.
Valladolid tiene una fuerte tradición taurina, pero en los últimos años los festejos taurinos disminuyen en general
M: Que el tema de los toros se vea mal es una cuestión más artifical que real. Es buenismo.
I: Yo creo que casi es al revés, la tradición cada vez gusta más y se está potenciando. El problema es la ideología que se está imponiendo ahora, pero que creo que tiene unas patas muy cortas. Cada vez viene más gente a visitar la ganadería que no conoce el mundo de los toros o lo conoce poco y salen encantados y convencidos de que es una maravilla. Hay un uno por ciento que viene con ideas preconcebidas que no están dispuestos a cambiar por prejuicios y a ese da igual lo que le enseñes.
Y esa es la realidad… aunque es verdad, al mismo tiempo, que hay gente que, admitiendo que le encanta cómo está el toro, dice que le sigue dando pena ver cómo le matan y no le gusta ir a las corridas. Eso es totalmente libre y entendible, pero no tiene que llevar a tirar por tierra todo lo otro.
¿Y los jóvenes muestran interés por el mundo de los toros?
M: Yo sinceramente creo que sí, pero indudablemente los jóvenes es un concepto muy amplio. En Valladolid, por ejemplo, hay una grada joven en la plaza de toros que se llena permantentemente.
I: Hay un problema muy gordo, que afecta especialmente a los jóvenes, que es el tema de los precios de los festejos, que no es culpa de nadie y es culpa de todos. Una entrada tiene hoy un coste disparatado, ir a los toros en un tendido normal, ni abajo ni arriba, son cerca de 60 euros, y es una locura para ir con tu mujer y tus hijos. ¿Es culpa del empresario? Tampoco, porque empieza a hacer números y no salen, pero es evidente que eso, de alguna forma, hay que cambiarlo.
¿Cuáles son los objetivos a corto plazo para la ganadería del Raso de Portillo?
M: Con la situación actual estamos contentos porque lidiamos lo que queremos y dónde queremos. La ganadería está dimensionada a un tamaño que nos parece bien. No digo tanto como eso de 'virgencita que me quede como estoy', pero nuestra intención es seguir en la línea que llevamos.
¿Cómo han recibido la concesión del Premio Castilla y León de Tauromaquia?
I: Encantados. Hay que agradecer mucho a la Junta, especialmente a la Consejería de Cultura, este premio, ya que de vez en cuando un reconocimiento así viene bien.
M: Además cobra mayor importancia por la categoría extraordinaria de los miembros del jurado, formado por personas importantes y de prestigio a nivel nacional.