Once años al profesor acusado de abusar de un alumno en Medina

D.V.
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La Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia Provincial responsabiliza al docente de un delito continuado de abuso sexual sobre menor de 16 años

Imagen de archivo del Palacio de Justicia de Valladolid. - Foto: E. Press

La Audiencia de Valladolid ha condenado a una pena de once años de cárcel a A.F, profesor del colegio San Juan de la Cruz, de los Carmelitas Descalzos, de Medina del Campo por abusar de un alumno de 10 años durante en el verano de 2020.

En su fallo, la Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia Provincial responsabiliza al docente de un delito continuado de abuso sexual sobre menor de 16 años, concurriendo el subtipo agravado de prevalimiento de una relación de superioridad, así como de un delito de pornografía infantil, con utilización de un menor de 16 años. Ha sido absuelto de corrupción de menores y 'grooming', según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

Por el primero, el tribunal impone al condenado seis años de cárcel, cinco por el segundo e inhabilitación especial por un tiempo global de 18 años para el ejercicio de empleo, cargo público, profesión u oficio, sea o no retribuido, que conlleve contacto regular y directo con menores de edad y personas con discapacidad, además de libertad vigilada durante diez años a ejecutar una vez cumpla la pena privativa de libertad.

Como accesorias, la sentencia incluye la prohibición de aproximación a la víctima, su domicilio, centro de estudios o lugares que frecuente, a una distancia inferior a 500 metros y de comunicación con él, por cualquier medio, por tiempo de 18 años.

En concepto de responsabilidad civil, se condena al acusado al pago de la indemnización de 10.000 euros en concepto de daño moral al menor, con responsabilidad civil subsidiaria del Colegio San Juan de la Cruz Carmelitas Descalzos de Medina del Campo y directa de la entidad aseguradora UMAS, Unión Mutua Asistencial de Seguros a Prima Fija.

La fiscal del caso y la acusación particular, en representación de los padres de la víctima, habían pedido para el docente penas de 17 y 18 años de cárcel, respectivamente, junto con indemnizaciones, por el mismo orden, de 10.000 y 45.000 euros.

El acusado, A.F, de 31 años cuando ocurrieron los hechos, era profesor contratado en el centro escolar San Juan de la Cruz, de los Carmelitas Descalzos, de Medina del Campo desde el año 2011 y fue durante el curso escolar 2019/2020 cuando le tocó ser tutor de la víctima, de 10 años y alumno de 5º de Primaria, a quien conocía de cursos anteriores al ser el director del coro infantil de dicho centro escolar, al que el menor asistía.

En su veredicto, y aunque el profesor se declaró inocente, al inicio del juicio y, de nuevo, minutos antes de que concluyera, la Audiencia Provincial esgrime como principal material probatorio el vídeo, como prueba constituida, en la que el niño relata todo lo sucedido y que llevó al presidente de la sala a acordar la inadmisión de media docena de testigos que la acusación particular pretendía llevar al juicio. "Este tribunal se da por suficientemente instruido", fueron las palabras premonitorias de un fallo condenatorio pronunciadas por el magistrado al término de la reproducción del vídeo durante casi una hora.

"Por lo que se refiere a la credibilidad de su testimonio, el mismo es indiscutiblemente veraz. No hay ningún motivo que pueda enturbiar el testimonio del menor, que de forma clara relató al equipo psicosocial todo lo sucedido", apunta el tribunal sentenciador, que incluye también como prueba bastante los testimonios de los padres y allegados a los que la víctima contó lo ocurrido, sumado a las fotografías y vídeos obtenidos durante el registro practicado en el domicilio del condenado.

Tras el juicio celebrado y las pruebas presentadas, el tribunal considera probado que el denunciado, durante las excursiones que hacía con los menores del coro en actividades extraescolares, aprovechaba para acercarse físicamente a la víctima, procurando quedarse a solas con él, abrazándolo, y creando en el menor una dependencia emocional que reforzaba constantemente por vía de teléfono (llamadas y videoconferencias) y redes sociales (WhatsApp).

El profesor insistía al menor para que mantuviera el contacto con él, para así iniciar una relación sentimental, hasta el punto de que el alumno se vio obligado a buscar un terminal telefónico que antes utilizaba y que tenía al parecer algún problema y se lo dio al acusado para que lo arreglara y así poder comunicarse entre ellos, todo ello con el propósito de manipularle, hacerle creer que eran pareja y así lograr los fines de carácter sexual que pretendía con el menor.

Decretado el estado de alarma el día 13 de marzo de 2020, con la llegada del confinamiento, el docente intensificó con la víctima el contacto a través del teléfono y las aplicaciones Whatsapp y FaceTime, hasta el punto de contactar con él más de tres veces cada día.

Durante esa etapa el Colegio San Juan de la Cruz proporcionó una plataforma digital llamada 'Educamos' para poder llevar a cabo las clases, pero el acusado decidió utilizar con el menor, además de la citada plataforma, la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp para instar al niño a que le mandara mensajes utilizando expresiones como "te quiero", "te amo", al tiempo que le pedía que le hiciera videollamadas cuando se estaba duchando y que se hiciera fotos y vídeos y se las mandara, cosa que consiguió.

En el relato de hechos probados, entre otros, se recoge cómo a finales de junio de 2020 el profesor pidió permiso a los padres para acudir a una reunión a su casa con otros miembros de la clase, niños de su misma edad, para hacer una especie de despedida de curso, lo que estos consintieron al haber más niños.

Sin embargo, el menor llegó antes a casa, previa petición del condenado, y aprovechó para realizarle tocamientos, situación que por aquellas fechas volvió a producirse cuando el pedófilo se presentó con su vehículo en el pueblo de los abuelos paternos de él, donde tienen una casa, con el pretexto de llevarle un regalo de cumpleaños.

Este acoso, acrecentado con múltiples llamadas y videollamadas, no cesó hasta que un día del mes de julio de 2022 el menor se lo contó a la que por entonces era la pareja de su padre, descubriéndose entonces todo lo sucedido.