Doce claves para evitar intoxicaciones por la calefacción

D. V.
-

Los sucesos con heridos e incluso fallecidos por la llamada 'muerte dulce' proliferan en invierno por problemas de combustión en calefacciones de carbón, leña, cisco o pellets. La última intoxicación en Valladolid ocurrió este domingo en Torrelobatón

Imagen de archivo de la chimenea de una vivienda. - Foto: Ical

Según se acerca el invierno comienzan a proliferar las noticias de sucesos por intoxicaciones de monóxido de carbono en viviendas. El último caso en Valladolid se producía durante la mañana de este domingo, concretamente, en Torrelobatón, con dos vecinos de una casa que tuvieron que ser evacuados al hospital Río Hortega de la capital con claros síntomas tras detectarse altos niveles de este gas.

Tal y como recuerdan desde el 112 Castilla y León, el monóxido de carbono (CO) es un gas tóxico que se caracteriza porque es inodoro, incoloro e insípido, por lo que no se puede detectar con los sentidos. Y puede ser letal, de ahí que se hable de 'muerte dulce', ya que la víctima puede llegar a perder la vida prácticamente sin darse cuenta; se va adormeciendo a veces sin capacidad de reaccionar ni moverse.

Mareos, dolor de cabeza, vómitos, calambres o desvanecimientos súbitos suelen ser los síntomas más habituales. Pueden poner en alerta a la víctima, sí, pero a veces se da cuenta cuando ya está demasiado adormecida o sin tener la plena consciencia de la gravedad.

Cuando se produce una combustión se produce este gas que puede resultar peligroso en espacios cerrados donde hay déficit de oxígeno. Y la causa más frecuente de tales intoxicaciones es, concretamente, la mala combustión en aquellos sistemas de calefacción que funcionan con combustibles vegetales como son el carbón, la leña, el cisco o, últimamente, los pellets de madera: braseros, estufas u hornos de leña, glorias… A ellos hay que unir, además, el mal funcionamiento de las instalaciones domiciliarias de gas, como son los calentadores, tal y como añaden desde el 112.

Claves de prevención

Para prevenir estos riesgos, Emergencias 112 Castilla y León aporta consejos como:

-Mantener una ventilación adecuada en aquellas estancias en las que se instalen calefacciones alimentadas por combustibles vegetales.

-Evitar colocar ese tipo de aparato en dormitorios.

-Revisar las chimeneas de aquellas instalaciones de calefacción que las empleen, como por ejemplo los hornos o las estufas de carbón o leña.

-En las instalaciones de gas, hay que asegurarse de que todos los equipos de calefacción estén instalados correctamente y realizar las revisiones periódicas por parte de un profesional cualificado.

-Cuando los aparatos estén en funcionamiento, verificar que la llama que emiten sea del color adecuado (cuanto más azul sea ésta, más perfecta es la combustión).

- Es importante que todos los aparatos se encuentren en lugares correctamente ventilados, y nunca taponar las rejillas y respiraderos de las distintas estancias de la casa, algo que se hace con frecuencia, por ejemplo los días que hay mucho viento, lo que propicia la falta de oxígeno necesario para una correcta combustión.

-No se debe cubrir la parte inferior de los hornos de gas pues se bloquea la circulación de aire y se provoca una combustión incompleta que derivaría en cantidades excesivas de CO.

-Es peligroso utilizar equipos portátiles como hornillos, barbacoas, etc. que queman combustible dentro de espacios cerrados.

-Se deben revisar las chimeneas y conductos de ventilación antes de comenzar la temporada de frío y después de los episodios de nevadas.

-Los aparatos de calefacción que funcionan con electricidad suponen un riesgo en cuanto a que podrían provocar un incendio, por lo que se recomienda no tener cerca cortinas, ropa de cama, alfombras, etc. y no dejarlos enchufados sin supervisión.

-No es conveniente dejar el coche con el motor en marcha dentro de un garaje cerrado.

-También convendría instalar un detector de este gas en las viviendas.

¿Por qué se produce la intoxicación? Porque al inhalar el monóxido de carbono, pasa a la sangre a través de los pulmones y evita que la hemoglobina transporte el oxígeno. La gravedad de la intoxicación dependerá de la concentración del monóxido y del tiempo que se haya estado expuesto.

Ante el más mínimo indicio, el 112 recuerda que deben abrirse todas las puertas y ventanas que sea posible para facilitar la entrada de oxígeno y la desaparición del gas venenoso. Debe llamarse al mismo 112 para explicar la situación con la mayor precisión posible, contando además con que al otro lado de la línea va a haber médicos de emergencias que indicarán cómo actuar hasta la llegada de la asistencia.

Debe alejarse todo lo posible a las personas intoxicadas del origen del monóxido de carbono.

En caso de una fuente de calefacción por combustible vegetal, como puede ser un brasero o una estufa de leña, si es posible, debe sacarse la fuente de origen del monóxido fuera de la vivienda. Y en caso de que alguna víctima no respire, practicar la reanimación cardiorrespiratoria hasta la llegada de los servicios de emergencia.