Eusebio: «Soy diferente pero he recuperado la alegría»

M.B.
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Eusebio Sacristán habla de la caída que tuvo justo hoy hace tres años, que le produjo un traumatismo craneoencefálico y estar varios días en coma inducido tras ser operado de urgencia; y de su futuro, sin descartar volver a entrenar

Eusebio Sacristán, en los campos de fútbol Parque de Canterac. - Foto: Jonathan Tajes

Eusebio Sacristán celebra cada 30 de diciembre de forma diferente desde hace tres años. En 2020, cuando estaba con sus amigos disfrutando de unos días de relax en Valladolid, el de La Seca sufrió un traumatismo craneoencefálico por una caída fortuita. Fue operado de urgencia al día siguiente en el Clínico al tener un coágulo en la cabeza. Estuvo diez días en coma inducido y posteriormente fue trasladado a Barcelona, donde acabó de recuperarse en el Instituto Guttmann. Tras meses, como él dice, «triste», hoy esgrime una sonrisa mientras explica cómo ha ido y está siendo todo el proceso de volver a ser él mismo, Eusebio Sacristán.

¿Qué recuerda de ese 30 de diciembre de 2020?

Precisamente hace unos días Juan Carlos me estuvo comentando cosas de las que no me acordaba: que me había dado un golpe, que él estaba a mi lado y estuvo pendiente de mí en unos minutos en los que me quedé inconsciente por ese golpe... me contaba que estuve hablando con él con normalidad cuando ya habían llamado a la ambulancia, que decidieron llevarme al hospital y que allí ya no le dejaron entrar conmigo. En aquel momento le dije que por qué se separaba de mí y no se quedaba conmigo. Era la etapa en la que en los hospitales había problemas para entrar acompañado (covid). De todo aquello no tengo recuerdos.

Ese día, usted estaba con sus amigos...

Sí, con los amigos, celebrando la Navidad. Ahora que han pasado tres años, Juan Carlos me estuvo comentando lo que él había vivido a mi lado. Es algo que no recordaba. Ni lo de los primeros días. Porque por entonces tomaba muchas pastillas. Hay algunas cosas que recuerdo pero de una manera apagada. Sí me acuerdo del momento en que estuve en coma, después de ser operado. Cuando pasaron esos días, sí que me llegó a mi memoria lo que había pensado en ese tiempo. Recuerdo que pasé revista a toda la gente que conocía y pensé en qué me iba a pasar. Y quise seguir viendo a toda esa gente; seguir viviendo y estar con ellos.

¿Se llegó a dar cuenta de lo que le había pasado?

De algunas cosas. Por ejemplo, de esas cosas que pasaron por mi mente cuando estuve en coma. Si todo se iba a acabar o iba a seguir viviendo. Y quise seguir viviendo. De eso me acuerdo. Pero en mis primeros días estaba afectado por las pastillas y no tenía un recuerdo claro, estaba todo confuso y no podía comunicarme.

Tuvo incluso que aprender a hablar y a andar. 

Andar sí podía, pero mi cabeza era la que estaba tocada. Trataba de hablar con los demás pero no salían las palabras. Fui viendo que estaba tocado para tener una conversación con los demás. Tenía a mi lado a mis hijos y a mi hermana Tere, que es la que se dedicó a estar conmigo.

Me fui a Barcelona, al Instituto Guttmann, para mejorar en el proceso de recuperación. Ahí me fui dando cuenta de que mi cuerpo estaba bien pero mi cabeza no. No tenía capacidad para hablar con normalidad, me faltaban palabras. Al principio pensaba que había tenido un accidente, me había despertado y que, a partir de ese momento, iba a empezar con el proceso de recuperación para poder llevar una vida normal. Pero me fui dando cuenta, a medida de que pasaban los meses, de que eso no salía. No tenía la claridad para tener un contacto normal con los demás, con mis hijos, mi hermana, los amigos que venían a verme... Cuando estaba con ellos, me daba cuenta de que no podía decir palabras normales y que no podía quedar con nadie; solo estar al lado de mi hermana y de mis tres hijos. Estaba con ellos, a su lado, aunque no tenía la capacidad de hablar con normalidad.

En ese momento pensaba en que había que esperar para ir recuperándome y cada vez ir hablando mejor, pero no veía esa mejora con el paso de los meses. Fue pasando mucho tiempo. Y estaba triste, muy triste, pensando mucho cómo iba a ser mi vida a partir de entonces y que mi vida ya había cambiado definitivamente. Ya era una persona nueva y diferente.

Le di muchas vueltas a mi vida, veía el cariño de la gente, pero se había acabado la relación con ellos. Les dejaba un poco de lado porque no me salían las palabras. Y prefería que me recordasen como era, que se acordasen de mí como había sido. No quería ver a nadie más porque no les podía hablar ni decir nada. Poco a poco irían sintiendo que soy otra persona diferente; que tuvieran el recuerdo del pasado y yo me iría adaptando a esa nueva vida, que me había aparecido. 

Tengo afasia y no veía una recuperación. Así fueron pasando meses y meses y meses. Mi cabeza ha estado muy negativa continuamente, porque pensaba que mi vida iba a ser diferente en el futuro.

Pero ahora, ¿no se le ve así?

Es que en los últimos meses esa situación ha ido cambiando. Y estoy mejor. Me veo capaz de hablar con los demás y tener una conversación con ellos. ¿Me faltan palabras para una relación más segura y clara? Me van faltando pero tengo una capacidad que me permite tener conversaciones con los demás y volver a ser un poco de la manera que fui en el pasado. No soy la misma persona, soy diferente, con una dificultad, pero sí he recuperado la alegría. Y con ella, soy una persona más normal que la de hace unos meses.

¿Ha recuperado esas amistades que fue dejando de lado?

Las estoy recuperando. Poco a poco me voy abriendo a tener una conversación con los demás. Porque durante mucho tiempo no contestaba a nadie, porque no me veía capacitado para relacionarme con los demás. A medida que me he ido sintiendo mejor, he ido contestando en el teléfono; y poco a poco, cuando me he visto más preparado para tener una conversación, he ido cogiéndoles, hablar y estar un rato con ellos. 

Me falta camino pero el que tengo ya es alegre.

Fútbol, vino, Fundación, familia... tiene muchos pilares en su vida.

Vine a Valladolid cuando todavía no tenía mucho contacto con los demás y tuve muy cerca a los amigos de toda mi vida, de mi etapa juvenil, del Real Valladolid... y encontré que tenía la Fundación y la bodega Quinta Quietud, en Toro. No podía hablar con los demás pero venía a las escuelas de la Fundación. Entrenaba con ellas y me veía al lado de muchos niños, jugaba con ellos, no preguntaban ni quién era ni nadie sabía quién era yo, ellos venían a jugar. Y pensé: 'Estoy haciendo lo mismo que hice de niño en La Seca y no necesito hablar con nadie, ni con ellos, es jugar con el balón, algo que me ha gustado siempre desde niño'. Me di cuenta de que estaba haciendo algo que me venía bien. Tenía ese tiempo ocupado. Era un momento en el que estaba triste y negativo, pero pasaba unos momentos contento. Luego iba alguna vez a la bodega y mi hijo me comentaba de ir a alguna ciudad a ver algunos clientes, le acompañaba, estaba con él y con Juan Carlos. Ahí podía decir alguna cosa del vino, de lo que pienso, de que desde niño me gustaba y que me metí en ello cuando empecé a jugar al fútbol. Era otro tiempo ocupado. Luego veía los partidos de fútbol en la tele y era otra parte de mi vida ocupada por algo que me gustaba. Así ocupaba el mucho tiempo libre que tenía. Con mis amigos empecé a jugar al pádbol, mezcla de fútbol y pádel, dos contra dos. Aquí hay buenos jugadores, que han jugado a un nivel importante al fútbol. Isailovic lo puso en su instalación. Y vi que podía jugar al balón otra vez. Aunque no tuviera que hablar, ocupaba el tiempo.

Esa fue la etapa de ese proceso de recuperación. Hasta ahora, que me veo mejor. Pero llegué a pensar que mi vida ya se había acabado. Después de ese tiempo, pensaba que mi vida sería diferente, que estaría solo, en casa sin saber qué hacer o a qué dedicar mi vida. 

Es que han sido tres años...

En esos meses, esos años de recuperación, como tenía mucho tiempo libre y no hacía nada, le daba vueltas a la cabeza, pensaba sobre qué había sido mi vida, qué había pasado en mi vida, por qué me había pasado este accidente. Creo que las cosas pasan por algo, creo de esa manera, pero no se lo decía a nadie. Es mi manera de pensar. Y me di cuenta de que todo lo que me había pasado era por mi mentalidad. Tuve la mentalidad de niño de llegar a ser futbolista, lo elegí en La Seca, al lado de mi casa dándole patadas al balón sobre la iglesia. Fui a por ello y lo conseguí. De niño, también soñé que tal y como iba a llegar a ser futbolista, quería conseguir éxitos importantes. Y llegaron, como el único título que el Valladolid tiene en su historia, fui campeón de Europa con la sub 21 en Valladolid, gané la Liga y quedé campeón de Europa. Conseguí muchos objetivos, los que había pensado de niño. Y al pensar en ello, lo trasladé al futuro. Tenía que recuperarme, y en esa lucha estoy. ¿Qué quiero ahora en mi vida? Recuperarme, y voy a luchar por ello. 

Llegué a pensar, si no lo consigo, aquello que soñé de niño habría sido una casualidad; pero si lo consigo y puedo hablar con los demás, se lo diría a todo el mundo.  

Juega al pádbol, ¿y ha vuelto al fútbol?

He empezado también. La última vez con los veteranos de La Seca y los del Real Valladolid. Fue un partido para recaudar fondos para la lucha contra la ELA (a beneficio de la Fundación Luzón), la enfermedad que tiene mi amigo Juan Carlos Unzúe. Jugué medio tiempo con cada equipo. Allí estuvieron Damián Recio, que me trajo al Real Valladolid con 15 años; y Fonseca. Jugué en el centro del campo, tocando el balón, casi sin correr (aunque la primera vez fue en las Ligas de la Fundación en septiembre de 2022). Me encanta el fútbol y lo que me gusta es hacer cosas de fútbol.

¿Volver a entrenar?

En eso es en lo que estoy pensando ahora. Durante todo este tiempo, en el que he estado afectado, tocado y parado, pensaba en que lo que más me gustaba en esta vida: después de ser futbolista, fue ser entrenador. Porque quería seguir vinculado al fútbol. Me motivaba, me gustaba. Fui jugador y luego entrenador. Y lo conseguí. Ahora, que estoy en mi proceso de recuperación, vuelvo a pensar en qué me gustaría hacer en el futuro. Lo que más me gusta es el fútbol, así que juego al pádbol dos o tres días a la semana, pero sigo teniendo tiempo libre. Lo que más me gusta es el fútbol y de lo que más sé es de entrenar. Entrené 10 años al Celta, al Barça B, a la Real Sociedad y al Girona. Entrené porque quería pasármelo bien y disfrutar como entrenador. Ya no tenía la mentalidad de jugador, quería pasármelo bien. E hice a los equipos jugar de una manera que a mí me gustaba, con la que había jugado con Johan Cruyff. 

Habla siempre de mentalidad, de lucha, de determinación...

Tengo claro que lo más me gusta es el fútbol. Y lo que pienso ahora es si estaré preparado para dirigir a un equipo. Yo me veo con la capacidad. Estoy en ese proceso, en tener un contacto mayor con las personas. Para que me vea seguro y decir sí, ya estoy decidido a poder entrenar. 

Ve mucho fútbol, ¿qué le parecen sus exequipos, la Real Sociedad y el Girona?

Me encanta cómo juega la Real Sociedad y que el que le hace jugar así sea Imanol, que estaba en el filial cuando yo estaba allí. Él lo vio, le gustó y lo ha sacado para adelante, lo está haciendo perfecto. Veo que dos de los equipos más grandes son la propia Real y el Girona. Míchel es un entrenador perfecto y lo está haciendo de maravilla.

¿Y el Real Valladolid?

El año pasado coincidieron en Primera todos los equipos en los que había estado. Los seis en Primera. Y fue una pena que el Valladolid bajase. Para mí fue el equipo más grande de mi vida. Aquí llegué con 15 años, debuté en Primera, estuve dos etapas. El año pasado fue el que más seguí cuando me estaba recuperando. La pena fue ese descenso a Segunda, el único que descendió de mis ex.

Le sigo con la ilusión de que consiga volver a Primera. Ha tenido un proceso a principio de temporada con muchos cambios. Y lo acusó en resultados. Ha ido creciendo y se ha colocado en la parte de arriba. Y ahora está en una situación ideal para ir creciendo en la segunda vuelta. Tiene que mantener la línea que tuvo en la segunda parte de la primera vuelta y que esté entre los dos primeros. Aunque en los últimos partidos no sumó los resultados que esperaba.

Si se le pregunta por la polémica del escudo...

Soy persona de fútbol. No soy de cosas concretas, soy de generales. Ahora los aficionados han decidido que se vuelva al escudo anterior, pues lo veo bien. Pero no tengo una opinión concreta.