«El salmón y la corvina pueden ser las alternativas low cost a la merluza y el rape», sugiere el representante de pescaderías en la patronal comercial Fecosva y presidente de la asociación Copemar, Juan Aquilino López. «Un salmón al horno con unas patatas debajo, un chorrito de naranja por encima, dos ajos y vamos, eso es un manjar», aprecia. Y la corvina, «que se veía poco por aquí hace unos años, ahora se está vendiendo muchísimo y también queda muy sabrosa al horno».
López plantea esas opciones para quienes quieran ahorrarse unos euros frente a los precios que han alcanzado clásicos como el rape o la merluza, que ya están por encima de lo que valían en vísperas de la pasada Nochebuena. «Lo que sube sobre todo es el pescado salvaje, de captura, pero al menos ahora está también el de la acuicultura, que viene igual de fresco y sale bueno. El sabor no es tan intenso, pero gracias a eso podemos comer todos lubina, dorada o rodaballo».
Por la parte del marisco, López, admite que el carabinero está «disparado», entre otros productos, «pero los hay que aún no han subido y se pueden comprar ya y congelar, como las gambas, los langostinos o la cigala», señala; y destaca especialmente los calamares, que están más baratos incluso que hace un año, «también se están vendiendo mucho y es de esos productos que descongelas y está perfecto».
Al representante del subsector cárnico en Fecosva, José Ignacio Marcos (de Carnicerías T. Marcos), le cuesta sugerir alternativas al producto típico navideño por excelencia de Valladolid: «El lechazo está más caro que otros años, sí, pero no es para tanto». El kilo de chuletillas ya cuesta de media unos 38 euros, según tomas de precios del Ayuntamiento en el mercado del Campillo, seis euros más que hace un año y dos por encima de lo que costaba en vísperas de la última Nochebuena. «Pero si compras un lechazo entero, que comen diez o doce personas y lo puedes encontrar por 155 euros, son cinco más que hace un año y la diferencia de coste por ración es pequeña», defiende. «Al menos por ahora, que si entra poco en próximas semanas puede subir», matiza. Otra opción clásica es el tostón, más barato que otros años porque hay más oferta, y «de todas las opciones de carne para estas fechas es sin duda la que mejor aguanta el congelado».
El solomillo de vacuno «sí anda disparado y puede subir más»; y como alternativas al lechazo, aparte del ya citado tostón, al final Marcos apunta la posibilidad de hacer un guiso, «que es una comida que no te esclaviza en la cocina y puede ser de carrilleras, por ejemplo», o un asado de cerdo. Pero sin dejar de reafirmar su apuesta por el lechazo, «que tampoco vale como los percebes».